miércoles, 23 de julio de 2014

TIC y Vivienda animan la confianza económica en EEUU

El Índice de Confianza Económica que publica cada semana Gallup muestra una recuperación en la tercera semana de julio, en línea con la evolución de los siete primeros meses del año, indicando una tendencia que se está consolidando en 2014. La confianza económica de los estadounidenses se ha recuperado tres puntos y, aunque permanece en terreno negativo (-15), vuelve a los niveles de abril y mayo, tras una reciente caída.

La confianza de los americanos en la economía ha sido estable este año. Goldman Sachs y otras fuentes de información anticipan un crecimiento del 3,3% en PIB de aquí a finales de 2014. En el primer semestre, el país ha experimentado la más fuerte creación de empleo en 15 años, reduciéndose la tasa de paro al 6,1% de la población activa. La riqueza financiera neta de los hogares y el empleo en el sector privado ya han superado los niveles de 2008. El crédito a las pymes ha alcanzado su nivel más algo en siete años.

El panorama económico norteamericano es mucho mejor que el de Japón y la Unión Europea. La Gran Recesión de 2007-2009 hizo que los negocios estadounidenses se reconvirtieran, haciéndose más productivos y más competitivos: los costes de producción son menores y el sistema financiero se ha recapitalizado, especialmente tras la entrada en vigor de la Reforma Financiera Dodd-Frank de julio de 2010. Por ahora, no hay burbuja inmobiliaria, aunque los precios de la vivienda se han recuperado, especialmente en las mejores zonas metropolitanas.

Las empresas -especialmente las pymes- compran e implementan más tecnologías de la información que nunca, incrementando su productividad media un 20%. El sector tecnológico tira de la economía hacia arriba y se ve recompensado por ello: grandes compañías como Intel y Apple alcanzan resultados récord en el segundo trimestre. Otras, como Hewlett-Packard y Microsoft, siguen su proceso de reestructuración, para adaptarse al nuevo entorno digital, que dominan "los cuatro grandes" (Apple, Amazon, Google y Facebook).

Especialmente duro es el ajuste de Microsoft, que despedirá a 18.000 empleados en el ejercicio fiscal 2015 -que ha comenzado en julio de 2014-, en su mayor parte provenientes de su división de móviles, tras la compra de Nokia. Una vez más, el fenómeno de "creative destruction" enunciado por Schumpeter. En los años 90' HP y Microsoft lo fueron todo en el mundo del hardware y del software, respectivamente. Pero los modelos de negocio digitales del siglo XXI no tienen nada que ver con los de aquellos años.

Los consumidores lo han asumido, lo han hecho propio fuertemente. Los hogares norteamericanos son los que tienen más productos tecnológicos del mundo, seguidos por los de Japón y Corea del Sur. Ni siquiera durante los últimos años de leve recuperación económica los hogares han dejado de comprar teléfonos inteligentes y tabletas, que siguen al alza. Aunque ha llevado siete años, el consumo, que supone el 70% del PIB nacional, se está recuperando en todos los sectores, no solo en el tecnológico. La recuperación de la bolsa y del valor de las casas ha hecho que la riqueza financiera neta de las familias vuelva a los niveles de 2007, en su punto más alto antes del estallido de la crisis. La creación de empleo ha sido muy fuerte en la primera mitad de 2014.

Como consecuencia, se recupera la confianza económica del consumidor, que llega casi a niveles previos a los de la crisis. El consumo de las familias podría aumentar de manera pareja al del PIB (3%) este año, conforme aumenta su renta disponible y se modera el ritmo de ahorro. En un año, la tasa de paro podría situarse en el 5%, si continúa el ritmo de creación de empleo de los últimos seis meses, con una media de 248.000 nuevos puestos de trabajo netos cada mes.

Una sana recuperación del mercado inmobiliario era inevitable. Como ya indicamos, el Índice Case-Schiller ha aumentado el 25%, en las 20 principales áreas metropolitanas del país. La construcción de nueva vivienda, además, vuelve a ser fuerte, con algo más de un millón de viviendas construídas este año -por debajo de las 1,5 millones anuales construídas en los años previos a la crisis, pero más del doble de la media de 2007-2012-. Las previsiones apuntan a 1,2 millones de nuevas viviendas en 2015 y 1,6 millones en los años siguientes.

El mercado de la construcción y la vivienda son esenciales para que aumente el consumo y la confianza económica, porque -al igual que las tecnologías de la información- tienen un "efecto tractor" sobre otros sectores de la economía, como los auxiliares de la construcción, servicios, electrónica de consumo, transporte y logística, etc.

La crisis obligó a muchos jóvenes a permanecer con sus padres en vez de independizarse, como era costumbre en Norteamérica, a partir de los 18 años: según Harvard's Joint Center for Housing Studies, el ratio de formación de hogares aumentará hasta los 1,2 millones al año, conforme los jóvenes se independizan y, en consecuencia, aumenta el porcentaje de población adulta y en edad de trabajar.


Publicado previamente el 23 de julio en mi blog de Cinco Días EE.UU y mercados emergentes

lunes, 21 de julio de 2014

China, 7,5, EEUU, 3: gana USA..., en PIB, por supuesto

El Gobierno chino se había propuesto que, este año, la economía creciera el 7,5%. Así lo ha hecho en el segundo trimestre, versus el 7,4% del trimestre anterior. Estados Unidos, que venía de un fuerte retroceso en el primer trimestre (-2,9%, PIB), crecerá muy posiblemente el 3%. El estudio de los datos muestra una realidad que no es evidente: Estados Unidos fortalece su recuperación y China tiene que mantenerse a flote con gran esfuerzo para cumplir sus objetivos.

Si pudieran establecerse comparaciones homogéneas, nos daríamos cuenta que estamos hablando de realidades distintas, al analizar el crecimiento del PIB americano y el de China. Un crecimiento del 3% en Estados Unidos, con fuerte creación de empleo como la actual, llevaría a un período prolongado de prosperidad, con equilibrio fuerte en sectores de actividad y en regiones. En cambio, para China, crecer por debajo del 7% sería lo equivalente a una recesión en Estados Unidos.

Hay que tener en cuenta que el poder de compra en Estados Unidos, la renta per cápita y el nivel de vida sigue siendo muy superior en Norteamérica por comparación con el chino. De 1.500 millones de chinos (200 millones más que los que reconoce el censo oficial del Gobierno) solo 400 millones podrían tener niveles de renta relativamente equivalentes a los de los norteamericanos, con unos ingresos medios anuales de 36.000 dólares, por comparación con la media estadounidense, de 51.000 dólares: y, aún así, hay una fuerte divergencia. Y, verdaderamente, el problema no es ése, sino los restantes 1,1 billones de chinos (casi tantos como población tiene la India, con 1,2 billones), que todavía viven en relativa pobreza. Además, los chinos más ricos viven en la costa, donde se agolpan en ciudades como Shanghai, versus el interior del país, que es rural y francamente pobre. Hay fuertes desequilibrios regionales, en China.

Xi Jinping -presidente chino- prometió corregir los desequilibrios económicos y sociales de China, pero está descubriendo que no solo no es fácil, sino que -todavía peor-, para mantener el ritmo de crecimiento, China ha de estimular esos mismos desequilibrios con los que tiene que acabar. Por ejemplo, "la burbuja del crédito". Se supone que China debe empujar el consumo interno -ahora, los chinos que ganan dinero, dedican la mitad de sus ingresos al ahorro, tanto por cuestiones culturales como por miedo al futuro- para compensar un crecimiento muy basado en las exportaciones. Dado que el resto del mundo compra poco, animar el consumo interno se convierte en inminente necesidad. Pues bien, cada vez que el PIB baja ligeramente -y lleva haciendo desde 2010-, el gobierno chino estimula el crédito, creando una gran burbuja que ya preocupa el Occidente, dado que los bancos chinos se encuentran entre los más grandes del mundo por activos. No es menos preocupante que el gobierno china tenga invertidos 1,3 trillones de dólares en activos del Tesoro norteamericano.

El crecimiento económico norteamericano en el segundo trimestre se ha basado en los siguientes componentes: producción acelerada, aumento del consumo de las familias y la inversión y la recuperación del turismo nacional y extranjero. La creación de empleo en el trimestre ha sido de 272.000 nuevos puestos de trabajo al mes, de media. En cambio, China, a pesar de aumentar en una décima su crecimiento, sigue estancada. Más aún, la evolución del crecimiento en cada país en los últimos cuatro años no podía ser más divergente: el PIB chino creció el 12% en 2010, cuando Estados Unidos aún luchaba por salir de la recesión y su crecimiento no llegaba al 2%. Del 12% del 2010, China ha pasado al 7,5% del 2014, mientras Estados Unidos ha aumentado del 2% de media al 3% con el que acabará el año: las diferencias esenciales hay que encontrarlas en las ventas del comercio minorista y en la producción industrial: las ventas al por menor, en China aumentaron el 22% en 2010, mientras este año se han acelerado el 12%. El crecimiento de la producción industrial en China fue del 18% en 2010 versus el 8% de 2014.

En cambio, ambos componentes son fuertes y equilibrados en el caso americano: la producción industrial estadounidense, según la Reserva Federal aumenta este año el 5,5%, contribuyendo un 12% al PIB. El Libro Beige de la Reserva Federal de 16 de julio, constata el aumento del consumo y de las ventas al por menor en todo  el país, así como el fuerte incremento de la actividad industrial. Solo el mercado inmobiliario muestra desequilibrios según la zona del país de que se trate e, incluso, dentro de cada estado y ciudad. Cosa que no deja de ser una obviedad, porque en una ciudad de 14,5 millones de habitantes como Los Ángeles, los precios de la vivienda en Beverly Hills han aumentado un 45% (una de las zonas más ricas del país), mientras que en los extrarradios los precios apenas han aumentado.

