viernes, 30 de enero de 2015

Microsoft: tiempos de necesaria mudanza con Windows 10

El consejero delegado de una de las principales empresas del IBEX me miró y, riéndose afirmó: “Jorge, esto te pasa por ser vanguardista… ¿early adopter”? Mi amigo había visto cómo mi flamante tableta nueva Samsung (con teclado auxiliar) y el sistema operativo Windows 8, ambos recién estrenados (dos años hace), fallaban y tenía que acudir al plan B: portátil de ACER (inmenso), con Intel Core i5 y el fiable Windows 7.

La presentación salió bien. Solo tiempo después supe que Windows 8 había fallado a muchos clientes, tanto en los mercados corporativos como pymes y consumo. Ahora vuelto a instalar el sistema operativo en esa tableta/pc pero ya con Windows 8.1 y el mismo Office Suite de 2010. Combino un sistema operativo moderno, con un interface conocido, en los programas que más uso: Power Point, Word y Excel. Y el caso es que Windows 7 nunca (me) ha dado problemas pero Windows sí 8 falla.

Mi caso no es una excepción, en absoluto. Antes era al contrario. Y en mi mesa de trabajo hay dos PCs, dos portátiles de bastante tamaño, un NoteBook invención de Intel (Semper fidelis, como los Marines americanos, puesto que trabajé como director de marketing para Intel Corp, cuyos recientes resultados económico financieros récord, permiten anticipar un futuro más halagüeño para la informática tradicional).

Los datos de Forrester, IDC, NetMarketShare, Advice Strategic Consultants y otros dicen lo mismo: Windows 8 no triunfa, en el mercado de PCs en su conjunto solo el 13.4% usan Windows 8, o Windows 8.1. No somos muchos, por tanto… Y, en cambio, el 51.2% de los ordenadores funciona con Windows 7; mientras que y el 23.9% es con Windows XP, versión del OS ya no mantenida o “soportada” por Microsoft. De los siete dispositivos de mi despacho solo uno corre en Windows 8.1, el resto funciona con Windows 7 y los trabajadores de mi empresa también con Windows 7 y Office 2010.

Son tiempos de necesaria mudanza en Microsoft. La compañía ya ha anunciado que lanzará un nuevo sistema operativo que correrá en todos los dispositivos. Inevitable hacer la broma fácil: como Sauron en “El Señor de los Anillos de Tolkien”, que fabricó un anillo para dominarlos a todos, también Microsoft dice que Windows 10 funcionará en todo tipo de dispositivos. Será uno, grande y libre, en palabras simplonas: “una familia de productos, una plataforma, una tienda”. Lo dicho, una, grande y libre y no cien pequeñas y cabreadas, que diría el fallecido Manuel Fraga Iribarne.

Es decir, de la autarquía y falta de libertad pasamos a la libertad de libre mercado que es lo que le va a pasar a Microsoft. Su idea no es nueva ya que Bill Gates la tenía en la cabeza hace muchos años, pero antes que él la vio venir Steve Jobs, fundador de Apple. No que el tipo me cayera muy bien. Alguien que afirma, citando a Picasso, que “un buen artista copia; un artista genial roba”, pues honestamente no me convence, siendo tan partidario como soy de las patentes, los copyrights y derechos de propiedad intelectual, que deben ser protegidos para seguir incentivando la innovación y que los autores tengan motivos para seguir trabajando. No obstante, de mis tiempos de estudiante se me quedó grabado uno de los tres principios generales del derecho: “eius sum quique tribuendi” o darle a cada uno lo suyo, definición clásica de la justicia. Jobs no respetaba ni esto, ni otras muchas cosas, como todos saben, gracias a su biografía autorizada y oficial de Isaacson.

Aunque, con Steve Jobs y con Bill Gates, uno no sabe qué fue antes, si el huevo o la gallina, si el uno o el otro, que versiones de la película –como de los sistemas operativos- las hay de todos los gustos y colores.

Lo que está claro, es que Microsoft se la juega. Ha decidido apostar por un branding muy agresivo y significativo llamando al nuevo sistema operativo Windows 10, para destacar que, sin Windows 9 (que se salta a la torera) el 10 lo es todo, es el OS definitivo. Más le vale que sea cierto, porque la era de los monopolios en la informática ha acabado, a pesar de los procesos de concentración empresarial que estamos viendo. Sin olvidarnos de la nube o cloud, donde IBM está dando sorpresas aliándose con tradicionales enemigos como SAP, o de mercados enteros que ignoran a Microsoft Dynamics y se abrazan a lo que funciona, como sucede a las pymes con SAGE.

Bienvenida sea la democracia parlamentaria, la libre empresa y el libre mercado.

Publicado previamente el 17 de Octubre de 2014 en Muy Computer Pro

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