El "S&P/Case-Shiller 20-City Composite Home Price Index" -que mide el valor del mercado inmobiliario en las 20 mayores áreas metropolitanas de Estados Unidos: Atlanta, Boston, Charlotte, Chicago, Cleveland, Dallas, Denver, Detroit, Las Vegas, Los Angeles, Miami, Minneapolis, New York, Phoenix, Portland, San Diego, San Francisco, Seattle, Tampa y Washington, D.C.- muestra un crecimiento del valor de la vivienda medio del 10,8% en los seis primeros meses del año, pero con fuertes variaciones según ciudades.

El crecimiento económico en Estados Unidos, que va acompañado de fuerte creación de empleo muestra una evolución positiva en los últimos años, porque se está acelerando: esto llevará a la FED a no sólo seguir reduciendo la compra de deuda pública y terminar con el Quantitative Easing en octubre de este año, sino también, aumentar los tipos de interés, que ahora están cerca del 0%. En cambio el crecimiento chino, que se ha reducido a la mitad en los últimos seis años, habrá de seguir fundamentándose en el crédito (ha aumentado el 16,2% en lo que va de año, según el Banco Central Chino), con la consiguiente formación de una burbuja.

Lo dijimos en estas mismas páginas en 2010, lo reiteramos en 2012 y volvemos a insistir en 2014: "ésta" es una carrera a largo plazo, en la que China empieza a dar síntomas de cansancio; por el contrario, Estados Unidos empieza a coger carrerilla y acelerar el paso de su crecimiento.


Publicado previamente el 18 de julio en mi blog en Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes

miércoles, 16 de julio de 2014

España también tiene empresas exitosas

Hay países en que hablar del éxito es tan natural como en otros hablar del tiempo. En Estados Unidos, el éxito personal y el empresarial están bien vistos: las personas quieren mejorar. Los norteamericanos tienen admiración por los individuos y empresas que triunfan, y se sienten orgullosos de Steve Jobs, Bill Gates, Warren Buffett y tantos otros, al igual que de Apple, Microsoft y Berkshire Hathaway.

España también tiene empresas y empresarios exitosos. Generan riqueza y empleo para el país. Bien avanzado el siglo XXI, a nadie debería escandalizar poner en valor a compañías y personas que mejoran nuestra sociedad.

En 2004, iniciamos el Estudio Advice de éxito empresarial para identificar las empresas más exitosas de España y los 25 parámetros que hacen posible ese éxito. Semestralmente, se hacen mediciones empíricas que permiten elaborar rankings de empresas exitosas por cada factor. Los datos son contrastados con 600 líderes de opinión (empresarios, políticos, periodistas, analistas, economistas, tercer sector) y población general (muestra de 1.800 personas, índice de confianza del 95,5% y margen de error del 2,3%): los españoles tenemos mucho que decir sobre el éxito empresarial. Somos ciudadanos, electores, consumidores que recibimos mensajes de las empresas (noticias, publicidad, patrocinios) y tomamos la decisión de comprar unos u otros productos, encumbrando esta empresa y condenando al fracaso a aquella otra.

Somos 46,7 millones de personas con capacidad de discernimiento. No es de extrañar, teniendo este dato en cuenta, que las empresas más exitosas en España se encuentren entre las que tienen un mayor índice de vivacidad, que toma en consideración la notoriedad espontánea, la notoriedad total y la familiaridad o cercanía de esas empresas a los españoles: Telefónica, El Corte Inglés, La Caixa, Repsol, Gas Natural Fenosa, Santander, Inditex, Mercadona, BBVA, Iberdrola, Ferrovial, Acciona, Mango, ACS, Mapfre, Abertis y muchas más.

Hay una segunda premisa importante a la hora de considerar empresas exitosas en España. Es menester comparar peras con peras; no tiene sentido equiparar Apple Retail España –facturó 143 millones en 2013– con Gas Natural Fenosa, con ventas de 24.968 millones de euros. En Estados Unidos, tampoco compararíamos a la filial norteamericana de Abertis, aunque sea muy exitosa, con la casa matriz de HP.

El índice de vivacidad nos indica hasta qué punto los españoles tenemos fresca en la mente a esas grandes empresas, gracias a canales de comunicación concretos identificados empíricamente: la actividad económica a que se dedican; sus patrocinios; las noticias que protagonizan en prensa, radio y televisión; la publicidad, y las noticias que de ellas podemos leer en internet (y en blogs, redes sociales, etc.). Desde 2008, el interés de los españoles por la economía y las noticias empresariales se ha disparado, nos dicen el CIS y el INE: grande es el ansia que tenemos por saber el día y la hora de la recuperación económica, que –según el boletín de junio de 2014 del Banco de España– “está consolidándose”.

A cada empresa antes citada se asocian factores de éxito. La primera, Telefónica, está identificada con “excelencia en gestión empresarial”, “estrategia corporativa”, “innovación”, “internacionalización”, “presidente”, “calidad de productos y servicios” y “buenas relaciones con los medios de comunicación”. Su presidente, César Alierta, se relaciona con “gestión, liderazgo, reputación y buena imagen”. Telefónica –el 93,3% de españoles “saben a qué se dedica, y han visto noticias sobre ella en los medios de comunicación”– lidera su sector y se considera un jugador mundial, no pudiéndosela comparar, en justicia, con las filiales de sus competidores en España, a quienes supera con creces, cuando analistas y medios (Fortune, 2014) la sitúan por encima de Telenor, ATT, Vodafone, América Móvil, Deustche Telekom o Nippon Telegraph & Telephone.

Cuando se trata de bancos, el mercado nacional es esencial para los españoles: conocen la exitosa internacionalización de Santander y BBVA, y la cada vez mayor de Sabadell y Popular, pero, en suelo patrio, el líder es La Caixa (CaixaBank), recién convertida en la tercera fundación más importante del mundo, con 20.000 millones de euros en activos y una obra social de 500 millones cada año. La Caixa es reconocida como la empresa con mejor responsabilidad social, concepto que se concreta en “empleo”, “innovación”, “relación calidad-precio”, “proyectos sociales”, “contribución social” y “medio ambiente”. Su principal directivo es Isidro Fainé, reconocido por su “liderazgo, autoridad y prestigio”. Como banco, CaixaBank destaca por “productos-servicios de calidad”, “atención a los clientes”, “presidente”, “estrategia corporativa” y “gestión empresarial”.

El 90% de los españoles considera que “proporcionar productos y servicios de excelente calidad” y “la mejor atención y trato a los clientes” son fundamentales para el éxito empresarial. En España, El Corte Inglés es la compañía de referencia, tanto entre todas las empresas como en su sector, aunque se reconozca la internacionalización de Inditex y Mango, que, también, El Corte Inglés está implementando, a través de internet y el comercio electrónico, de la mano de Isidoro Álvarez. En “productos/servicios de calidad” lidera El Corte Inglés, y le siguen Inditex, Telefónica, Mercadona, La Caixa, Meliá, Repsol, Gas Natural Fenosa, Eroski, Iberia, BBVA, etcétera.

El sector energético ha protagonizado la actualidad: esto es compatible con que Gas Natural Fenosa sobresalga positivamente por “obtener buenos resultados económicos”, “innovación empresarial” y “responsabilidad social” (contribuir a la sociedad, eficiencia energética, sostenibilidad). La contribución a la sociedad es consecuencia de la obtención de buenos resultados económicos: 8 de cada 10 españoles quieren que las grandes empresas paguen impuestos en su territorio y, desde este punto de vista, es esencial que Gas Natural Fenosa, Repsol, Iberdrola o Endesa los obtengan.

“Cumplir lo prometido” es relevante en una economía de libre mercado, en la que el capitalismo popular –con millones de españoles invirtiendo en Bolsa– está muy extendido. En gestión de infraestructuras, Abertis es la empresa que más cumple lo prometido, y se le reconoce el liderazgo mundial de su sector, en que hay otras empresas españolas internacionalizadas: Ferrovial, OHL, ACS, Sacyr, Acciona, FCC.

En los albores de la recuperación, es buena noticia que los españoles –población general y líderes de opinión– reconozcan y aprecien el éxito de muchas empresas españolas.


Publicado el 15 de julio en  El FOCO de Cinco Días

Estados Unidos consigue la ansiada independencia energética

En su segundo libro de memorias, "Hard Choices" (2014), Hillary Clinton recuerda los enfrentamientos que ella y Barack Obama -ya unidos tras las primarias demócratas que ganó Obama- tuvieron con el candidato republicano, Mitt Romney a propósito del precio de la gasolina, que había aumentando, "hurting the pockets of the American people", en el verano de 2008. En Estados Unidos, el aumento del precio del petróleo tiene un efecto inmediato en la inflación -por ser su principal componente- y, en consecuencia, en el poder adquisitivo de las familias, máxime si los salarios se mantienen estables o, peor aún, a la baja. Es, también, tema sensible, electoralmente.

La cuestión energética no es nueva en Estados Unidos. El candidato presidencial Barack Obama ya habló de ella en un discurso titulado "New Energy for America" (4 de agosto, 2008) y, de nuevo, ya recien ganadas las elecciones presidenciales, en "Remarks to the Global Climate Summit" (18 de noviembre, 2008). El presidente Obama retomaba una temática -"cantinela", mejor dicho, por manida-, que ya había propuesto el presidente Richard Nixon en 1973, tras la primera gran crisis del petróleo: la necesidad de que Estados Unidos alcance la llamada "independencia energética". En sus discursos, Obama llamaba a Norteamérica a no depender energéticamente de países que, no necesariamente, tienen por qué compartir los ideales de democracia y economía de libre mercado que fundamentan Estados Unidos, se trate de Rusia, Venezuela, Irán, Irak o Arabia Saudí, todos ellos grandes productores y exportadores de petróleo.

La cuestión tiene raíces históricas: tras la Guerra de Yom Kippur, en octubre de 1973, los países árabes impusieron un fuerte embargo de petróleo a Occidente, provocando aumentos generalizados de precios, con la consiguiente alta inflación y, lo que es peor, en un momento de casi nulo crecimiento económico. Es lo que se dio en llamar "Stagflation": estacamiento económico e inflación disparada. Fenómeno del que hablan extensamente los tres últimos presidentes de la Reserva Federal (FED) en sus libros de memorias, dada la importancia económica del fenómeno y la fuerte dependencia de Estados Unidos del petróleo: Paul Volcker en "The triumph of persistence" (2012), Alan Greenspan ("The age of turbulence", 2007, 2008 y 2009) y Ben Bernanke, en "The FED and the financial crisis" (2013). El fenómeno de 1973 volvió a repetirse en 1979, con un segundo embargo de petróleo por parte de los países árabes.

En su discurso sobre el Estado de la Unión de enero de 2006, el presidente George Bush dijo textualmente que "nuestra adicción al petróleo (...), dependiendo de partes inestables del mundo", eran una causa de preocupación: en consecuencia, era necesario conseguir la independencia energética de Estados Unidos..., de nuevo. Cuando Barack Obama llegó a Washington, en noviembre de 2008, no se hablaba de otra cosa, en el contexto de las guerras de Irak y Afganistán, y en el de la crisis financiera que acababa de estallar tras la quiebra de Lehman Brothers; aunque, de todos es sabido, esta crisis tenía raíces más profundas y saltó por los aires bastante antes, en el verano de 2007, con el estallido de las hipotecas subprime y el inicio de la "Gran Recesión".

En sus dos discursos ya citados de 2008, Barack Obama buscaba, como sus predecesores (Nixon, Ford,Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo), la independencia económica de Estados Unidos. El primer paso serio en esa dirección se dio en febrero de 2009 con la aprobación del gran paquete de estímulo a la economía por importe de 787 billones de dólares, a los que se sumaron otros 400 billones en septiembre de 2011. Un 10% del total de esa inversión, se dirigió a energías alternativas, energías verdes, energías renovables, renovación de la infraestructura energética norteamericana -empezando por todas las instalaciones del Gobierno Federal-, etc. Por tanto, "la nueva política" sobre el Cambio Climático enunciado por la EPA (Environmental Protection Agency), ni es nueva ni, por supuesto es una invención del vicepresidente Al Gore ("An inconvenient truth", 2006): la magna obra económica de Michael Grunwald ("The new new deal", 2012), explica en detalle los componentes energéticos y su derivada económica, del paquete de estímulo económico de Obama.

La realidad es que, hoy, Estados Unidos ya ha superado a Arabia Saudí como primer productor de petróleo del mundo y esto se ha producido con Barack Obama. Bank of America hizo públicos los datos la segunda semana de julio, según los cuales, con una producción de 11 millones de barriles de petróleo al día, en la primera mitad del año, Norteamérica supera tanto a Rusia como a Arabia Saudí en producción de petróleo, aunque una gran parte de ella vaya destinada al consumo interno del mercado americano, con la consiguiente bajada de precios para el consumidor, y, también, a nutrir las reservas estratégicas de petróleo de Estados Unidos.

La revolucionaria forma de extraer petróleo y gas, "from shale rock", ha hecho que las predicciones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), expongan que la producción de petróleo estadounidense aumentará exponencialmente durante los próximos años, alcanzando su zénit en 2019 y, estabilizándose después en la década de 2020. Según el organismo con sede en París, la primacía de Estados Unidos en la producción de petróleo continuará durante los siguientes diez años, hasta que a principios de los 2040, "otros países" (Rusia, Venezuela, Irán, Irak, etc) volverían a alcanzar de nuevo a Estados Unidos.

Aunque, para entonces, Estados Unidos ya habría nutrido suficientemente sus reservas energéticas estratégicas y, cuando menos, en gas, tendría en sus manos la soñada independencia energética, asegurada, durante, al menos los siguientes dos siglos, o, lo que es lo mismo, durante los siguientes doscientos años, garantizando un futuro mejor y más seguro -menos dependiente de Oriente Medio-, para las siguientes generaciones de norteamericanos.


Publicado previamente el 16 de julio en el blog de Cinco Días  EE.UU y Mercados Emergentes

El consumo interno no despega en Estados Unidos..., y por qué

La FED (Reserva Federal norteamericana) ha decidido finalizar su programa de "quantitative easing" (compra de deuda pública e hipotecaria) en octubre de 2014. La Reserva Federal empezó a apoyar a los mercados en 2008, cuando parecía que -especialmente, tras la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de aquel año- Wall Street se venía abajo. El banco central estadounidense ha estado reduciendo paulatinamente la compra de bonos desde septiembre del año pasado -10 billones de dólares menos cada mes- y realizará la última compra en octubre de 2014, por importe de 15.000 millones de dólares. Desde que se inició el programa, hasta su finalización, las tres rondas de QE (quantitative easing) habrán supuesto un balance de 4,4 trillones de dólares o, lo que es lo mismo, cuatro veces más que el coste económico de la guerra de Iraq entre 2003 y 2013, por utilizar una comparación ("The 1 trillion dolar war", del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz).

La FED ha tomado estas decisiones porque entiende que se están cumpliendo los objetivos para los que dichos programas fueron diseñados: primero, la tasa de desempleo se acerca ya al 6%. Segundo, el crecimiento económico, a final de año, alcanzará el 3%, en términos PIB. Tercero, la inflación ronda el objetivo del 2%; es decir, la Reserva Federal ha impulsado el aumento de los precios, en un esfuerzo por estimular el crecimiento económico. Y, fruto de este mayor crecimiento, la FED espera que aumenten los salarios de manera que aumente la capacidad de adquisitiva de los hogares norteamericanos y, en consecuencia, se estimule el consumo. La creación de 272.000 empleos nuevos al mes en el último trimestre va en esta línea, aunque los salarios todavía no han respondido en la misma medida que la creación de empleo.

La inflación aumentó en mayo el 1,8%, comparado con el mismo mes del año anterior, el mejor dato desde octubre de 2012, y el que más se acerca al objetivo de la FED de un aumento de los precios del 2%. "Adjusted for inflation", que se dice en inglés, el consumo cayó por segundo mes consecutivo. Tras seis años de lenta recuperación económica (2% de crecimiento medio del PIB entre 2009 y 2013, versus el 3% de recuperaciones previas), los norteamericanos se han vuelto más cautos en sus gastos.

El aumento de los precios en mayo se ha traducido en que se ha encarecido el carrito de la compra y, sobre todo, la gasolina, que en Norteamérica es un artículo de primera necesidad. Según el CPI (Consumer Price Index) del Departamento de Trabajo, el precio de los alimentos aumentó el 0,5% en mayo respecto a abril. Y los precios de la gasolina están en su máximo histórico en seis años, teniendo en cuenta que ya estamos en verano, cuando el consumo de gasolina aumenta.

El Departamento de Comercio hizo público su informe sobre el consumo interno el pasado 26 de junio: en mayo, la compra de ropa decreció el 0,9% respecto a abril (ya ajustados los precios a la inflación); las comidas fuera del hogar se redujeron en un 0,4% y la asistencia a las salas de cine se derrumó el 10,3%. Hay que tener en mente que el consumo en Norteamérica supone el 70%  del PIB,  y que su crecimiento medio en los últimos seis años ha sido análogo al del Producto Interior Bruto: 2,2% cada trimestre, versus el 3% de la recuperación de 1993-2000. Los salarios han aumentado el 2,5% cada año desde 2009, comparado con el 4,3% de los años del boom inmobiliario (2001-2007).

Si hubiera que seguir al pie de la letra la famosa obra de Piketty ("El Capital en el siglo XXI"), estaríamos verdaderamente observando esa fuerte divergencia en la evolución de ingresos de que habla el economista francés. Las rentas más altas se han visto beneficiadas por la subida de la bolsa y los precios de las casas. Son los menos. En el extremo opuesto, una inmensa mayoría de la fuerza laboral no ha visto un aumento significativo de sus salarios. Según el último estudio de ADVICE Strategic Consultants, "el 49% de los consumidores estadounidenses necesitaría un aumento del salario antes de decidir salir de compras", lo que se traduciría en que, primero, muchos viven con lo justo para pagar los gastos familiares y no les queda mucho excedente para consumir más allá de lo necesario e imprescindible, y, segundo, que ha aumentado el ahorro familiar en un entorno de incertidumbre. Otro estudio de RCB Cappital Markets llega a las mismas conclusiones: "el consumidor tiene el dinero en el bolsillo, pero no la confianza de salir a la calle y comprar".

El índice de confianza económica de Gallup del 8 de julio se mantenía en el -16, inalterable desde principios de junio. De hecho, el índice de gasto del consumidor de la propia Gallup indicaba que los norteamericanos gastaron de media 91 dólares en junio, versus 98 dólares del mes anterior. Y esto en un contexto de fuerte creación de empleo.

Hay una conclusión clara: esta es una recuperación económica con fuerte creación de puestos de trabajo, pero no de aumento del poder adquisitivo de la fuerza laboral, puesto que las empresas optan por aumentos de productividad vía contención salarial, al tiempo que el consumidor se ha vuelto más cauto, tras haber aprendido las lecciones del pasado.


Publicado previamente el 14 de julio en el  blog en Cinco Días EE.UU y mercados emergentes  

martes, 15 de julio de 2014

El estado de la economía española en cinco capítulos (V). La importancia de la pyme en España

Los aumentos de productividad y competitividad en el sector turístico español son factores esenciales para entender el éxito.

Los aumentos de productividad y competitividad en el sector turístico español son factores esenciales para entender el éxito de este sector. No todo se explica por la incertidumbre en los países de Oriente Medio: al fin y al cabo, son pocos los españoles y europeos que han viajado por el mundo árabe y, mucho menos a países de alto riesgo como Siria o Irak. Incluso Egipto, Jordania o Turquía, países turísticos por excelencia, no son hoy el mejor sitio para visitar como turista, debido a la inestabilidad política de la zona.

Pero España ofrece, más allá de “sol y playa”, cada vez más, una excelente atención al cliente y calidad de los productos y servicios. Y las empresas turísticas españolas han jugado un papel esencial en la transformación de este sector haciéndolo atractivo: son los Meliá, NH, Barceló, Paradores Nacionales, y tantas otras empresas de referencia que, además, utilizan cada vez más Internet y el comercio electrónico para atraer visitantes y, de paso, sirven de inspiración vanguardista a los muchos millares de pymes españolas que viven del turismo.

Citar la pyme significa tener en mente al 99,88% de las compañías de nuestro tejido empresarial. Los datos de marzo del Instituto Nacional de Estadística (INE), que elabora el Directorio Central de Empresas o DIRCE, dicen que hay en España 3.142.928 empresas, de las que 3.139.106 (99,88%) son pymes y, por tanto, tienen entre 0 y 249 trabajadores. Ocupan al 63% del total de empleados que hay en España, destacando las microempresas (con el 30,2% del empleo) y las pequeñas empresas (17,4% del empleo total). Por sectores, nos dice el INE, el 55,6% ejerce su actividad en el sector Servicios; el 24,3% en el Comercio, el 13,6% en la Construcción y el 6,5% en la Industria. Por último, las pymes españolas son altamente productivas: con datos del INE, el valor añadido bruto (VAB) por ocupado de la economía española es de 54.251 euros, lo que supone una tasa de crecimiento del 3,15% respecto al año anterior, muy por encima de la media de la Unión europea, estimada por la Comisión Europea en 45.109 euros.

La productividad tan alta de las pymes españolas tampoco sucede por arte de magia. Hay grandes empresas que les ayudan en aquello que es verdaderamente importante. La Radiografía de la Pyme de la compañía tecnológica SAGE en 2013 ya decía que las pymes consideraban imprescindibles a las TIC para mejorar la gestión de su negocio. Evidentemente la financiación es esencial para las pymes, especialmente la bancaria, puesto que dependen en un 70% de ella y, en un 27% (World Economic Forum, OCDE, Comisión Europea, Eurostat, Radiografía de la Pyme SAGE 2013) la (falta de) financiación bancaria es su problema más importante.

Y ahí están bancos como CaixaBank, primero y Banco Popular, después, ayudando a la pyme en ese sentido. Pero cuando se trata de mejorar procesos internos  y externos, las tecnologías de la información son esenciales, pudiendo ayudar a las pymes –como les ha sucedido a las pymes estadounidenses en los últimos veinte años y el presidente Bill Clinton destacó en su obra “Back to Work”, de 2013- a mejorar su productividad en un 20%. Para conseguirlo, las pymes necesitan socios tecnológicos fiables y cercanos. Por contraste con el enfoque hacia lo que llaman “la gran cuenta”, de empresas proveedoras de servicios tecnológicos como SAP, Microsoft u Oracle, las pymes identifican en SAGE un partner tecnológico en el que se puede confiar, porque les acompaña en todo el proceso desde la A a la Z: desde la implantación del IVA de caja al nuevo sistema de pagos SEPA. Las pymes –como muestran los datos del Estudio Advice de Éxito Empresarial de junio de 2014- reconocen mayoritariamente a SAGE como “la empresa tecnológica en la que más se puede confiar para mejorar su negocio”.

Y, como no sólo de tecnología viven las pymes, sino de los contratos con las grandes empresas, vale sacar a colación el papel que juegan las empresas mejor percibidas por la población general –muy especialmente, por las mujeres-, que son las empresas de la gran distribución; en primer lugar El Corte Inglés, seguida por Inditex, Mango y por Mercadona, a quien le aqueja –según los estudios recientes de la OCU- “la falta de más categorías de productos”, versus El Corte Inglés, que es “la única compañía que tiene de todo”.
Y, como se afirmaba al principio, no solo cara a la población general, sino también en lo que a las pymes se refiere: muchos miles de pymes dependen en España de El Corte Inglés, que les ayuda de manera esencial al sostenimiento y florecimiento de su negocio, así como al mantenimiento del empleo, tanto del directo como del indirecto. Gracias a grandes empresas como El Corte Inglés, el comercio aumentó en mayo por tercer mes consecutivo (+0,8%), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Es una forma concreta de hacer realidad la política de Responsabilidad Social Empresarial de El Corte Inglés, que encapsula el siguiente mensaje: “Si no quedas satisfecho con lo que pasa en el mundo, intenta cambiarlo”. Y, ciertamente, en una España que ha vivido seis años de larga crisis económica, son muchas las cosas que hay que cambiar. En palabras de un alto directivo de El Corte Inglés, “en El Corte Inglés, somos conscientes de que en nuestra sociedad hay muchas cosas que mejorar. Nuestra forma de demostrarlo es siendo respetuosos con el medioambiente, colaborando con todo tipo de organizaciones sociales (ONG, asociaciones, instituciones públicas y privadas) y participando en numerosas actividades. En El Corte Inglés promovemos cada año más de 4.000 acciones relacionadas con la cultura, la acción social, la educación, el medio ambiente, el deporte y la ayuda al desarrollo”.


Publicado previamente el 11 de julio por el Confidencial Digital

El estado de la economía española en cinco capítulos (IV). Contribución Social de las Grandes Empresas

Gracias a la consecución de beneficios, grandes empresas como Telefónica pueden luchar contra el trabajo infantil.

El mundo de los negocios no es solo terreno para hacer dinero  y desarrollar económicamente la sociedad: gracias a la consecución de beneficios, grandes empresas como Telefónica pueden luchar contra el trabajo infantil (168 millones de niños en todo el mundo) y, como dice el presidente de Telefónica, César Alierta, “desde Fundación Telefónica contribuimos, a través del programa Proniño, a ofrecer oportunidades para mejorar el proyecto de vida de la infancia más vulnerable de Latinoamérica, apoyando una educación de calidad con el apoyo de la tecnología”. Telefónica está ayudando a casi 17 millones de niños en Latinoamérica a que cambien el mundo del trabajo infantil por el de la escuela y la educación.

La toma de conciencia social por parte de las grandes empresas españolas desemboca necesariamente en quien, en nuestro país, más se identifica de manera práctica con la Responsabilidad Social Empresarial. Algo muy fuerte sucede en el mundo empresarial de nuestra nación cuando –“de repente”-, La Caixa se convierte en la tercera fundación más importante del mundo, con activos de 20.000 millones de euros y una dotación de 5.826 millones (el 0,6% del PIB).

La cuestión es muy relevante, porque visto con perspectiva, La Caixa es una de las empresas más importantes del país. A través de Criteria (Caixa Holding), tiene por un lado, el primer banco de España, CaixaBank, que con casi 14 millones de clientes es líder en el mercado bancario nacional. Es accionista importante en Telefónica (5,4%) y en Repsol (11,8%), compañías líderes en sus respectivos mercados y, en el caso de Telefónica, la primera empresa de España. Al mismo tiempo, su cartera industrial e inmobiliaria contiene participaciones esenciales en Gas Natural Fenosa (34,5%), Abertis, (19,2%), AGBAR (24,2%), SABA (50%) y otras. No cabe pensar en coincidencias cuando los datos muestran que esas empresas son líderes en sus respectivos mercados, sea el energético, el de gestión de infraestructuras o el de “utilities”.

En lo que el director general ejecutivo de la Fundación Bancaria La Caixa, Jaume Giró, ha dado en llamar el “capitalismo humanista”, La Caixa contribuye a la sociedad mediante su Obra Social, la más grande de España, con una dotación anual mantenida en el tiempo, de 500 millones de euros. La Caixa se constituye en la primera fundación de Europa continental (Wellcome Trust, la segunda del mundo, tiene sede en Reino Unido) y tercera del mundo: la primera es la Fundación Bill y Melinda Gates, con sede en Estados Unidos.
Poder afirmar que España tiene la tercera fundación más importante del mundo (Fundación Bancaria La Caixa)  es un gran logro, dado que el negocio bancario, asociado al éxito empresarial, da aquí lugar a multitud de iniciativas sociales que verdaderamente ayudan a las familias y a las empresas. Sin olvidar que el banco de La Caixa (CaixaBank) ha conseguido subirse al pódium de las entidades financieras nacionales (de todos es sabido los procesos de internacionalización que han llevado a cabo Banco Santander y BBVA, primero, y ahora, Banc Sabadell y Banco Popular), con activos de más de 340.000 millones de euros, 13,6 millones de clientes y una cuota de mercado en el ámbito retail del 27,4%.

La realidad es que Cataluña, que encabeza la recuperación industrial en España es una de las pocas comunidades autónomas que puede decir que tiene 100 empresas que facturan más de 400 millones de euros. Todas juntas facturan 159.000 millones y, visto desde un punto de vista macroeconómico, se entiende que Cataluña suponga casi un 20% del PIB nacional. Su empresa más grande, líder del sector energético y gran multinacional presente en docenas de países es Gas Natural Fenosa, con ventas de 25.000 millones de euros en 2013 y beneficios de 1.445 millones. Es un motivo de orgullo para la economía y el mundo empresarial españoles; también para el catalán, siempre industrioso, trabajador y emprendedor.

Cuando en Estados Unidos –primera economía del planeta- no se habla de otra cosa sino del “shale gas”, cuya multinacional de referencia es Cheniere, resulta que la compañía pionera en contratar con dicha empresa estadounidense es Gas Natural Fenosa: ya en 2011 firmó un contrato con ella por 18.000 millones de euros a 20 años; en 2014 ha firmado otro por 9.500 millones de euros, también a 20 años. Otras empresas del sector energético en España, como Endesa e Iberdrola, han seguido la estela de Gas Natural Fenosa, aunque en menor medida. No sólo una gran empresa española entra por la puerta grande en Estados Unidos, sino que lo hace a través del “negocio de moda”, ya que el “shale gas” y la forma de extraerlo, (“fracking”) han revolucionado el mercado energético mundial y ha resultado ser esencial para los norteamericanos, que, por vez primera, desde que lo enunció el presidente Nixon a primeros de los 70’, han conseguido “la independencia energética”. Estados Unidos ha pasado de importar gas a exportarlo. Y una empresa  española como Gas Natural Fenosa, es coprotagonista de ese éxito.

El turismo está siendo un motor claro de la recuperación, puesto que cada vez llegan más turistas extranjeros y gastan más en nuestro país. Los datos no paran de actualizarse, siempre para mejor: La llegada de turistas extranjeros logró su mejor cuatrimestre desde 2007 –enero a abril de 2014: entre enero y abril de este año, al país llegaron 15,3 millones de visitantes foráneos, el 9,2% más que en el primer cuatrimestre de 2013, lo que representa el mayor crecimiento para los primeros cuatro meses de un año desde que inició la crisis económica. El mes de mayo no ha hecho sino confirmar la tendencia, porque, hasta ese mes, España recibió 21 millones de turistas extranjeros, lo que supone un aumento del 8% con respecto al mismo periodo del año anterior, según la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur) del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Tan solo en mayo, más de 6 millones de turistas internacionales visitaron el país, con un aumento del 5% en relación al mismo mes de 2013. En los cinco primeros meses del año casi todos los principales países emisores contribuyeron a este crecimiento, especialmente Reino Unido y Francia con 300.000 turistas extranjeros adicionales y crecimientos del 6% y del 11%, respectivamente.


 Publicado previament el 10 de julio por El Confidencial Digital

El estado de la economía española en cinco capítulos (III). Las Telecomunicaciones empujan el crecimiento económico

La principal empresa del sector, Telefónica, quiere llevar redes de nueva generación a todos los hogares.

Las Telecomunicaciones –que aportan un 0,3% al crecimiento de manera acumulada durante períodos de diez años mediante la inversión en fibra óptica: el Gobierno entiende que las compañías del sector habrán de invertir en España en torno a 25.000 millones de euros hasta 2020 para hacer realidad ese crecimiento- están jugando un papel esencial en el impulso de la recuperación.

La principal empresa del sector, Telefónica, quiere llevar redes de nueva generación tanto en fibra óptica como en 4G (fijo y móvil) a todos los hogares de España. De hecho, en mayo, Telefónica alcanzó la cifra de 800.000 clientes de fibra óptica (FTTH). Tan solo en ese mes consiguió más de 100.000 clientes y está en disposición de batir un record trimestral. Telefónica ya ha alcanzado 6,1 millones de unidades inmobiliarias con su red de fibra óptica y su objetivo es llegar a 10 millones a final de año. Con la compra de E-Plus, Telefónica aumentará sus ingresos un 5% y sumará 25,5 millones de clientes en telefonía móvil, convirtiéndose en líder del sector en Europa. Estos logros no son solo buenos para esta gran empresa, sino que afectan al crecimiento económico de todo el país y al bienestar de los ciudadanos.

El valor macroeconómico de estos datos, por tanto, es su aportación al PIB, por parte de una gran empresa española como es Telefónica. Dadas las condiciones antes explicadas, el PIB se incrementaría un 0,3% (Gobierno de España, OCDE, World Economic Forum). Y, al líder, siguen el resto de compañías de telecomunicaciones (Vodafone, Orange, etc), en plena transformación del sector hacia una mayor integración, como ya sucedió en EEUU (“The Endless crisis” y “The making of global capitalism” son dos obras que lo explican muy bien).

Lo que diferencia la economía española –desarrollada- de las emergentes, es la fuerte penetración de las tecnologías de la información en la vida de las personas y las empresas. En sus dos estudios de 2014 (uno, sobre Competitividad Global, el otro sobre Implantación de las TIC en 148 países), The World Economic Forum sitúa a España en una posición privilegiada en cuanto a “innovación” y “preparación tecnológicas”. Y este hecho no sucede por generación espontánea. Es gracias a grandes empresas como Telefónica las que lo hacen posible: Telefónica es una de las mayores compañías de telecomunicaciones del mundo por capitalización bursátil y número de clientes. Apoyándose en las redes fijas, móviles y de banda ancha, así como en su oferta de servicios digitales, la compañía se está transformando en lo que se ha dado en llamar una “Telco Digital”, lo que le posiciona muy favorablemente para satisfacer las necesidades de sus clientes y aumentar el crecimiento en nuevos ingresos.

Hace 25 años, Telefónica era omnipresente –solo- en España; hoy, en cambio, también lo es en 24 países, y, con una base de clientes de más de 313 millones de accesos, Telefónica tiene una fuerte presencia en España, Europa y Latinoamérica, donde concentra la mayor parte de su estrategia de crecimiento. Sus accionistas no son solo grandes inversores institucionales. El capitalismo popular participa del éxito de Telefónica: es una empresa privada que tiene más de 1,5 millones de accionistas directos y que cotiza en el mercado continuo de las bolsas españolas y en las bolsas de Londres, Nueva York, Lima y Buenos Aires.
Gracias a la innovación tecnológica –donde tanto el Consejo Empresarial de la Competitividad que preside César Alierta, primer ejecutivo de Telefónica, como CEOE y COTEC han pedido más esfuerzos al Gobierno, en línea con las demandas de la patronal tecnológica española- España ha avanzado puestos en los rankings de competitividad global, y, según la escuela de negocios suiza IMD, en la primera mitad de 2014, España ha escalado del puesto 45 al 39, adelantando a naciones fuertemente industrializadas, como Italia, por ejemplo.

Las Tecnologías de la Información en la Sociedad

 

El avance de la Sociedad de la Información –que la patronal tecnológica española pide con fuerza para que haya de verdad un nuevo modelo productivo en el país, no basado en el ladrillo sino en el conocimiento- es uno de los fines que Telefónica se ha propuesto, como empresa de referencia en España. Según los datos recogidos por el Informe de la Sociedad de la Información 2013 de la Fundación Telefónica, el año 2013 y la primera mitad de 2014 se ha caracterizado por el imparable avance de la demanda de servicios TIC en un difícil contexto macroeconómico. Esta consolidación de la vida digital en España lo muestra que el 71,6% de ciudadanos, dos puntos más que en 2012, habían accedido a Internet en los últimos tres meses. En términos absolutos, 24,8 millones de españoles de entre 16 y 74 años se conectan a Internet, 700.000 usuarios más que un año antes.

Pero es que el uso de Internet no sólo se extiende sino que cada vez es más intensivo. Así, 18,6 millones de personas acceden a la Red todos los días, el 53,8% de la población entre 16 y 74 años. Los jóvenes entre 16 y 24 años son los más asiduos, ya que el 86% se conectan a diario, y lo hacen al menos una vez cada tres meses el 97,4%.

El 64,1% de los usuarios de internet en los últimos tres meses participa en redes sociales de carácter general (Facebook, Twitter o Tuenti) creando un perfil de usuario o enviando mensajes. Este porcentaje aumenta hasta el 94,5% entre los jóvenes de 16 a 24 años. Por sexo, la participación de las mujeres (65,6 por cien) es algo mayor que la de los hombres (62,8 por cien).

La conexión a la red se hace cada día más fuera de la vivienda habitual o el centro de trabajo. Así lo manifiestan el 69,9% de los usuarios de internet. El dispositivo más utilizado para acceder a Internet en movilidad es el teléfono, con el 63,2%, al que siguen los ordenadores portátiles (incluidos netbooks y tablets), con el 31,6% y el resto (PDAs, videoconsolas, etc.) con el 6,3%.
El número de smartphones sigue creciendo, y ya existen en el mundo casi tantos teléfonos móviles -6.800 millones-  como personas - 7.100 millones - .

Pero si 2013 ha sido el año de la consolidación del liderazgo de los smartphones como terminal preferido por los usuarios de Internet, la gran novedad ha sido la irrupción con fuerza de las tabletas, cuyas ventas a nivel mundial ya superan las de los ordenadores portátiles.
Y también crece exponencialmente la cifra de televisores conectados: el 24% de los internautas ya conectan la televisión a Internet, un 33% más que en 2012.

Relacionado con los dispositivos, tampoco cesa de crecer el consumo de aplicaciones. A finales de 2012 más de 1.200 millones de personas usaban aplicaciones móviles y se prevé que este dato crezca casi en un 30%, lo que supondría que en 2017 se llegaría hasta los 4.400 millones de usuarios.

La preferencia por la movilidad ha impulsado la penetración de la banda ancha móvil (BAM) hasta las 60,4 líneas por cada 100 habitantes. La conexión en movilidad, cada vez más utilizada, hace que la banda ancha móvil sea el motor del avance de la Sociedad de la Información y sume 9,5 millones de nuevos usuarios en el último año. En total ya son 26 millones los móviles en España que tienen Internet. Esto implica que la penetración de la BAM prácticamente se ha duplicado en dos años, lo que le convierte en el servicio de telecomunicaciones con mayor crecimiento.

En cuanto a la banda ancha fija, el tipo de conexión que más ha crecido ha sido la fibra óptica, que ya supera el medio millón de líneas y ha crecido cerca de un 90% en un año. La evolución en la cobertura de fibra, desplegada mayoritariamente por Telefónica y que llegaba a finales de 2013 a 3,5 millones de hogares, hace posible que las redes FTTH acaparen el 89% de los nuevos accesos a redes de nueva generación, lo que convierte a esta tecnología en la que más aumenta en su implantación.

Los usuarios consolidan la tendencia de evolucionar hacia un modelo basado en la descarga de contenidos en el momento que se quieren consumir, más que la posesión de esos contenidos. El tipo de conexión más utilizada en los hogares españoles es la línea xDSL, con 7,05 millones de líneas, que representa el 75,6% del total de accesos, seguido del cable, con 1,9 millones de accesos y el 20,1 por cien del total de accesos residenciales.

El comercio electrónico escala posiciones dentro de las actividades que los usuarios realizan en la Red. De los 820 millones de habitantes que residen en la UE, 529 millones usan Internet y de ellos casi la mitad, unos 250 millones son usuarios de comercio electrónico. En España durante el primer trimestre de 2013 el comercio electrónico mostró un incremento del 15,1% hasta alcanzar los 2.822,6 millones de euros de volumen de negocio y en ese mismo período se ejecutaron 43,5 millones de operaciones.

La Administración, la sanidad y la educación son las áreas de actividad donde el uso de internet está aumentando su impacto sobre el ciudadano. Más de 365 millones de trámites con la Administración General del Estado se registraron por vía electrónica en 2012, un 66% del total y 4 puntos más que un año antes. Ello permitió a España situarse por primera vez por encima de la media europea en número de usuarios de la eAdministración, con un 45% de ciudadanos que interactuaron con las Administraciones Públicas a través de internet.

Publicado previamente el 9 de julio en El Confidencial Digital

El estado de la economía española en cinco capítulos (II). Aumentan el consumo y el comercio electrónico

La confianza del consumidor avanza por la mejor percepción de la situación económica.

Los datos positivos de la economía española se reflejan en el estado de ánimo de los españoles, aun con prudencia: La confianza del consumidor avanza por la mejor percepción de la situación económica. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas CIS, el índice de confianza del consumidor (ICC) se situó en 84,9 puntos en mayo, 2,9 puntos por encima del dato del mes anterior, gracias a un aumento de 6 puntos en la valoración de la situación actual. Al igual que ocurrió el mes de abril, con este nuevo aumento, la confianza volvió a valores que no se observaban desde mediados de 2007, a pesar de que el índice de expectativas ha tenido un leve descenso de 0,1 puntos. En relación al mismo mes del pasado año, el avance continúa siendo muy significativo; el incremento del índice de confianza del consumidor, alcanza los 34,1 puntos, con ganancias muy similares en términos absolutos para la valoración de la situación actual (36,4) y las expectativas (31,8).

Y, aunque el crédito a hogares ha descendido un 5,3% y el crédito a empresas cayó casi un 10% -en ambos casos, en lo que va de año, aunque aumente el llamado crédito “nuevo” o “solvente”, el que tiene garantías de que será devuelto a la entidad financiera que lo presta- las medidas adoptadas a principios de junio por el Banco Central Europeo dan esperanzas de que, por fin, se abra el grifo del crédito para familias y pymes: la inyección de liquidez por importe de 400.000 millones de euros, así como la reducción de los tipos de interés al 0,15% (mínimo histórico) deberían ayudar a conseguir dicho objetivo.

Las mejores perspectivas económicas podrían traducirse en un aumento del consumo, que el Gobierno, con los indicadores adelantados de actividad, cifra en el primer semestre del año en un 3%: entre 2009 y 2013 las familias españolas redujeron, de media, el consumo un 14,5%, bien para cancelar deuda –como indicaba el Banco de España-, bien por falta de poder adquisitivo, bien para ahorrar cara al futuro. Eso sí, por vez primera desde hace seis años, el Observatorio Cetelem Consumo Europa 2014 ha detectado en los primeros seis meses del año una mejora del estado de ánimo de los españoles: esa mejoría hace que el 33% de los españoles (26% en 2013) piense aumentar sus gastos en los próximos 12 meses. Este porcentaje, no obstante, está por debajo de la media europea, 40% (33% el año anterior). El 38% de los españoles piensa aumentar su ahorro en el mismo período. Es el mismo porcentaje que en 2013 y un punto por encima de la media europea (37%, frente al 39% de 2013), lo que muestra una actitud de cautela, sobre todo en el corto plazo.

El 46% de la intención de compra en los próximos 12 meses se centra en ocio y viajes; el 32% en ‘smartphones’, y el 18% en un coche nuevo (15%, de ocasión). Para los próximos tres meses, siguen ganando ocio y viajes (24,6%), tecnología e informática supone el 3,4%, el coche nuevo apenas el 3,2% y el de ocasión, el 2,2%.

El comercio electrónico –justo cuando arranca la temporada de rebajas- podría ser un buen acicate para el aumento del consumo en los próximos meses: El 54% de los españoles ha reconocido que compra por Internet durante el periodo de rebajas, un porcentaje que se ha incrementado en 10 puntos respecto a 2013 (44%) y que convierte a España en el país europeo que más crece en este sector, según un estudio realizado por Sarenza.

Las principales razones de los consumidores para decantarse por el ‘e-commerce’ son la disponibilidad, el cómodo acceso, la rapidez, la competitividad, la atención personalizada y la seguridad, en los métodos de pago. El Corte Inglés, la principal empresa de gran distribución de España, hace años ya que se convirtió en el baluarte del comercio electrónico en todas las categorías de producto, en nuestro país, y, en los dos últimos ejercicios ha dado el salto a Europa a través de sus plataformas de venta online, amenazando a gigantes estadounidenses tradicionales de Internet, como Amazon, que no están habituados a las formas de comportamiento de los consumidores europeos. El Corte Inglés, con muchas décadas de conocimiento de los consumidores en sus centros comerciales, puede adaptarse más fácilmente a los deseos de un consumidor que ya conoce y quien, al mismo tiempo, está muy familiarizado con su marca.

La reforma fiscal recientemente anunciada por el Gobierno, que supondrá un ahorro para los contribuyentes de 9.000 millones de euros a lo largo de 2015 y 2016, especialmente entre las rentas más bajas, podría ser un acicate para la actividad económica. El Gobierno fía parte de la reducción del déficit, a pesar de la rebaja de impuestos, al aumento de la recaudación por dos vías: más actividad económica y más eficacia en la lucha contra el fraude fiscal. La reforma fiscal tendría un efecto positivo directo en el PIB del 0,5%.

Los inversores internacionales ven España como un lugar atractivo para invertir: según el World Investment Report presentado en junio por Naciones Unidas, España se convirtió en 2013 en el noveno país del mundo en recibir inversión extranjera directa, por importe de 29.000 millones de euros, un 52% más que en 2012. La tendencia se consolidaría en 2014, aumentando la inversión también este ejercicio: en los seis primeros meses del año, la inversión extranjera directa en empresas españolas ha alcanzado los 26.800 millones de euros. Inversores institucionales y grandes inversores privados –George Soros, Bill Gates, entre otros- fiados en la recuperación económica y en los activos de nuestras empresas, han decidido dedicar recursos a empresas de diversos sectores, sea Prosegur en seguridad o FCC en construcción.

Algunas consecuencias positivas se están notando: según la Central de Balances del Banco de España (datos de junio), las empresas no financieras aumentaron sus beneficios en un 49,3%, durante el primer trimestre del año, y las grandes empresas españolas volvieron a contratar personal, con el efecto tractor que eso supone para el ecosistema de pymes, proveedores que tienen tratos comerciales con ellas.


Publicado previamente el 8 de julio en El Confidencial Digital

jueves, 10 de julio de 2014

El estado de la economía española en cinco capítulos (I). La recuperación se consolida

España viene de una larga recesión que ha durado más de cinco años. Sin embargo, nuestra economía lleva tres trimestres seguidos en positivo.

España viene de una larga recesión que ha durado más de cinco años. Sin embargo, nuestra economía lleva tres trimestres seguidos en positivo y, si se confirman las previsiones del Gobierno, el Banco de España, Funcas o La Caixa Research, el segundo trimestre de este año sería el cuarto consecutivo en que el PIB crece. El Ministerio de Economía y Competitividad está convencido de que, este año, el Producto Interior Bruto (PIB) de España crecerá el 1,5%, superando, incluso, las previsiones que el Gobierno envió a Bruselas el 30 de abril, como parte del nuevo cuadro económico que acompañó al Programa de Estabilidad y al Plan de Reformas.

El arranque del año en positivo para nuestra economía se ha producido en un contexto internacional extraño: EEUU decreció en el primer trimestre un -2,9%, la Eurozona creció solo un 0,2%, y España, aumentó su riqueza exactamente el doble que Europa, el 0,4%. Las fuentes de información coinciden en destacar que, en 2013, las exportaciones de bienes y servicios (34,1% del PIB) fueron el principal motor del crecimiento. Las previsiones para 2014 apuntan a un aumento de la demanda interna, aunque leve, debido al mayor consumo de las familias y la inversión empresarial, al tiempo que aumentan las importaciones. En los seis primeros meses del año, el consumo privado ya ha aumentado el 3%, según el Ministerio de Economía y Competitividad.

No cabe duda que el desempleo en España sigue siendo muy elevado y que la tasa de paro está descendiendo lentamente (122.000 parados menos en junio, con datos de paro registrado del Servicio Público de Empleo, antiguo INEM). La buena noticia es que en los últimos doce meses ya se está creando empleo neto. Las agencias de calificación crediticia (Fitch, Standard & Poors y Moody’s) han mejorado durante el mes de junio sus perspectivas sobre la economía española porque los incipientes datos positivos de los últimos cuatro trimestres parecen consolidarse y convertirse en tendencia.

La deuda de las familias volvió a caer en mayo, por sexto mes consecutivo, y se situó en 769.535 millones de euros, la cifra más baja desde noviembre de 2006, según datos del Banco de España, que constata el proceso de desendeudamiento de los hogares españoles desde el inicio de la crisis económica. En concreto, la cifra registrada en el quinto mes del año es 1.969 millones inferior a la contabilizada en abril y supone un descenso del 5,2% en comparación con el mismo mes de 2013.

El descenso de mayo respecto al mes anterior (-0,25%) se explica por la caída de la deuda hipotecaria de las familias del 0,30%, hasta los 600.365 millones de euros, y por el descenso del 0,09% de los créditos al consumo, hasta 166.104 millones de euros.

En términos interanuales, los créditos al consumo descendieron un 8,8%, mientras que los créditos hipotecarios bajaron un 4,1%. A pesar de esta caída de la inversión en vivienda a lo largo de la crisis, el importe que las familias destinan a su hogar sigue ocupando la mayor parte de su endeudamiento, ya que supone más de dos tercios del mismo.

Por su parte, la deuda de las empresas cayó en mayo un 0,23% y sumó 1,044 billones de euros. En tasa interanual, la deuda empresarial bajó un 5,9%, como consecuencia del proceso de desendeudamiento de las compañías desde el inicio de la crisis.

Internacionalización de la empresa española

Un sector en el que se apoyó durante muchos años el crecimiento económico de España y que luego se vino abajo, se ha volcado recientemente en los mercados exteriores para levantar el vuelo: las grandes constructoras salvan los primeros resultados del año gracias a que tienen el 75% -de media- de su facturación en el exterior (OHL, FCC, Sacyr, ACS, Acciona, etc). Los inversores premian esa estrategia de internacionalización porque, con la excepción de algunas compañías, casi todas estas empresas se han revalorizado en Bolsa en los seis primeros meses del año.

Abertis -multinacional española líder mundial en gestión de infraestructuras, ajena a los problemas de la construcción-, con capacidad de invertir en proyectos por hasta 8.000 millones, tiene los ojos puestos en comprar autopistas en EEUU –entre otros mercados internacionales-, encargando a Barclays (ironías de la vida: el negocio de este banco en España podría ser adquirido por La Caixa, accionista de referencia en Abertis) que busque alternativas de inversión en Norteamérica. Y, quien dice Estados Unidos, en un punto de planeta, dice Israel, en Oriente Medio, país líder en tecnologías de la información y start-ups, donde Abertis está en negociaciones para adquirir el grupo de satélites Spacecom. Y la multinacional española, de origen catalán, y vocación mundial, sigue tendiendo sus tentáculos en Italia, en el negocio de antenas de telefonía (Wind y Telecom Italia).

El sector del automóvil lidera la recuperación de la industria: Los nuevos modelos disparan la producción de coches a más del 12%. De hecho, las plantas españolas no fabricaban a este ritmo desde los años 90. En abril, se fabricó un 15,7% más pese a tener menos días laborables, y las exportaciones crecieron un 8,35%. Mayo ha sido incluso mejor y la Asociación Española de Concesionarios adelanta que la venta de coches, en la primera mitad del año, podría incrementarse casi un 20%. Los continuos Planes VIVE han ayudado sobremanera a mantener a flote este sector tan vital para la economía española. Gran parte de la producción de vehículos en España no tiene solo por mercado final el local, sino también los mercados internacionales, mediante la exportación, especialmente a la Unión Europea.

Como lo es cualquier hecho que suceda en el sector más importante en volumen de toda nuestra economía, “los Servicios”: en marzo, la facturación del sector servicios registró su mayor repunte en 4 años (+3,9% de aumento). Al mismo tiempo, el ritmo de crecimiento de la actividad manufacturera acumula siete meses consecutivos en positivo y marca sus mejores cifras en 50 meses, siendo mayo y junio dos meses récord.

Publicado previamente el 7 de julio en  El Confidencial Digital

Celebración del 4 de Julio en EEUU: 288.000 parados menos

Los conservadores en Estados Unidos no paran de citar el último estudio de Quinnipiac, según el cual Barack Obama, con un 33% sería el peor presidente de América desde 1945, superado -incluso- por George W. Bush, con un 28% (a mayor porcentaje, en este estudio, peor se considera al Presidente). Ronald Reagan, Bill Clinton y John F. Kennedy, en cambio, aparecen como los mejores presidentes del siglo. En los tres últimos casos, la economía norteamericana vivió momentos gloriosos, de gran crecimiento y creación de empleo, aunque a Reagan le tocó lidiar con la recesión de principios de los 80' y el Crash bursátil de 1987, al igual que a Clinton con la recesión de 1992 y el estallido de la burbuja de Internet de 2000. Pero, en ambos casos, el crecimiento económico superó el 3% de media y la generación de empleo fue de 200.000 empleos mensuales. Esto, lo recuerdan bien los norteamericanos.

Teóricamente, hoy, se iban a hacer públicos los datos de empleo del mes de junio, pero al ser fiesta del 4 de Julio, la comunicación se realizó ayer. Los datos han sido tan positivos, que han superado las previsiones más optimistas. Hace unos días, Bloomberg llevó a cabo una encuesta entre economistas de Wall Street. The Wall Street Journal hizo otra: en ambos casos, el famoso "consenso de analistas" decía que se crearían 215.000 puestos de trabajo en junio y que, por tanto, la tasa de paro quedaría en el 6,3%. Wrong. No way. El dato ha sido de 288.000 parados menos y la tasa de desempleo se ha reducido en un 0,2%, bajando hasta el 6,1%: hasta la FED (Reserva Federal) se ha quedado -gratamente- "sorprendida", porque ese porcentaje se acerca a su objetivo de paro del 6% para aumentar los tipos de interés y dejar de comprar deuda pública e hipotecaria. Las buenas noticias han llegado antes de lo esperado, para bien de todos.

Aquellos que quieren poco al presidente dicen que el desempeño de la economía -con un decrecimiento del PIB de -2,9%- en el primer trimestre, fue un desastre. Aún así, tendrían que explicar cómo es posible que, con esos datos tan malos, se crearan de media mensual 190.000 empleos en el primer trimestre del año. El año 2013 comenzó con una tasa de paro del 7,9% y la media mensual de creación de empleo fue de 210.000, el año pasado. En el segundo trimestre de 2014 ha sido de 272.000 cada mes. Intuyo que habría muchos países que estarían deseosos de experimentar un crecimiento económico poco brillante desde el punto de vista estadístico, a cambio de una tan fuerte creación de empleo como la norteamericana. Sin lugar a dudas, el 4 de Julio va a ser un gran día de celebración, gracias a la generación de esos 288.000 nuevos empleos en junio.

Aunque, ¿no es cierto que, en todos sitios, hay aguafiestas, especialmente en las celebraciones? Los que no quieren al presidente ponen todo tipo de pegas a la creación de empleo con Obama. Sin embargo, algunos datos son elocuentes, como respuesta a sus críticas. Si dicen que ha descendido el paro debido al efecto desánimo (hay menos tasa de actividad porque personas que buscaban empleo han dejado de hacerlo, fruto del desánimo), la respuesta adecuada es que, ese efecto desánimo se ha reducido en dos tercios y que, por tanto, incluso tenido en cuenta, la tasa de paro subiría solamente del 6,1% al 6,5%. Y esto, aun incluyendo a los parados de larga duración, que en Estados Unidos son aquellos que buscan trabajo durante seis meses (no dos años, como sucede en algunos países de Europa).

¿Y qué ocurre con todos aquellos que buscan trabajo? En Europa, una persona con un trabajo a tiempo parcial no estaría considerada desempleada. Si se quiere, podemos tener en cuenta a los que trabajan a tiempo parcial en Estados Unidos y desearían hacerlo a tiempo completo, y los consideramos como desempleados: la tasa de paro estaría en el 12%, versus el 11,9% de la Unión Europea o el 25,8% de algunos países de Europa.

Buscarle tres pies al gato a los datos del paro de Estados Unidos, con una tan fuerte creación de empleo es una labor inútil. A Reagan, Clinton y Kennedy se les considera excelentes presidentes porque con ellos se vivió prosperidad económica. Con Obama, se ha recuperado mucho terreno perdido desde la Gran Recesión de 2007-2009. Hoy la tasa de paro está mejor que en septiembre de 2008, cuando se hundió Lehman Brothers. Hay casi 9 millones de nuevos puestos de trabajo. Y, si se cumplen las previsiones de analistas y economistas, el crecimiento económico del segundo trimestre será del 3%, como en las mejoras épocas de Bill Clinton. Es muy posible que sea su desempeño económico aquello que los norteamericanos recuerden de Obama, cuando este deje el poder y, muy posiblemente, le pase el testigo -tras pasar por las urnas en 2016- a otro presidente (o presidenta) demócrata.

Publicado previamente el 4 de julio en el blog de Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes


Hillary Clinton, Hard Choices, elecciones 2016

El 2 de julio (ayer) pude consultar diez encuestas pre electorales sobre las elecciones presidenciales norteamericanas que tendrán lugar en 2016. Por parte del partido demócrata se proponía como candidata a Hillary Clinton quien, por parte republicana, tenía como oponentes a todos aquellos que, hoy, se cree podrían tener posibilidades electorales en 2016: Bush (Jeff), Ted Cruz, Rand Paul, Mike Huckabee, Marco Rubio, Paul Ryan, Christie, etc. En todas ellas resultaba ganadora por amplio margen Hillary Clinton. Quizá por eso, Clinton está recibiendo tantas críticas desde el partido republicano: la ven como una fuerte amenaza y utilizan cualquier excusa para atacarla.

Que Hillary Clinton ha sido una figura polarizante en Norteamérica..., ya lo sabíamos. Llevo estudiando su figura -y la su marido, el presidente Bill Clinton- desde la campaña electoral presidencial de 1992. Los momentos de mayor popularidad, entre norteamericanos y ciudadanos de todo el mundo, fueron cuando se la consideró la víctima en el caso de Monica Lewinsky, a finales de la presidencia de su marido, y entre 2009 y 2013, en que fue Secretaria de Estado con Barack Obama y, por tanto, la diplomática de mayor rango de Estados Unidos y su representante ante el mundo.

Por lo demás, durante más de una década, las encuestas de Gallup nos dicen que Hillary Clinton es la mujer más admirada del mundo; en 2013, incluso, por encima de Michelle Obama. Encuestas de finales de junio de 2014 publicadas por The New York Times, The Wall Street Journal y la cadena de televisión FOX nos muestran la polarización que la figura de Hillary Clinton vuelve a despertar, tras el lanzamiento de su segundo libro de memorias ("Hard Choices", 10 junio 2014, Simon & Schuster) y la campaña de promoción que le acompaña. Sin embargo, en todos los casos, las encuestas muestras que son más aquellos que le apoyan, que los que la rechazan y, entre estos últimos, son mayoritarios los republicanos. En cambio, demócratas blancos, hispanos, asiáticos, afro americanos, judíos, católicos y un porcentaje significativo de republicanos moderados están a favor de Hillary Clinton.

Uno de los ataques más fuertes que se le ha hecho a Clinton recientemente tiene que ver con la fortuna que ella y su marido poseen. Ambos se han defendido. En palabras de Hillary, "cuando abandonamos la Casa Blanca -enero de 2001-, estábamos en bancarrota. Hemos hecho dinero trabajando duro porque creemos en el Sueño Americano de que si trabajas duro y sigues las normas, la mobilidad social te permitirá llegar lejos". El año pasado el matrimonio Clinton ingreso 16,7 millones de dólares y su patrimonio conjunto alcanza los 200 millones de dólares. "So, what"?, se diría en inglés: ¿Cuál es el problema? Bill y Hillary Clinton han ganado ese dinero dando conferencias y gracias a los derechos de autor de sus libros. Si alguien no quiere pagar 200.000 dólares por escuchar a Hillary Clinton, lo más sencillo que puede hacer es no asistir a su conferencia: supongo que nadie le obliga. Tampoco es menester comprar sus libros, "necesariamente".

¿Ha ganado dinero Bill Clinton con su famosa Clinton Global Initiative? Sí, y también ha hecho mucho bien al mundo. De la misma manera que la labor de Hillary como Secretaria de Estado ayudó sobremanera a recuperar el prestigio de Norteamérica en el mundo. Su último libro de memorias contrasta enormemente con el de su predecesora en el cargo, otra mujer muy inteligente, Condolezza Rice. En "No higher honor" (Simon & Schuster, 2011), Rice habla de una América que le dice al resto del mundo lo que tiene que hacer. En "Hard Choices", Clinton trata de recuperar la primacía de América en el mundo a través de la diplomacia y la fortaleza económica. Son dos enfoques muy distintos de ver la política exterior de Estados Unidos. Con George Bush, Estados Unidos multiplicó por dos el déficit público y se embarcó en dos guerras largas y de difícil arreglo. Con Barack Obama, Norteamérica ha dedicado seis años a la recuperación económica y del empleo perdido durante la Gran Recesión (2007-2009).

En términos sencillos, diré que no veo nada de malo en que los Clinton hayan ganado 200 millones de dólares. Llevan más de 30 años dedicados al servicio público. Hillary ha sido abogado corporativo, esposa de Gobernador (de Arkansas), Primera Dama, senadora por Nueva York y Secretario de Estado. Ha publicado varios libros muy exitosos, dentro y fuera de Estados Unidos, cosa que no le perdonan muchos republicanos, cuyos libros no salen de las fronteras americanas, porque sus líderes no son figuras importantes en la escena internacional, mientras que la "marca Clinton" es una de las de mayor notoridad en todo el mundo.

Por lo demás, en Estados Unidos no hay problema en hablar de dinero. En algunos países de Europa, especialmente en los de Sur, hay más pudor. No en Norteamérica. En cualquier caso, ¿que suponen los 200 millones de euros de los Clinton comparados con las grandes fortunas de miles de millones de Bill Gates y Warren Buffett? ¿O los miles de millones de Mitt Romney, el que fuera contrincante electoral de Barack Obama en 2012?

No va nada con el espíritu estadounidense criticar a alguien por su fortuna porque, afortunadamente, en Estados Unidos se admira a las personas que tienen éxito. El problema de los republicanos es que su base electoral es cada más más pequeña -sus perspectivas electorales rondan el 30%, cuando deberían estar en el 45%, que es donde están los demócratas-. Blancos, del sur, rentas bajas y sin estudios, granjeros, evangélicos..., sienten que "los liberales demócratas", "los intelectuales snob de la Costa Este y de la Costa Este" no representan la América que ellos defienden.

Su problema consiste en que América ha cambiado mucho en las últimas décadas y ellos parecen no haberse enterado.

Publicado previamente el 3 de julio en el Blog de Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes

La economía no es el origen de los problemas de Obama

El índice de aprobación del presidente Obama en Estados Unidos ha alcanzado "un mínimo histórico", desde que inició su presidencia hace seis años. Según el Tracking de Advice Strategic Consultants, el 41,5% de los norteamericanos aprueban su gestión, versus el 53,9% que se muestran descontentos con él. Más aún, desde una relativa perspectiva histórica, comparando los índices actuales de aprobación de los presidentes vivos actualmente, Obama aparece en último lugar y, en cambio, Bill Clinton -con un 60% de buena imagen- destaca por ser el presidente mejor valorado. George Bush hijo tiene mejores puntuaciones que Obama.

Vale la pena poner estos datos -aunque sean nuestros- en contexto. Dos cuestiones a tener en cuenta: no es casualidad que todos los presidentes desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy hayan tenido peor calificación en el segundo mandato que en el primero. El primer mandato siempre se inspira y fundamenta en la ilusión de la elección de un nuevo presidente. Le paso a Ike, a Nixon, a Reagan, a Clinton, a Bush hijo y le está pasando Obama. Obviamente, están descartados presidentes de un solo mandato, como Kennedy, Johnson, Gerald Ford, Carter y Bush padre. Refiriéndose a su reelección como presidente para un segundo mandato en noviembre de 2012, el presidente Obama afirmó: "en 2008 yo signifiqué cambio y aire fresco. Hoy, cuatro años más tarde, soy noticia pasada". La gente, el electorado, está deseoso de cambio y novedad, a la par que el ejercicio del gobierno genera desgaste.

El segundo factor que hay que considerar es la fuerte idealización que tienden a hacer los norteamericanos sobre épocas pasadas, siempre consideradas más gloriosas y doradas. Como dice Hillary Clinton en su recién publicado libro de memorias ("Hard Choices", junio 2014, Simon & Schuster), "cuando llegamos al poder había un debate en la sociedad -años 2007 y 2008- sobre la presunta pérdida de primacía de Estados Unidos en el mundo". Nosotros mismos hablamos de ello en dos de nuestros libros ("Obama y el liderazgo pragmático", Profit, 2010; "La Reinvención de Obama", LID, 2011). Sí hubo un debate de ese estilo en Norteamérica en esos años. Pero tras los cinco años de recuperación económica (2009-2013), con un crecimiento medio trimestral del PIB del 2%, 8,5 millones de puestos de trabajo nuevos creados (tasa de paro actual del 6,3%), ya nadie en América habla del decaímiento o pérdida de liderazgo de Estados Unidos en el mundo. Otra cosa es que las personas idealicen el pasado: "la maravillosa época Clinton", "la época dorada de Kennedy", "el poder de América con Reagan", etc. Incluso se recuerda con cierto aprecio la presidencia de Bush hijo. Pero, al mismo tiempo, se olvida que todos estos presidentes tuvieron que resolver serios problemas en su época y que, cuando fueron presidentes, no siempre gozaron del favor de la opinión pública.

A Obama le está costando sacar adelante su agenda política: la Reforma de la Sanidad -convertida en ley an marzo de 2010- no está siendo implementada como el presidente querría y, peor aún, está siendo un lastre para la economía (restó 0,16pp al PIB del primer trimestre de 2014). La oposición republicana "carga" contra el presidente utilizando la reforma de la sanidad -que siempre polariza opiniones en América- como arma política arrojadiza. La reforma de la inmigración está parada en la Cámara de Representantes -con mayoría republicana, aunque fue aprobada en el Senado, que tiene mayoría simple demócrata. Obama quiere sacar adelante su política medioambiental, cuando aún puede hacerlo.

En política internacional el presidente está intentado involucrar lo menos posible a Estados Unidos en los conflictos de Siria, Iraq y Afganistán, porque su prioridad es consolidar la recuperación económica. Los estadounidenses no quieren que su país se inmiscuya en más guerras, como en la época de George Bush, aunque las tentaciones sean grandes.

En este contexto, sería fácil culpar a los malos datos económicos del primer trimestre de 2014 como causa de la mala imagen del presidente entre sus conciudadanos. Pero no es así, porque la creación de empleo es fuerte y estable, con una media mensual de 190.000 nuevos puestos de trabajo generados desde junio de 2009. Desde The Wall Street Journal a JP Morgan Chase, muchos coinciden en que el retroceso económico del -2,9% entre enero a marzo de este año, es solo un bache en el camino debido al mal tiempo, contracción de consumo privado y la inversión, aumento de las importaciones y descenso de las exportaciones. Las previsiones para el segundo trimestre, en cambio, son muy optimistas. También para el conjunto del año.

No, los problemas de imagen del presidente no se deben a su gestión de la economía, que está obteniendo buenos resultados, sino al cansancio de los cuidadanos-electores, que ya piensan en las elecciones de noviembre (mid-term elections) y, más aún, en las presidenciales de 2016, donde muchos ponen las esperanzas en una renovada Hillary Clinton, que aprovecha el lanzamiento de su libro para dar a conocer sus ideas políticas por todo el pais.

Publicado previamente  el 27 de junio en el Blog de Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes