jueves, 12 de marzo de 2015

Distribución, demanda interna y contribución social

Las fuentes de información económica que vamos conociendo durante 2015 coinciden en mejorar las previsiones macroeconómicas de España para 2015 y 2016. Entre otras, están el FMI, la Comisión Europea y la OCDE, entre las internacionales. Las españolas más relevantes, como La Caixa Research, BBVA y Santander también son más optimistas. El Gobierno, más cauto, esperará a finales de abril para actualizar el cuadro macroeconómico que enviará a la Comisión Europea, al tiempo que pondrá al día el Plan de Reformas. Será la tercera vez que lo haga, desde que gobierna. Hasta ahora, las previsiones siempre han sido mejores y los datos económicos (crecimiento del PIB y del empleo), también.

En los años previos, la demanda externa y las exportaciones habían sido los motores del crecimiento económico. A finales de 2014, como puso de manifiesto el Banco de España en su Boletín Económico de enero, se produjo un cambio en la composición del crecimiento económico en el que la demanda interna tomaba el testigo a la externa. Los hogares, con más renta disponible porque aumentó el empleo en 2014, y porque se han quitado de encima deudas (“progresivo despalancamiento”, dice el Banco de España), han gastado más. El comercio al por menor lo notó especialmente, con aumento de su facturación por vez primera desde 2007. El Corte Inglés, por ejemplo tuvo, solo en el mes de diciembre pasado, once millones de visitantes únicos en su tienda online, incrementando su facturación por esa vía en un 60%, consolidando su liderazgo en el comercio electrónico de nuestro país. La Navidad fue buena para el comercio retail, que aumentó sus ventas el 6,5%, en Navidad.

El papel central que ha desempeñado en el cuatro trimestre del año el consumo interno, concretamente de las familias, pone en primer plano la contribución de la Distribución al crecimiento económico. Conforme la recuperación económica se afiance y, con ella, aumente la confianza y el empleo, cabe prever un mayor consumo de las personas. Ahí, la Gran Distribución tiene mucho que decir, porque es uno de los sectores de actividad que, según una mayoría de españoles “más contribuye a la recuperación” y “tiene mejor imagen”, según el Estudio Advice de Éxito Empresarial 2014. Una empresa destaca sobremanera en este ámbito, que es El Corte Inglés: hasta tal medida es punto de referencia en nuestro país, que tan solo en 2013, recibió 600 millones de visitantes en sus diversos centros comerciales.

La proximidad –como concepto, cercanía, familiaridad- de El Corte Inglés juega a su favor. Es empresa muy bien percibida por el 78% de los españoles, especialmente entre las mujeres de todas las edades. El hecho de que sea una Gran Empresa de Gran Distribución “que vende de todo”, la hace particularmente atractiva para los hombres, también. Y su apuesta por el comercio electrónico, como ya hemos visto, de manera exitosa, le granjea el favor de los jóvenes entre 24 y 34 años, especialmente.

Podría pensarse que, como toda la población tiene necesidades de compra, en la que medida en que El Corte Inglés provee de todo, la convierte en una empresa hacia la que hay una gran favorabilidad; y así es, según datos del Estudio Advice entre 2011 y 2014. Al mismo tiempo, en los años de crisis, muchas personas lo han pasado, y lo están pasando mal. La actitud global favorable que tiene la sociedad española hacia El Corte Inglés, no se deriva solo de su contribución económica al ser el primer empleador de España. También está asociada a lo que los expertos llaman responsabilidad social empresarial, o lo que la población general entiende como, simplemente, contribución social.

Ejemplos no faltan. En 2014, El Corte Inglés donó más de 50.000 euros, con la participación de empleados y clientes, a Médicos Sin Fronteras en su lucha contra el Ébola. Hoy esta enfermedad ha sido desplazada por otras noticias, del primer plano de la actualidad, pero en 2014 fue tema central de atención y preocupación y, El Corte Inglés, quiso ayudar económica y solidariamente a quienes más hacen sobre el terreno para salvar vidas.

En otro orden de cosas, aunque todos queremos comer, desgraciadamente no todos tienen los medios a su alcance para conseguirlo. Casi 14 millones de españoles se encuentran hoy cerca del umbral de la pobreza, especialmente pensionistas, parados, y familias de rentas muy bajas. El Corte Inglés quiso paliar su sufrimiento y contribuir a su bienestar entregando a Cáritas, Cruz Roja, Bancos de Alimentos y otras organizaciones, 2.200 millones de toneladas de alimentos para hacérselos llegar a los más necesitados, en 2014.

Como vemos, la contribución a España de la Distribución y de una gran empresa como El Corte Inglés tiene muchas facetas: la macroeconómica, para animar el crecimiento del país y la demanda interna –motor del crecimiento-, la del empleo con más de 100.000 empleados, sus familias, y las de miles y miles de pymes y autónomos que hacen sus negocios gracias a El Corte Inglés. Y la social, que es involucración activa y positiva con sus grupos de interés, con el ánimo de ayudar activa y eficazmente.

Publicado previamente en Cinco Días el 11 de febrero de 2015

Regulación en Telecomunicaciones y Sociedad de la Información

Según el Ranking de Competitividad del World Economic Forum (2013 y 2014), el desarrollo de las Telecomunicaciones es uno de los pilares esenciales para la construcción de la economía del conocimiento. Las Telecomunicaciones son el sustrato sobre el cual se construye el edificio económico, empresarial y social, que alcanza su mayor altura cuando posibilita que las Tecnologías de la Información lleguen a las pymes –para hacerlas más productivas y competitivas- y a la población general, para que esté más conectada e informada.

Es tan importante lo que suceda en el sector de las Telecomunicaciones, que acapara primeras páginas de los periódicos, es motivo de atención por parte de los poderes públicos y políticos y se convierte en objeto de regulación, a veces excesiva. En Estados Unidos hay gran revuelo con la llamada “neutralidad en la red”, que quiere impulsar el presidente Obama, afectando de lleno a las operadoras de Telecomunicaciones. En Capitol Hill (donde tiene sede el Congreso norteamericano) hay fuertes debates sobre si tiene que haber o no, “un Internet de dos velocidades”. Curiosamente, sobre las operadoras de Telecomunicaciones se aúpan los gigantes de Internet, que no tienen que hacer la inversión en redes que sí han hecho sus homólogas de Telecos, y se despierta la polémica entre las ATT, Verizon, y los Google, Amazon, Apple y Facebook de turno. Las empresas de Internet se benefician de las inversiones que han hecho las operadoras, y esto es objeto de debate en Norteamérica.

También lo es el desfase que hay entre la concentración de pocos operadores de Telecomunicaciones en Estados Unidos, versus la enorme atomización que se observa en el continente europeo. Como en otros mercados –regla de oro del capitalismo-, toda vez que se alcanza cierto grado de desarrollo en un sector de actividad, se tiende a la concentración (“The making of global Capitalism”, “The endless crisis” o “The ascent of money”, “Why nations fails”, entre otras crónicas recientes del Capitalismo). Lo vemos en Reino Unido: EE con BT, O2 con Hutchinson. También en España: Vodafone con ONO, y Orange con Jazztel. Telefónica, por ahora, se mantiene exitosamente al margen de esos procesos. Es uno de los motivos por los que Fortune la declaró en 2014 como la operadora de Telecomunicaciones más reputada fuera de Estados Unidos, y Advice la identificó como la empresa más exitosa de España conforme a los veinticinco parámetros del éxito empresarial.

En mi época se estudiaba el Derecho Internacional Comparado. Llama la atención poderosamente que la regulación de fibra óptica en España –versus la de otros países similares- sea mucho más restrictiva y dañosa para el llamado operador dominante, que en Francia, Portugal o Polonia. La cuestión no es baladí. Las operadoras de Telecomunicaciones han hecho del despliegue de su fibra óptica la piedra angular de sus estrategias de negocio. La justicia  -en su concepto clásico de “darle a cada uno lo suyo” o “ius suum cuique tribuendi”- ha de tener en cuenta que no se pueden hacer agravios comparativos, ni en la relación de unos con otros –justicia recíproca-, ni en la que regula el bien común –justicia distributiva-. Todos estos principios saltan por los aires cuando se aprecia el trato negativo que recibe Telefónica si sale adelante la regulación más estricta de Europa en cuanto a la fibra óptica, que podría obligar a la operadora española a abrir su red a sus competidores, sin que haya contrapartida por parte de ellos. Esto situaría a Telefónica en una situación de inferioridad de condiciones, derivada de una -extraña y sin precedentes-, situación de inseguridad jurídica.
Las leyes no deberían ir en contra del progreso económico de las sociedades, antes al contrario. Y la regulación de los mercados debería ser acorde con este principio: fomentar el desarrollo económico y social.

Telefónica ha invertido 10.000 millones de euros en redes de nueva generación entre 2009 y 2013. Ningún otro operador ha hecho algo similar en España. Tampoco hay ningún otro sector de actividad en que una empresa privada haya invertido tanto dinero en el desarrollo de un servicio o producto. Máxime, cuando va dirigido al beneficio de la población general.

En 2014, Telefónica llegó a cinco millones de hogares con su red de fibra óptica de nueva generación. Otros cinco millones habían sido positivamente impactados en 2013 y, de cumplirse los planes de la operadora digital, este año 2015, llegaría a otros diez millones adicionales de hogares, cubriendo el 80% del mercado. Telefónica es una empresa privada que, además, es española. El sentido común y los principios de libre empresa y economía de libre mercado dicen que debería dejarse actuar a Telefónica con la misma libertad con que operan Vodafone y Orange en España o, en sus países de origen, Vodafone en Reino Unido y Orange en Francia. La reciprocidad es un principio esencial en la justicia y en el derecho.

Desde un punto de vista económico, España quiere ser una economía del conocimiento, con menos peso del ladrillo, y más influencia de las tecnologías de la información, como sucede en Estados Unidos, que aportan el 70% del PIB. La Agenda Digital del Gobierno de España, en línea con la Agenda Digital Europea, ponen en el centro del desarrollo de la economía y la sociedad, el impulso de la fibra óptica y que una mayoría de la población tenga acceso a la banda ancha. España, a pesar de la crisis de 2009-2013, sigue siendo una de las economías más desarrolladas del mundo. Para seguir creciendo, para afianzar la recuperación económica, debe seguir invirtiendo en las Tecnologías de la Información, para las empresas y para los hogares e individuos. La Agenda Digital deja claro el papel central de la fibra óptica, a la hora de conseguir ese objetivo.

Dentro de las leyes de la economía de libre mercado, no deberían imponérsele a Telefónica regulaciones que vayan en contra del desarrollo de la sociedad de la información. Siendo Telefónica el principal actor del mercado, lo que le suceda a ella, tiene el calificativo de sistémico, en España, y en muchos de los países en los que opera.

Los medios de comunicación se han hecho eco de noticias según las cuales Telefónica podría ralentizar o reducir su ritmo de inversión, consecuencia de la excesiva regulación, con los consiguientes negativos impactos para la economía y el empleo. España no se lo puede permitir, ahora que vemos la luz al final de la crisis económica. El bien común de la sociedad está por encima de cualquier consideración y esto impone que Telefónica no esté sujeta a regulaciones restrictivas, sino a las leyes abiertas del mercado que benefician a los consumidores.

Publicado previamente en Cinco Días el 10 de febrero de 2015

Retos económicos y políticos de EEUU al final de la era Obama

En 2015 se inicia el final de la era Obama. Así sucede siempre en los dos últimos años del segundo mandato de un presidente estadounidense. Máxime si, como suele ser habitual, el poder legislativo es de signo contrario, indicativo de que corren nuevos tiempos y que la población está necesitada de un cambio. El propio Obama lo ha dicho en alguna ocasión: “en 2008, yo era noticia fresca. Ahora ya no soy noticia”.

Bill Clinton gobernó sus dos últimos años con un Congreso republicano. George Bush lo hizo con una Congreso demócrata. Obama vuelve a revivir la era Clinton. Entre 2015 y 2016, período pre electoral en Estados Unidos, porque en noviembre de 2016 habrá elecciones presidenciales y, en 2015 los potenciales candidatos están calentando motores y empezando a recolectar fondos. La de 2016 será, con toda probabilidad, la campaña electoral más cara de la historia. Podría haber, también, un duelo al sol, entre Hillary Clinton y Jeb Bush.

En 2015 y 2016, Obama tratará de conseguir dos objetivos: por un lado, alcanzar los retos que se ha propuesto. Por otro, consolidarlos –puesto que son continuidad de sus políticas de los seis años previos- para que, parafraseando a Bill Clinton, Obama pueda constituir su propio legado como presidente.

El primer reto que tiene Obama por delante es el de la aceleración del crecimiento económico con fuerte creación de empleo. El presidente quiere llegar a finalizar su mandato con crecimientos del PIB superiores al 3% anual y pleno empleo (tasa de paro del 5%). Para ello, habrá de aumentar la tasa de participación, especialmente entre los jóvenes y los desanimados. Cada vez más, los autónomos serán protagonistas de la vida del trabajo en Estados Unidos, como en el resto de Occidente. Lo destaca The Economist en enero de 2015. Será menester subir los tipos de interés paulatinamente (le corresponderá a la FED), al tiempo que se produce la reducción de estímulos a la economía durante 2015.

El PIB americano que saldrá de la recuperación tendrá, por un lado, fuerte demanda interna (cada vez más consumo privado y público e inversión). Pero también habrá de haber exportaciones y será necesario culminar los acuerdos de libre comercio, tanto el pendiente con la Unión Europea (TTIP) como con los países de Asia Pacífico: es lo que Hillary Clinton denomina el giro estratégico de Estados Unidos hacia Asia, tras los fallidos intentos en Oriente Medio, por un lado, y la amenazadora y creciente influencia de China en la región.

El gran riesgo para la recuperación económica americana es la desaceleración en la zona euro, China, Brasil y Rusia. Y que todos juntos, tiren de Estados Unidos para abajo, porque Estados Unidos no sea capaz de tirar de ellos para arriba.

El legado del presidente no sería completo, si no se consolidan las reformas iniciadas. La reforma de la sanidad arrancó con mal pie, pero son ya muchos los millones de norteamericanos que se benefician de ella y está siendo motor del crecimiento económico.

La reforma financiera, de la que ya hablamos en obras previas, debe aún ser implementada. Quedar por aplicar la letra pequeña –desarrollo normativo- del 40% de la ley Dodd Frank.

La reforma de la inmigración ni siquiera ha sido incoada (aunque una versión bipartidista llegó a ver la luz en el Senado): a finales de 2014, Obama ha impedido la deportación de cinco millones de hispanos, pero la realidad es que la ansiada reforma no avanza, debido a la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas. Estados Unidos tiene quince millones de latinos viviendo y trabajando ilegalmente en el país. Su peso demográfico es cada vez mayor y también el electoral. Los republicanos temen un país diverso y muy distinto al heredado de sus abuelos, y los demócratas ven una oportunidad en abrazar esa diversidad de la que se nutren.

El aumento de los niveles de renta familiares a partir de 2015 habrá de estar en la agenda de Obama en materia de política económica interna. La salida de la crisis se ha saldado con aumentos de productividad (gracias a las tecnologías de la información y congelación de salarios): es tiempo, ya, de que los ciudadanos se beneficien de la recuperación económica, con una mayor capacidad para ahorrar y gastar.

Las elecciones presidenciales de 2016 marcarán también en parte la agenda del presidente, porque recibirá presiones de los contendientes demócratas que ya se van preparando para la batalla electoral.
Desde un punto de vista sociodemográfico, Obama tendrá que lidiar con tres grandes retos: las tensiones raciales, reducir la disparidad de ingresos entre ricos y pobres, y asegurar la movilidad social o el llamado “Sueño Americano”. Este tercer punto va a ser la gran baza electoral de Hillary Clinton en 2016, recordando a los electores los logros económicos conseguidos por su marido en los años noventa.

Desde un punto de vista político, para Obama no va a ser fácil conseguir estos objetivos, porque va a tener enfrente a todo el poder legislativo (Cámara de Representantes y Senado, en manos republicanas). Por tanto, Obama tendrá que conjugar el gobernar por decreto ley, y el llegar a compromisos con los republicanos, sabiendo que esto último no le ha sido fácil en seis años de presidencia.

La política internacional, por último, es el reto en el que suelen refugiarse los presidentes en sus dos últimos años de mandato. En cualquier caso, hay problemas que requieren la atención real de Obama, empezando por el restablecimiento de las relaciones con Rusia, tras los enfrentamientos por Ucrania.
En Oriente Medio hay compromisos ineludibles. Primero, la retirada con honor de guerras inconclusas, como Irak y Afganistán. Pero también el conflicto en Siria, donde Obama se había autoimpuesto unas líneas rojas que él mismo acabó saltándose, para no tener que involucrarse más en la guerra civil que asola ese país. La aparición de ISIS, en Irak y Siria, y los ataques en Occidente perpetrados por islamistas radicales –como los terribles sucesos de Francia en enero de 2015- obligarán a Obama a no desligarse del único lugar del mundo del que quería marcharse. También habrá de involucrarse más con Pakistán, porque los talibanes están no fuera, sino dentro de sus fronteras, y el armamento nuclear pakistaní corre peligro: Norteamérica habrá de acudir en su auxilio, y poner dinero y armas encima de la mesa.

Obama desea que Irán deje de ser un problema. A Estados Unidos no le ha molestado que Irán y Hizbulá luchen contra el Estado Islámico (ISIS) en Siria e Irak, pero a Israel –y, por tanto, a Estados Unidos- no le hace ninguna gracia que Irán pueda convertirse en una potencia nuclear. De manera que las negociaciones para que el país persa termine con su programa de enriquecimiento de uranio continuarán durante 2015 y 2016. El presidente de Irán, el más moderado de los últimos presidentes que ha tenido el país, Hasán Rouhaní, tiene la presión de una población que no quiere quedarse aislada del mundo, que siente la presión de los países musulmanes sunníes (especialmente su enemigo Arabia Saudí) y que quiere mejorar su nivel de vida, para lo que es menester levantar las sanciones económicas internacionales al régimen iraní. Todo indica que Rouhaní es un clérigo-político-presidente pragmático, que se esforzará por alcanzar un acuerdo.

Mencionar Irán es sacar a colación el Acuerdo de Paz en Oriente Medio, entre palestinos e Israel. Por ahora, tras los varios intentos frustrados que muy bien narra Hillary Clinton en “Hard Choices”, es altamente probable que Obama se tome un respiro en esta cuestión, al menos hasta ver qué dilucidan las elecciones en Israel de 2015.  El actual primer ministro, Benjamín Netanyahu no tiene una especial buena relación con Barack Obama, y sus enfrentamientos, aun suavizados ante la opinión pública, son ya famosos. Probablemente, como ya hicieran George Bush y Condolezza Rice, Obama intente muy al final de su mandato una última iniciativa de paz auspiciada por Estados Unidos.
Por último, una cuestión simbólica: el inicio de una mayor normalización en las relaciones con Cuba no significa mucho ni política ni económicamente. Pero tiene una gran trascendencia histórica.

Publicado previamente en Cinco Días el 16 de enero de 2015

2015 y el futuro de la economía norteamericana

Estados Unidos ha culminado 2014 con un crecimiento interanual de 5%. En términos de Producto Interior Bruto. El consumo interno, la inversión, las exportaciones han contribuido fuertemente: tanto demanda interna como demanda externa.

El Banco Mundial –como otras instituciones internacionales: FMI, OCDE, Comisión Europea- augura en su informe de enero de 2015, que Estados Unidos será el principal motor del crecimiento económico mundial. Los semanarios económicos y de negocios The Economist y Business Week, de diciembre de 2014, sostuvieron la misma tesis.

A lo largo del período que abarca desde junio de 2009 hasta diciembre de 2014, la economía norteamericana ha ido cogiendo fuerza, en términos de crecimiento y de empleo. En 2014 ambos parámetros han empezado a asemejarse a los de “la era Clinton”. En 2014 se crearon 3 millones de empleos en Estados Unidos: el mejor dato desde 1999. La media mensual ha sido de 224.000, aunque en noviembre fueron 353.000 y en diciembre 252.000. La tasa de paro se ha visto reducida hasta el 5,6%: es casi la mitad de la que había en los inicios de la crisis, cuando el desempleo llegó al 10,2%, y cada mes eran despedidos entre 800.000 y 900.000 personas, en la segunda mitad de 2008 y el primer semestre de 2009.

Casi todos los sectores de actividad económica han contribuido a la creación de empleo, empezando por los 52.000 en servicios profesionales y tecnologías de la información. Pero también los 48.000 de la construcción o los 34.000 en servicios sanitarios. Ha aumentado el empleo a tiempo completo (más de 400.000 trabajadores lo han conseguido), aunque la tasa de participación sigue siendo relativamente baja, del 62,7% y los salarios –mes sobre mes, de noviembre a diciembre de 2014- han descendido el 0,2%, aumentando en el año el 1,7%.

Bien es cierto que la baja inflación y el fuerte descenso del coste de la gasolina han puesto más dinero en los bolsillos de los norteamericanos, aumentando su poder adquisitivo y capacidad de compra. Es decir, que, aunque los salarios no han aumentado significativamente en 2014 –durante los seis años de recuperación lo hicieron en un 4%, versus un 8% de la época de Clinton-, los hogares estadounidenses disponen de más dinero para consumir y ahorrar, debido a la fuerte contención y bajada de precios en algunos casos.

La Reserva Federal (FED) tiene presiones para actuar. También las tiene para que no actúe. The Wall Street Journal y Bloomberg hicieron a finales de 2014 encuestas entre cien economistas, respectivamente, acerca de la previsión de los datos de paro de diciembre y, en los dos casos, se quedaron cortos: preveían una creación de empleo de 240.000 puestos de trabajo y no de 252.000. También pensaban que la tasa de paro pasaría del 5,8% de noviembre al 5,7%, cuando la realidad fue mejor, del 5,6%. Estos mismos economistas –cientos de ellos- anticipan que 2015 y 2016 serán buenos años para la economía norteamericana.

De ahí las presiones para que la Reserva Federal actúe. Ben Bernanke, primero, y Janet Yellen, después, han buscado un crecimiento económico anual del 3% y que la tasa de paro baje al 5,5%. Ambos objetivos van camino de conseguirse. Y la FED tiene varios mandatos: asegurar el crecimiento económico con creación de empleo, por un lado, y la estabilidad de precios, por otro. Lo primero está encaminado, tras 6 años de crecimiento tenue, pero casi ininterrumpido. Y el objetivo de inflación está controlado: por debajo del 2%, como quiere la FED.

Las medidas extraordinarias adoptadas por la Reserva Federal y por el Gobierno estadounidense quizá empiecen a perder su sentido. Primero ha sido el Quantitative Easing, de tal manera que aquel se ha ido gradualmente, reduciendo la compra de deuda pública e hipotecaria; y ahora podría ser el turno de los tipos de interés, que han estado en el entorno del 0% durante seis años y, quizá, en la segunda mitad de 2015, podrían empezar a subir de nuevo.

Los mercados de valores viven momentos de euforia, con el DJ (Dow-Jones) en máximos históricos, al igual que el Nasdaq y el SP-500. Por lo general, todos los índices bursátiles han alcanzado niveles formidables en los últimos dos años. El mercado de la vivienda se ha revitalizado de nuevo –con fuertes diferencias regionales, como muestra el Índice Case Schiller-, y en Silicon Valley aparece un nuevo panorama empresarial exitoso completamente inmerso en el entorno digital, nacido en ese nuevo entorno, y que sigue la estela exitosa inaugurada por empresas que ya generan muchos beneficios, como Amazon.com, Facebook, Apple y Google.

Ya no se trata de lo que hicieron las famosas “dot.com” de 1999, 2000 y 2001, que arruinaron a tantos, y defraudaron grandes expectativas: entonces, el mundo no eran digital, pero hoy, tres lustros más tarde, los mercados de consumo, corporativo y de pequeñas y medianas empresas (pymes), están plenamente inmersas en los modelos de negocio de internet, las nuevas plataformas, la nube, el big data, la movilidad y las redes sociales, como herramientas para ser más productivas y competitivas. Las personas ya no pueden vivir sin la tecnología en movilidad y en estar plenamente, siempre, conectados. La necesidad de información actualizada es constante. Como explican Eric Schmidt y Jared Cohen en “The New Digital Age”, Internet ha redefinido el futuro de las personas, los negocios, la política y la concepción de la forma de participar en la democracia por parte de los ciudadanos.

Crónica de la recuperación
A lo largo de estas páginas, hacedores de la política económica norteamericana nos han ayudado a entender cómo Estados Unidos ha salido de la recesión y se ha vuelto a reinventar. Lo hemos hecho de la mano de Ben Bernanke (“The Federal Reserve and the Financial Crisis), desde la Reserva Federal. También con su colega Timothy Geithner, como secretario del Tesoro de 2009 a 2013 (“Stress Test: reflections on financial crisis”). Michael Brunwald nos ayudó a comprender y valorar el paquete de estímulo económico de febrero de 2009 por importe de 787 billones de dólares que salvó la economía americana del abismo y evitó una Depresión como la de 1929 (“The new, new deal”). El oráculo de la Reserva Federal, Alan Greenspan, a quien ya acudimos en anteriores escritos, nos ha servido para poner en valor la capacidad de predictibilidad de la economía, cuando se hacen bien los deberes (“The map and the territory. Risk, Human Nature and the Future of Forecasting”).

El premio nobel de economía, Joseph Stiglitz, en “The Price of inequality” –mucho más que el famoso Piketty en “Capital in the Twenty First Century”- ha explicado muy bien las fuertes diferencias de ingresos entre ricos y pobres que ha generado la crisis, y cómo la clase media americana ha sido la gran sufridora de la recesión.

Para nosotros, el gran cronista de la crisis ha sido el ex asesor de Bill Clinton, Alan S. Blinder, con su magna obra “After the music stopped: the financial crisis, the response, and the work ahead”. Por último, Thomas L. Friedman, junto a Michael Mandelbaum –“That used to be us: how America fell behind in the world it invented and how we can come back”- nos han enseñado que, desde los tiempos de la recesión de 2008 y 2009, cuando parecía que todo estaba hundido, y que América había perdido su primacía económica en el mundo, hasta hoy, se ha recorrido un trecho en el que el panorama ha cambiado radicalmente.

Es cierto, China ha jugado un papel esencial en estos años, y ha procurado ejercer su influencia económica, política y geoestratégica en el mundo, aprovechando que Estados Unidos atravesaba una recesión fuerte y estaba perdiendo “vidas y dinero” (Geoffrey Parker) en Oriente Medio. Nos lo ha recordado David Shambaugh en “China goes global”. Pero China –lo anticipamos hace tres años, y lo publicamos para que no hubiera duda- está experimentando una suave desaceleración de su crecimiento, que irá a más, porque sus fundamentos económicos y políticos no inclusivos son débiles (“Why nations fail. The Origins of Power, Prosperity, and Poverty”, de Daron Acemoglu y James Robinson). Por contraste, Estados Unidos está creciendo de nuevo con fuerza, y se convierte en el motor económico del mundo.

Esta obra es una explicación de las raíces, de las causas, de los fundamentos y de las consecuencias de la recuperación económica norteamericana, de la que se pusieron las bases entre 2009 y 2012 y se ha producido un proceso de afianzamiento entre 2012 y 2014. La siguiente etapa, entre 2015 y 2016 serán de fuerte acelerón del crecimiento económico y la creación de empleo. En estos años, ha sido un presidente demócrata, Barack Obama, quien ha aplicado las curas necesarias para volver a la senda de la prosperidad. Por eso hemos prestado atención a su segunda victoria electoral, en noviembre de 2012: la victoria de un presidente norteamericano –y su legado- no están asegurados si no culminan dos mandatos, como le está sucediendo a Obama.

En los últimos seis años, la economía ha sido la primera preocupación de los estadounidenses. Siempre lo es: en las duras, y en las maduras. Lo llevan en la sangre. Por eso, en esta obra hemos prestado una atención primordial a la economía, versus a otros escritos nuestros en los que las relaciones internacionales o la política interior jugaban un papel muy destacado.

2015 es el año de pistoletazo de salida de la carrera electoral hacia la Casa Blanca. Habrá elecciones presidenciales en noviembre de 2016. En su segundo libro de memorias, (“Hard Choices”), Hillary Clinton dice que tiene una difícil decisión que tomar, sobre si se presenta a las elecciones como candidata o no. Todas las encuestas la dan por ganadora, al menos por el bando demócrata. En el campo republicano, hay muchos potenciales candidatos: Jeff Bush, Marco Rubio, Ted Cruz, Mike Huckabee, Mitt Romney, Rand Paul, y muchos más. Serán las elecciones más caras de la historia, con candidatos gastando ingentes cantidades de dinero en la campaña electoral, tanto en las primarias como en las elecciones presidenciales.

Nadie sabe quién ganará, aunque todas las encuestas, hoy, dan por ganadora a Hillary Clinton. Sea como fuere, la economía será objeto de debate con toda certeza. Y esperamos, como ya hicimos en 2008 y en 2012, estar muy cerca de los Estados Unidos para, como ahora, poder vivirlo y escribirlo.

Publicado previamente en Cinco Días el 15 de enero de 2015

Como EEUU, también España tiene empresas y empresarios exitosos

En el mundo anglosajón, de manera muy intensa en Estados Unidos, al llegar el fin de año las publicaciones económicas y políticas ensalzan logros económicos y empresariales. Por contraste con lo que sucede en otros lugares, en que se habla mal del capitalismo y la libre empresa, en Estados Unidos lo habitual es destacarlos en positivo. Lejos de considerarse al empresario como a un ogro, en Norteamérica los grandes empresarios son ídolos, mitos. Así ha sido con Lee Iacocca (Ford, Chrysler), Hewlett y Packard (HP), Bill Gates (Microsoft), Steve Jobs y Tim Cook (Apple), Ben Page (Google) o Mark Zuckerberg (Facebook), entre otros muchos.

España también tiene grandes empresas y grandes empresarios, que han hecho mucho por la economía y por la sociedad. Es justo reconocerlo y otorgarles el mérito que les es debido. Las reformas económicas y las políticas públicas, por supuesto, son importantes, pero la microeconomía se aplica a las empresas, a su productividad y competitividad, a la financiación –sangre de la economía- que reciben de los bancos, a la innovación empresarial, a las tecnologías de la información, a su contribución social y preocupación medioambiental.

Las previsiones económicas del Gobierno, de Funcas, La Caixa o BBVA, entre otras fuentes de información, apuntan a una aceleración del crecimiento del Producto Interior Bruto a finales de este año y para 2015. Con crecimientos del PIB del 2% -o más- es de esperar una aceleración de la creación de empleo el año que viene. Con más puestos de trabajo, creados por las empresas, el poder adquisitivo de la población se incrementará y es razonable que se consolide la fuerza del consumo interno y de la inversión. Que continúe la pujanza de las exportaciones y que aumenten las importaciones. En 2013, anticipamos que 2014 sería el año bisagra de la recuperación, como así ha sido, tras cinco trimestres de crecimiento económico. 2015 bien podría ser el año del despegue de la economía, como todos queremos.

Este año ha sido el de los fundamentos para 2015. Y ha tenido y tendrá sus protagonistas. El despegue de la economía española no se entendería sin el protagonismo de César Alierta, presidente de Telefónica, de Isidre Fainé, presidente de La Caixa o del fallecido presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, sustituido por Dimas Gimeno. Son nuestros equivalentes españoles a esos líderes empresariales norteamericanos de que hablaba al principio. Cuando el Rey Felipe VI, se dirigió a las compañías que componen el Consejo Empresarial de la Competitividad en la sede de Telefónica, quien le contestó fue César Alierta, y allí estaban presentes esos empresarios que he mencionado. El Rey les habló del “efecto de arrastre” que las grandes empresas tienen respecto a las pymes, en innovación, financiación y ayuda a las exportaciones. Cientos de miles de pymes dependen positivamente de esas grandes empresas: por eso es tan importante que a éstas les vaya bien. Las grandes empresas son solo el 0,12% del tejido empresarial español, pero sostienen el 33% del empleo. César Alierta, en su respuesta al Rey esbozó un plan para crear más de dos millones de puestos de trabajo en los próximos años. Si los políticos prestan atención de lo que dicen los grandes empresarios, toman nota y actúan en consecuencia, el afianzamiento de la recuperación será mayor y más rápido.

En el podio de las grandes empresas en nuestro país, en 2014 han destacado varias compañías, por diversos motivos. Telefónica, La Caixa, El Corte Inglés, Gas Natural Fenosa, Abertis.

Telefónica ha consolidado su liderazgo en Europa. En España, donde ya era líder indiscutible, su oferta integrada Fusión ha revolucionado el mercado: no sólo ha tenido una gran aceptación entre consumidores, consiguiendo la más alta cuota de mercado en fibra (94%), sino que, además, ha convulsionado el sector de las telecomunicaciones en España, obligando a reaccionar a sus competidores, que han tenido que llevar a cabo operaciones corporativas de calado para sobrevivir. Vodafone, con la compra de ONO, y Orange con la compra de Jazztel.

Además, lo que más ha caracterizado a Telefónica ha sido su fuerte generación de beneficios, su evolución positiva en Bolsa y su fuerte contribución al PIB gracias a la inversión en I+D y en fibra óptica en hogares. Telefónica se ha convertido en una Telco Digital muy distinta de las tradicionales compañías de Telecomunicaciones, que avanza fuertemente la transformación digital de España y la Sociedad del Conocimiento.

Esto es esencial, porque, así, Telefónica contribuye de manera esencial a la creación de un nuevo modelo productivo en España, alejado del que creó en el pasado burbujas de nefasta memoria, para dar paso a un modelo sostenible, basado en la Economía del Conocimiento, que genera empleos de calidad. Es un modelo, además, que ofrece buena formación a los trabajadores, haciéndoles más empleables, al tiempo que pone a disposición efectiva de empresas y particulares, experiencias esenciales en movilidad, educación, ocio y entretenimiento, entre otros. La expansión de la fibra óptica de Telefónica contribuye, a 10 años vista en un 1% al PIB español, con todo lo que supone, adicionalmente, de creación de empleo (Advice, World Economic Forum, OCDE, ICTNET).

Sin lugar a dudas, Telefónica es el máximo exponente de la marca España en el mundo. Su internacionalización, impulsada y ejecutada con éxito por César Alierta, ha colocado a Telefónica “en el mapamundi” y Telefónica es conocida y reconocida en Europa continental, en Reino Unido, en China, en Iberoamérica. Es lógico que César Alierta sea el presidente del Consejo Español de la Competitividad y es loable que haga el esfuerzo de promocionar la marca España más allá de nuestras fronteras en tantos países del mundo: allá donde está Telefónica, empresas y población, ven a una empresa española exitosa que intenta hacer su vida más amable y mejor.

Otra gran empresa que está en el podio de los mejores en el año que acaba es La Caixa. Ha culminado con éxito su transformación en Fundación Bancaria, de la que dependen CaixaBank banco de referencia líder en España, las diversas participaciones empresariales de distinta naturaleza, que suponen una fuerte apuesta por la industrialización del país, así como la Obra Social. El impacto en la sociedad española –empresas y familias- de estos tres fundamentos de La Caixa, es esencial. 

Empezando por CaixaBank, que según el Estudio Advice de Éxito Empresarial, es el banco en que más confían los españoles (la tendencia evolutiva es positiva y aumenta con los años, 2011, 2012, 2013 y 2014), lo que repercute en el negocio, porque en banca de particulares, con más de 14 millones de clientes, CaixaBank es el primer banco de España, tanto en activo como en pasivo. Es además el banco que, en lo esencial, -la necesidad de financiación- más eficazmente apoya a las pymes españolas: según la Radiografía de la Pyme Sage 2013 y 2014 y los estudios del World Economic Forum, en una escala de 1 a 30, las pymes españolas dan un peso de 27 a la necesidad de financiación como su principal problema. Por eso, que el Estudio Advice de éxito empresarial otorgue posición de liderazgo de CaixaBank en ese ámbito, ayudando a pymes y autónomos, es tan importante.

CaixaBank, además, apuesta fuertemente por las tecnologías de la información para mejorar sus procesos internos, ser más productiva y competitiva y servir mejor a sus clientes. Ha recibido premios de publicaciones exitosas (The Banker, Euromoney) en los últimos años, como el mejor banco del mundo tecnológicamente hablando.

Por último, la Obra Social de La Caixa, que invierte desde hace muchos años 500 millones de euros cada año, contribuye a hacer más fácil la vida de la población: es empleo, innovación, calidad, medioambiente, proyectos sociales. Sin la Obra Social de La Caixa, la vida de muchas personas hubiera sido más dura durante la crisis.

El Corte Inglés, han publicado cientos de medios de comunicación, va a construir en el Paseo de la Castellana de Madrid, el centro comercial más grande del mundo. Si así fuese, sería un motivo de orgullo que sea una empresa española quien lo hiciere. El Corte Inglés es líder en gran distribución en España. Es la única gran compañía que ofrece todo tipo de productos y servicios en toda España, puesto que tiene una capilaridad que llega a todas las comunidades autónomas y a las provincias. Es un comercio de proximidad, gracias a sus centros comerciales. Los españoles verbalizan en el Estudio Advice de éxito empresarial que “una ciudad no está completa hasta que no tiene un centro de El Corte Inglés”. Al igual que Telefónica y La Caixa, El Corte Inglés es una empresa “familiar” para el 90% de los españoles mayores de edad, es decir, 9 de cada diez. Caracterizan a El Corte Inglés su calidad y la excelencia en la atención al cliente, dos parámetros esenciales del éxito empresarial. Es empresa netamente española, pero –en no teniendo nada que envidiar a Amazon.es, con quien compite en igualdad de condiciones en el comercio electrónico, incluso superando en ventas mensuales y anuales al gigante americano en España- se está expandiendo exitosamente en Europa gracias al e-commerce. Una anécdota: a las mujeres españolas (51% de la población según el INE), “El Corte Inglés les cae muy bien”.

La energía es esencial para la vida de las familias y el correcto funcionamiento de las empresas. Pero no basta con el abastecimiento: la economía y la sociedad piden más a las compañías energéticas. Gas Natural Fenosa, multinacional española presente en medio mundo y con origen catalán, ha conseguido dar a la sociedad lo que ésta necesita. No sólo es reconocida –según el Estudio Advice de Éxito Empresarial- como “una empresa orientada a resultados”, con “gestores netamente profesionales”, de quien se aprecia su estrategia corporativa. Empresarios, directivos, analistas financieros y población general destacan la apuesta que ha hecho por el gas natural, como energía limpia y más barata, que contribuye a la sostenibilidad y cuidado del medioambiente. Gas Natural promueve el ahorro y la eficiencia energético y ofrece un mix de gas y electricidad que le hace líder en el  mercado español y facilita su exitosa internacionalización en Hispanoamérica y en Estados Unidos. El Estudio Advice de éxito empresarial destaca que los españoles aprecian, hoy, su calidad de servicio y la atención al cliente; los analistas financieros y expertos sectoriales subrayan su apuesta por energías en un mercado –el del gas-, que “contribuye a satisfacer las necesidades de la población en el futuro”.

Por último, Abertis. Su lema, su leit motif es bien significativo: es una compañía empeñada en cumplir con lo prometido. El Estudio Advice de Éxito Empresarial identifica a Abertis como la empresa que más cumple lo que promete. Esto es especialmente alabado y apreciado por los analistas financieros y los medios de comunicación. Es un empeño de su consejero delegado, Francisco Reinés, que ha hecho de su empresa una compañía predecible. En los tiempos que corren, y en los mercados financieros y cuando se trata de poner en marcha planes de negocio a varios años, esa “predictibilidad” (Alan Greenspan, "The map and the territory") es de enorme importancia. 

Efectivamente, los resultados económicos y la evolución en Bolsa acompañan exitosamente a Abertis. Como su proceso de internacionalización, que hace que la mayor parte de su ebitda esté fuera de España, equitativa y equilibradamente repartido entre España y varias regiones del mundo. El reconocimiento de la marca de Abertis entre población general es cada vez mayor, pero no solo en España: por un motivo que la convierte en una gran empresa exitosa, según el Estudio Advice de éxito empresarial: es la primera compañía del mundo en gestión de infraestructuras, con el mayor número de kilómetros de autopista gestionados. Siendo inicialmente empresa catalana, ha dado el salto exitoso al mundo gracias a la diversificación de sus negocios a escala mundial. En ciernes está la OPV de su división de Telecomunicaciones, Abertis Telecom, para 2015, cuando parece que se acelerarán las operaciones corporativas en España.

Las grandes empresas españolas mencionadas ocupan el pódium de las compañías exitosas en nuestro país. Por supuesto que hay más, pero el espacio, aquí, es reducido. Lo esencial es poner en valor, en España, lo que ya hace la primera economía del mundo, la norteamericana: la aportación a la economía, a la empresa, a la sociedad, a la población y a las pymes, de la gran empresa española, que son nuestra punta de lanza en el mundo y contribuyen decisivamente a afianzar la recuperación económica.

Publicado previamente en Cinco Días el 18 de diciembre de 2014

321.000 motivos (empleos) para esta contento en EEUU

La economía norteamericana ha creado 321.000 empleos en el mes de noviembre de 2014. En el trimestre anterior, el Producto Interior Bruto aumentó el +3,9%. Dado que la economía lleva creciendo ininterrumpidamente desde junio de 2009 -con la excepción del primer trimestre de este año, debido al mal tiempo- y que, al mismo tiempo, la creación de empleo ha sido constante, cabe hablar de una relación causa-efecto entre crecimiento económico y creación de empleo, a menos en el caso norteamericano.

Esto no es una obviedad: muchas escuelas económicas han debatido, y se han enfrentado, a propósito de si puede haber crecimiento del PIB sin generación de empleo; y viceversa. Y, ésto, muchas veces ha sucedido. Es lo que pasa, por ejemplo, cuando una recuperación económica se basa, esencialmente, en exportaciones, pero no en la demanda interna. Hayek y Keynes hablaron de ello hasta la saciedad. Más bien, discreparon. El primero rehuía de la inversión pública -en caso de recesión-, para activar la demanda interna. El segundo era un firme defensor de la inversión pública para estimular el consumo y la inversión.

El economista Alan S. Blinder, en su obra "After the music stopped: the financial crisis, the response and the work ahead" (The Penguin Press, 2013) sostiene que, sin el famoso paquete de estímulo económico de 787 billones de dólares que puso sobre la mesa Obama en febrero de 2009, la economía norteamericana habría caído en una Depresión como la de 1929. Podría decirse que Blinder, que trabajó con Bill Clinton en la Casa Blanca, es un tanto keynesiano, lo cual no resta un ápice de objetividad a su análisis. George Bush intentó sacar adelante un paquete de estímulo económico similar unos meses antes que Obama pero se encontró con la oposición de su propio partido, el republicano.

Los frutos de la apuesta de Obama pueden verse seis años más tarde, con casi once millones de nuevos empleos creados. 55 meses ininterrumpidos de creación de empleo, en la racha de crecimiento y generación de empleo más larga desde la "era Clinton". Son varios meses seguidos creándose más de 267.000 empleos al mes. Un año entero con una media mensual de 200.000. Las cifras de empleo de septiembre y octubre se han revisado al alza (44.000 empleos más).

El empleo se ha generado casi en todos los sectores. Para nosotros, el más relevante es el de los servicios profesionales y las tecnologías de la información, con 87.000 nuevos puestos de trabajo: es el segmento donde más empleo se ha creado, síntoma de que la Sociedad del Conocimiento sigue avanzando en Estados Unidos. Pero también se ha creado empleo en la industria y manufactura, en la construcción, en el turismo, en los bares y restaurantes.

Un dato relevante, a la vez que esperanzador, es que la mitad del empleo público generado proviene de veteranos de guerra, especialmente de Irak y Afganistán. Muchos de ellos y ellas, tienen carencias físicas -les falta algún miembro, tienen heridas de guerra- y, la mayor parte, han sufrido el síntoma de estrés post-traumático. Todo ello les hace menos empleables en el sector privado y, por eso mismo, se ha estimulado su contratación en el sector público. Lo cual, ha tenido un efecto no buscado de una nueva admiración hacia el sector público norteamericano, habitualmente denostado. Pero ahora, cuando contrata a héroes de guerra, que son admirados por la población, la reputación y la imagen del sector público, mejoran.

Uno de los datos más relevantes que hay que destacar del empleo generado en noviembre en Estados Unidos es que los salarios han aumentado. Poco, un mero 0,4%, pero han aumentado. En lo que va de año, la mejora es del 2,1%, ligeramente por encima de la inflación, lo que mejora la capacidad adquisitiva y de ahorro de los hogares estadounidenses.

El camino hacia el pleno empleo -hoy, la tasa de paro está en el 5,8%, con un porcentaje de participación de la fuerza laboral del 62%- se ha iniciado y, como parece creer Jannet Yelen, presidenta de la Reserva Federal, podría conseguirse en 2016, cuando habrá elecciones presidenciales en Estados Unidos. Lo más probable es que, en 2015, la FED empiece a subir los tipos de interés, de la misma manera en que ha estado reduciendo paulatinamente la compra de deuda pública e hipotecaria.

Estados Unidos sigue siendo un buen ejemplo que muchos otros países pueden imitar.

Publicado previamente en Cinco Días el 9 de diciembre de 2014

Factores del éxito de las Empresas Tecnológicas de EEUU

La economía norteamericana sigue siendo el motor económico mundial. Ha crecido un 3,9% en el tercer trimestre del año, espoleada por el consumo interno y la inversión. La tasa de paro descendió al 5,8%. La industria repunta, con multitud de empresas trayendo de vuelta a casa la producción, y poniendo de nuevo de moda el “made in America”. Las economías emergentes, en cambio, se desaceleran, especialmente China, Rusia y Brasil. México es una positiva excepción. Europa solo creció el 0,2% y, a las puertas de la deflación, se ha escapado por los pelos de una tercera recesión…, por ahora. Hace ya un año avisamos –y lo publicamos por doquier- que esta situación se iba a producir y, el tiempo y los hechos, nos han dado la razón.

Las compañías tecnológicas norteamericanas se han beneficiado de la bonanza económica: el 85% han batido las previsiones de ingresos de los analistas, y el 67% han superado las expectativas de beneficios. El caso más emblemático es Apple, que ha conseguido una revalorización del 47% en el año y, el 25 de noviembre, se convertía en la empresa con mayor capitalización bursátil del mundo, con 702 billones de dólares: supera en 1,7 veces a la compañía que, hasta hace poco, era la más valorada del mundo, Exxon Mobil. La caída de los precios del petróleo (de casi el 40%, hasta los 80 dólares el barril) no ayuda a las compañías energéticas de ese mercado: brevemente, hasta Microsoft volvió al podio de segunda empresa más valorada del mundo por capitalización bursátil, superando a Exxon, aunque su reinado fue fugaz, efímero, y, en cualquier caso, sin llegar a más de la mitad del de Apple.

Hewlett-Packard, HP, en cambio, ha decepcionado a los inversores. Las expectativas eran muy elevadas, tras el anuncio, hace un mes y medio, de la separación en dos compañías del negocio empresarial y del negocio de ordenadores e impresoras. Los inversores querían atisbar destellos de la nueva estrategia y de que los nuevos datos iban a avalar esa nueva dirección. Aunque HP se ha revalorizado un 34% en bolsa en lo que va de año, la decepción por los resultados fue mayúscula: la facturación y los beneficios globales descendieron, tanto los del año, como los del trimestre. La facturación de todas las líneas de negocio, excepto la de los pc’s, también descendió. Las explicaciones de los analistas –muchos citados por Bloomberg- han sido que, esos primeros resultados tras el anuncio de Spin off, manifiestan que se trata de una estrategia defensiva de HP, no ofensiva; al menos, por el momento. Aún es pronto para juzgar.

En otras palabras: HP tendría que salir al mercado a ganar cuota, en vez de defenderla. Precisamente, la lógica detrás de la separación está en el refrán de “zapatero a tus zapatos”, buscando la eficacia y la eficiencia en costes: se supone que una HP dedicada a vender solo ordenadores e impresoras, triunfará más en su mercado frente a sus competidores. La respuesta de Dell ha sido significativa: “que vengan, porque vamos a por ellos”. También Lenovo, ya líder mundial. Y, en el caso de los sistemas empresariales, software, servidores, almacenamiento, informática empresarial, cloud y servicios, pasa tres cuartos de lo mismo: desde IBM a Oracle y EMC, muchas empresas están esperando a una Hewlett-Packard Enterprise más pequeña, a la que robar cuota de mercado. La HP actual tendrá muy difícil –aunque afirma que la va a mantener- sostener la estrategia de centralización de compras, y perderá muchas sinergias que generaban economías de escala y ahorros de costes.

Y, con respecto al tamaño, este trimestre HP ha facturado 28,8 billones de dólares, grosso modo. Apple anuncia que el próximo trimestre facturará entre 63 y 66 billones. Apple supera en tamaño a HP con gran diferencia. Y no solo en tamaño, volumen y beneficios. Recuerdo que, en Intel –una compañía muy exitosa por parámetros empresariales, séptima marca del mundo en valoración, a pesar de no vender directamente al consumidor: las personas no compramos procesadores como hacemos con las hamburguesas- se utilizaba mucho la expresión “value proposition” o propuesta de valor. Apple lo está haciendo posible gracias a sus revolucionarios productos y su marketing revelador: teléfonos con pantalla más grande, tabletas más finas y con más funcionalidades, relojes inteligentes, cercanía al consumidor gracias a sus “outlets” o tiendas –que ahora imita el rey del comercio electrónico, Amazon.com-, etc.

Son buenos ejemplos de lo que podría hacer Hewlett-Packard, HP. Cuando los analistas han visto que ciertos directivos de la compañía se escudaban en que las venta de pc’s (especialmente algunos portátiles, los notebooks) aumentaban facturación en un 4% para justificar lo acertado de su estrategia, se han llevado las manos a la cabeza. La solución a los problemas de HP no está en hacer más de lo mismo, dicen. Sino en ser disruptiva en marketing y productos.

Como dije en mi segunda biografía sobre el presidente Obama, citándole a él (“La reinvención de Obama”, LID, 2011): “uno no puede hacer dos veces la misma cosa de la misma manera y esperar un distinto resultado”. HP debe cambiar radicalmente si, de verdad, pretende reinventarse. Hace meses que, desde Reino Unido me llegan ecos de que, en SAGE, hay un nuevo CEO mundial que, precisamente, llega con esa misma actitud: revolucionarlo todo para triunfar. No hace falta ser un gurú de la gestión como Michael Porter para, con él, apreciar una clara ventaja competitiva en la reinvención constante. Le sirve a SAGE, le sirve a Apple. Le sirvió a IBM. Le toca el turno a HP.

Publicado previamente en Cinco Días el 2 de diciembre de 2014

Obama toma la iniciativa: Comercio, Internet, Cambio Climático e Inmigración

Las elecciones legislativas del 4 de noviembre supusieron un duro varapalo para el presidente y para el partido demócrata. Los republicanos se hicieron con el control absoluto de las dos Cámaras del Congreso. En un entorno políticamente polarizado, la primera consecuencia bien pudiere haber sido la paralización de los proyectos del presidente Obama.

Las pautas de comportamiento del electorado desde 1889-1890 (hace dos siglos) muestran que, jamás en la política americana, había habido tanta polarización y enfrentamiento como hoy. Ni siquiera cuando en los años noventa, los republicanos intentaron apartar a Clinton (impeachment, por el asunto de Monica Lewinsky) o, en la década de Bush, los demócratas acusaban al presidente de ser amante de guerras y alienar el país del resto del mundo. Según datos de Advice Strategic Consultants, en los últimos 20 años, se ha doblado el número de americanos que consistentemente expresan opiniones conservadoras o progresistas: los independientes pierden terreno. Tanto es así que los votantes de un partido piensan que “las políticas del otro partido son tan equivocadas que pueden amenazar la existencia del país”.

A pesar de ello, el presidente Obama decidió tomar la iniciativa a mediados del mes de noviembre, cuando aún conserva una mayoría simple en el Senado y antes -enero de 2015- de que el nuevo Congreso tome posesión. Obama se encontrará entonces con la oposición de los republicanos, aunque no más que en los dos últimos años, aunque sí con más poder. Por eso, Obama ha "amenazado" con gobernar mediante órdenes ejecutivas. No es el primer presidente en hacerlo, ni será el último. Bill Clinton y George Bush, con el poder legislativo en contra, hicieron exactamente lo mismo, el primero en la década de los años noventa; el segundo, en la primera década de los 2000.

Nada más celebrarse las elecciones legislativas en América, Obama viajó a China para asistir a la reunión de la APEC (Asia Pacific Economic Cooperation). En este foro, en este entorno, el presidente tomó una serie de iniciativas de fuerte calado; entre otras, el impulso del libre comercio -algo que en lo que podría ponerse de acuerdo con los republicanos-, acuerdos con China para reducir las emisiones de efecto invernadero y, en el ámbito de las Telecomunicaciones, una fuerte apuesta por la llamada Neutralidad en la Red. Más recientemente, quiere llevar a cabo una fuerte reforma parcial de la Inmigración.

El impulso al libre comercio en China lo hace Obama tras varios años de desencuentro con dicho país. Queda lejos el Diálogo Económico y Estratégico que inauguraron Timothy Geithner y Hillary Clinton en abril de 2009, siendo secretario del Tesoro y Secretaria de Estado el uno y la otra, respectivamente. Con la llegada a la presidencia de China de Xi Jinping, el gigante asiático ve como una amenaza lo que Hillary Clinton denomina como la "reorientación de Estados Unidos hacia China", versus el enfoque hacia Oriente Medio y sus guerras de George W. Bush.

El gran acuerdo de libre comercio que ha querido impulsar Obama en China es el Trans-Pacific Partnership (TPP). En palabras de Obama, “este acuerdo tiene potencial de convertirse en un logro histórico". Los países que integran el acuerdo son, además de Estados Unidos: Canada, Mexico, Chile, Japan, Australia, New Zealand, Brunei, Malaysia, Peru, Singapore, y Vietnam. China no ha sido invitada a formar parte de ese grupo de doce países, cuya riqueza combinada supone el 40% de la economía global (27.5 trillones de dólares), y un tercio del comercio mundial, según un informe publicado por Brookings Institution.

Por su parte China ha impulsado la creación de un pacto que rivaliza con el norteamericano, llamado  "Free Trade Area of the Asia-Pacific (FTAAP)". Y, demostrando sus poderes, el Presidente Xi Jinping afirmó que China "invertirá 1.25 trillones de dólares en el extranjero en la próxima década, y comprará bienes y servicios por importe de más de 10 trillones de dólares en los siguientes cinco años".

Cambio climático
Al mismo tiempo, Obama llevó a su terreno al presidente chino en el ámbito de su lucha contra el cambio climático. Obama y Xi anunciaron que Estados Unidos y China habían alcanzado un acuerdo para reducir emisiones de gases de efecto invernadero: Norteamérica se ha autoimpuesto objetivos más ambiciosos en ese campo, y China va a impulsar su apuesta por las energías renovables. Hay que tener en cuenta que estas dos economías son las más grandes y vibrantes y, también, las más contaminantes del planeta.

Hasta ahora, la postura de China había sido la de "denunciar la hipocresía de las economías avanzadas, que en vez de señalar a las emergentes, deberían liderar con el ejemplo". Con este posicionamiento, China tenía la excusa perfecta para no hacer mucho en este campo. En cambio, ahora parece que la segunda economía del planeta está dispuesta a asumir su responsabilidad, haciendo exclamar al presidente Obama que “este acuerdo es un paso esencial en la relación entre ambos países”.

Estados Unidos se ha comprometido a recortar sus emisiones de gas de efecto invernadero, al menos en un 26% en 2025, por debajo de los niveles de hace diez años. Por su parte, China tiene sus propios objetivos: quiere incrementar el porcentaje de energía renovable sobre el total de su mix de energía, hasta que llegue suponer el 20% del total en 2030. 

Aunque muchos han expresado su decepción, porque esperaban objetivos más ambiciosos, la realidad es que, poniendo en contexto ambas promesas, hay que decir que ambas tienen valor: Obama tiene la oposición de los republicanos, que niegan los efectos de la mano del hombre sobre el cambio climático, y que no quieren adoptar medidas en este campo, porque creen que afectará negativamente a la industria, la economía y el empleo. En el caso de China, el país más contaminante del mundo, un paso de esta naturaleza, en siendo el primero, adquiere una dimensión de grandísimas proporciones.

La neutralidad en Internet
Para muchos consumidores, y liberales y progresistas, la llamada de atención del Presidente Obama  a la Federal Communications Commission (FCC, Comisión Federal de Comunicaciones), para que haga todo lo que está en su mano para proteger la neutralidad en la red, ha sido un gran motivo de alegría. La forma concreta de llevarlo a cabo, sería mediante la reclasificación de las redes de banda ancha como servicios de telecomunicaciones y, por tanto, sujetándolas a las mismas normas que regulan las redes telefónicas. Ha sido un anuncio fuerte y de calado: se ha puesto del lado de quienes sueñan con normas de regulación más duras en Internet, a lo que se oponen compañías como Verizon o Comcast -esta última, ya ha puesto a trabajar a las más de 150 compañías de lobby que trabajan para ella en Washington; de hecho es la empresa americana que más lobistas emplea-. Los republicanos, no solo ven el anuncio del presidente como una injerencia gubernamental inaceptable en las normas del libre mercado, sino que lo consideran un ultraje hacia ellos, porque acaban de ganar las elecciones legislativas y entienden que, cuando menos, debían haber sido consultados.

Obama desea impedir que los proveedores de Internet traten de manera diferente distintos tipos de tráfico en Internet. El presidente quiere evitar que se bloqueen webs o que se haga que vayan/naveguen más lentamente; pide más transparencia en los acuerdos entre compañías de contenidos y los proveedores de Internet, y desea una prohibición del pago por un servicio más rápido. Las redes wireless o inalámbricas, deberían estar sujetas a las mismas normas, en contra de la excepción que, en 2010 impuso la FCC sobre la regulación de Internet. 

Para Obama “ha llegado el momento de reconocer que -es lo que debería hacer la FCC- el servicio de banda ancha tiene la misma importancia que otros servicios de telecomunicaciones y, en consecuencia, debe tener las mismas obligaciones- (...) Esto es un reconocimiento esencial de los servicios que los Internet Service Providers (ISP) ofrecen a los hogares y empresas americanos, así como de las obligaciones necesarias para asegurar que las redes funcionan de la misma manera para todos y no solo para una o dos compalías". Ciertamente, Obama se ha puesto del lado de muchas asociaciones de consumidores, a costa de enfado de varias empresas de telecomunicaciones, que, como Verizon, amenazan con ir a juicio, porque ponen en tela de juicio la legalidad de la propuesta de Obama.

Inmigración
El presidente anunciará en los próximos días -la semana que viene- una reforma parcial de la inmigración, a pesar de la oposición de los republicanos. Concretamente, Obama hará cambios en el sistema de implementación de las leyes de expulsión, que protegerán a cinco millones de inmigrantes ilegales de la amenaza de la deportación: les suministrará de permisos de trabajo, por ejemplo.

Obama utilizará sus poderes ejecutivos para afirmar su autoridad (más bien, la potestas) para aplicar las leyes como Dios le da a entender como Jefe del Estado ejecutivo que es. Sus medidas afectarán a 12.000 agentes de inmigración, y la forma en que se conducen (actitud), y comportan. Parte importante de los planes de Obama consistirá en permitir a muchos padres de niños -que ya tienen la ciudadanía norteamericana o son residentes legales-, el obtener los documentos necesarios para trabajar legalmente, sin preocuparse del peligro de ser descubiertos, y ser separados de sus familias, mediante la devolución a sus países de origen. Tan solo esta medida, afectaría a 3,3 millones de personas que han vivido ilegalmente en Norteamérica en los últimos cinco años, según Migration Policy Institute. Además, el presidente quiere conceder más derechos a personas que llevan viviendo en el país al menos diez años (en torno a 2.5 millones de personas).

Dar más protección a inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, y a sus padres, afectaría a un millón adicional de personas. 

Para la industria tecnológica (TIC) de Silicon Valley, las acciones de Obama serían como miel para el paladar, porque los beneficios se extenderían a los inmigrantes con "capacidades tecnológicas", como han pedido HP, IBM, Apple, Microsoft, Google, Amazon y Facebook, entre otros gigantes high-tech.
Estaban equivocados, se equivocaron, quienes dieron por moribundo o, incluso, por muerto, al presidente Obama, tras la debacle demócrata en las elecciones legislativas. Obama está más vivo y activo que nunca. Y tiene dos años enteros por delante.

Publicado previamente en Cinco Días el 13 de noviembre de 2014

TIC de EEUU y nuestra Sociedad del Conocimiento

El mercado de pc’s creció en España otro trimestre más. Entre julio y septiembre de 2014, y según datos de varias consultoras, como IDC, GFK y ADVICE Strategic Consultants (cada una mide cuestiones distintas, pero llega a las mismas conclusiones), se vendieron 849.027 ordenadores, un 41,7% más, respecto al mismo trimestre de 2013, cuando los fabricantes vendieron 599.172 unidades. 

La industria TIC suma tres trimestres consecutivos de crecimiento, porque entre enero y marzo se incrementó un 15% (después de reducirse ininterrumpidamente durante los tres años previos), y subió también un 51,5% en el segundo trimestre.

Esto es muy buena noticia, porque representa un avance en la Sociedad Española del Conocimiento: cuanta más tecnología se venda en España, mejor. Hoy, ni empresas ni consumidores compran nada que no vayan a usar. Se acabaron los gastos superfluos. Pongamos por caso la pyme, el tipo de empresa que más ha sufrido con la crisis –donde más empleo se ha perdido entre 2008 y 2013, según el INE y la Seguridad Social, y el Ministerio de Trabajo- y que, al mismo tiempo supone el 99,88% de nuestro tejido empresarial y soporta el 62,9% del empleo (INE, DIRCE, marzo 2014).

Según la Radiografía de la Pyme 2014 -de la empresa tecnológica SAGE-, las pymes españolas dan una importancia a las Tecnologías de la Información (TIC) de 7,6 (en escala de 1 a 10), en la gestión de su negocio. Es decir, que la pyme considera esencial a las TIC para que su negocio sea más productivo y más competitivo. Esto explicaría por qué los estudios del INE nos dicen que las pymes no han dejado de adquirir tecnología en los años de crisis (Ontsi, Red.es). Más aún, como manifiesta el Estudio de SAGE España, las pymes de nuestro país consideran que las TIC les ayudarán a aumentar las ventas y los beneficios; tan solo faltaría que, la banca, como ya está haciendo exitosamente CaixaBank, abriera la puerta del crédito a las empresas pequeñas y medianas, y el panorama sería casi perfecto para consolidar la recuperación económica con un nuevo modelo productivo más sostenible y menos sujeto a los ciclos.

Las tres consultoras antes citadas (IDC, ADVICE Strategic Consultants y GFK) anticipan que en el último trimestre del año, las ventas de PC aumentarán un 4,31% adicional. La Campaña de Navidad, en el mercado del consumo, y la bajada de precios para las empresas, deberían ayudar. Si se cumplen estas previsiones, el mercado cerraría el año con un crecimiento cercano al 30%.

En el tercer trimestre, el mercado español de ordenadores mejoró más que otros países de Europa: en Italia y Portugal creció un 30%, un 28% en Alemania, un 26% en Francia y un 23% en Reino Unido. El crecimiento de la industria en este periodo tuvo lugar tanto en portátiles (se elevó un 49,9%, hasta los 583.787 unidades), como en equipos de sobremesa (subió un 26,5%, hasta 265.240).
Por segmentos, la subida fue mayor en Consumo, donde las ventas se elevaron un 52,7%, que en el entorno Profesional, donde el subidón también fue significativo (un 28,6%). Con todo, el ámbito empresarial, que suma cuatro trimestres consecutivos al alza, supone ya el 40% del mercado de pc, en unidades, y el 52% en facturación.

Por fabricantes, HP (Hewlett-Packard) continuó siendo líder (26,7% de cuota de mercado), seguido de Acer y Lenovo, con un 20,1% y un 15%, respectivamente. Acer casi dobló su cuota frente al tercer trimestre de 2013. Por su parte, Asus y Toshiba, que han sido superadas por Lenovo en portátiles, quedaron en cuarta y quinta posición, en el ranking global en España.

Algunas tecnológicas de Internet pagan pocos impuestos en España
Mientras la industria tecnológica tradicional vende más, generando riqueza para el país, son muchos los medios de comunicación españoles (Expansión, El País, El Economista, entre otros) que destacan que, el meta sector tecnológico de Internet paga pocos impuestos en España. “Las complejas estrategias societarias diseñadas por sus asesores y las grietas en el muro de la fiscalidad internacional les permiten reducir legalmente su tributación” dice El País. Las ocho empresas principales (Apple, Yahoo!, Amazon, Twitter, Microsoft, Ebay, Google y Facebook), “pagaron en 2013 a la Agencia Tributaria solo por una pequeña porción de las ganancias generadas en España”.

Las cifras analizadas por el diario EL PAÍS proceden de las cuentas anuales del ejercicio fiscal de 2013 de 11 compañías (algunas tienen varias filiales) de estas ocho corporaciones depositadas en el Registro Mercantil. Según datos publicados por ese periódico, las empresas antes citadas, habrían pagado a Hacienda algo más de 17 millones de euros.

El Gobierno concede ayudas a HP para impresión 3D en Barcelona
En este contexto, no es de extrañar que, la semana pasada, el Consejo de Ministros autorizara la concesión de una ayuda de 21,25 millones de euros a Hewlett-Packard España para potenciar la I+D+i en nuevas tecnologías, y nuevos materiales para crear una nueva impresora 3D más rápida, barata y de mayor calidad, con el fin de que se superen las principales barreras del mercado para que esta tecnología pueda adoptarse masivamente.

Las ayudas aprobadas por el Gobierno español llegan después de que HP anunciara el pasado abril, durante una visita de su CEO, Meg Whitman, a España, que su negocio mundial de impresión 3D tendría su sede en Barcelona, lo que suponía un fuerte apoyo al centro internacional que la empresa tiene en la ciudad Condal, responsable del negocio de impresión de gran formato de la empresa.
El presupuesto total del proyecto es de 50 millones de euros. Pero, según explicó el Gobierno, tras autorizar el proyecto, el Ministerio de Industria concederá una ayuda a HP de 5,31 millones como subvención, y 15,94 millones como préstamo.

El proyecto se llevará a cabo en el centro de I+D que la compañía tiene en Barcelona, en Sant Cugat. Este centro se creó en 1985 –cuando yo lo conocí, de la mano de Juan Soto-, y, en la actualidad, emplea a más de 2.600 personas, 450 de ellos ingenieros. Está especializado en las impresoras de gran formato, es uno de los seis centros de I+D de HP en el mundo en este ámbito, y alberga las oficinas centrales de esta división. Como me decía una amiga que trabajó allí muchos años: “Jorge, la HP Barcelona Division es como estar en Silicon Valley, es otra dimensión… ¡internacional!”.

Según el Ejecutivo español, las ayudas darán a HP España una ventaja competitiva frente a la I+D de la empresa en otros países como Israel o Singapur, “lo que garantiza la continuidad en España de un centro pionero en I+D en el sector TIC”. Algo que hemos sostenido siempre, porque nos gusta el modelo económico de Israel, que genera mucha riqueza gracias a las TIC en su PIB.

El sector de la impresión 3D es uno de los de mayor potencial, siendo prioritario para Gobiernos como el de EE UU o el británico. Las aplicaciones potenciales son “múltiples e inimaginables”, con una estimación de crecimiento anual del 20% hasta 2022.

HP estima que las ventas mundiales de impresoras 3D y el software y los servicios relacionados crecerán casi hasta los 11.000 millones de dólares para 2021. Una cifra que muestra el impulso que se prevé viva esta revolucionaria tecnología, pues en 2012 generó 2.200 millones de dólares. Gartner anticipa, por su parte, que el mercado de la impresión 3D alcanzará los 5.700 millones de dólares en 2017.

No es de extrañar que, si HP hace una apuesta por España, el país le corresponda con la misma moneda. Moraleja, lección…, como se le quiera denominar a esta llamada de atención, que debería ser una admonición positiva, para esas empresas tecnológicas que pagan pocos impuestos en España, según los medios de comunicación.

Publicado previamente en Cinco Días el 12 de noviembre de 2014

Demócratas pierden elecciones y el desempleo en EEUU baja al 5,8%

El empleo no agrícola aumentó en 214.000 personas en Estados Unidos en octubre, y la tasa de desempleo bajó a 5,8 por ciento, informó la Oficina de Estadísticas Laborales. El empleo aumentó en los servicios de alimentación y bebidas, comercio al por menor, y cuidado de la salud.

Tanto la tasa de desempleo (5,8 por ciento) como el número de personas desempleadas (9 millones), bajó en octubre. Desde el comienzo del año, la tasa de paro y el número de parados ha disminuido en un 0,8 punto porcentual y 1,2 millones, respectivamente.

Entre los principales grupos de trabajadores, la tasa de desempleo para los blancos se redujo a 4.8
por ciento en octubre. Los porcentajes para los hombres adultos (5.1 por ciento), las mujeres adultas (5.4 por ciento), adolescentes (18,6 por ciento), negros (10,9 por ciento) y los hispanos (6.8 ciento) cambió poco durante el mes. La tasa de desempleo para los asiáticos fue de 5,0 por ciento (sin desestacionalizar), con pocos cambios respecto al año anterior.

En octubre, el número de desempleados de larga duración (aquellos sin trabajo durante 27 semanas o
más) cambió poco, en 2,9 millones. Estas personas representaron el 32,0 por ciento de los desempleados. En los últimos 12 meses, el número de largo plazo desempleados ha disminuido en 1,1 millones.

La tasa de participación en la fuerza laboral en el sector privado, cambió poco: en el 62,8 por ciento
en octubre, y ha sido esencialmente plana desde abril. El ratio de empleo-población, aumentó al 59,2 por ciento en octubre.

El número de personas empleadas a tiempo parcial por razones económicas (a veces se hace referencia a los trabajadores a tiempo parcial como involuntarios) estaba a punto sin cambios en octubre a 7,0 millones. Estas personas, que habrían preferido el empleo a tiempo completo, estaban trabajando a tiempo parcial, debido a que sus horas se había recortado, o porque no fueron capaces de encontrar un trabajo de tiempo completo.

En octubre, 2,2 millones de personas se unieron a la fuerza laboral, con pocos cambios respecto al año anterior. (Los datos no están ajustados estacionalmente). Estas personas no estaban en la fuerza de trabajo, querían y estaban disponibles para trabajar, y había buscado trabajo en algún momento de los 12 meses anteriores. No eran tenidos en cuenta como desempleados, porque no habían buscado trabajo en las 4 semanas anterior a la encuesta (similar a la EPA del INE, en España).

Hubo 770.000 trabajadores desalentados  o desanimados en Octubre, esencialmente sin cambios respecto al año anterior. (Los datos no son estacionalmente ajustados.) Desalentado/desanimados son aquellas  las personas no están buscando activamente trabajo, porque creen que no hay empleos disponibles para ellos. El resto -1,4 millones de personas marginalmente vinculadas a la fuerza de trabajo en octubre-, no habían buscado trabajar, por razones tales como la asistencia a la escuela o las responsabilidades familiares.

El empleo total del trabajo no agrícola aumentó en 214.000 en octubre, en línea con la ganancia promedio mensual de 222.000 durante los 12 meses anteriores. En octubre, el crecimiento se produjo en los servicios de alimentación y de bebidas, comercio al por menor, y la salud.

Servicios de alimentación y bares y restaurantes añadieron 42.000 empleos en octubre, en comparación con una ganancia promedio de 26.000 empleos al mes durante los 12 meses anteriores.

El empleo en el comercio minorista aumentó en 27.000 en octubre. Dentro de la industria,
el empleo creció en las tiendas de mercancía general (12.000) y los concesionarios de automóviles
(4.000). Comercio al por menor ha añadido 249.000 puestos de trabajo durante el año pasado.

La atención de la salud agregó 25.000 puestos de trabajo en octubre, en línea con el promedio anterior de los 12 meses previos, con una ganancia media de 21.000 puestos de trabajo al mes. En octubre, el empleo aumentó en ambulatorio y los servicios de atención de la salud (19.000).

El empleo en los servicios profesionales y de negocios, continuó su tendencia a lo largo de
el mes (37.000). Durante los 12 meses anteriores, las ganancias de empleo promedio fue de 56.000 al
mes. En octubre, el empleo continuó registrando una tendencia alcista en los servicios de ayuda temporal (15.000) y en el diseño de los sistemas de informática y servicios conexos (7.000).

En octubre, el empleo manufacturero continúa en una tendencia al alza (15.000). Dentro de la industria, las ganancias de empleo se produjeron en maquinaria (5000), muebles y productos relacionados (4.000), y los semiconductores y componentes electrónicos (2000). A lo largo del año, la industria manufacturera ha añadido 170.000 puestos de trabajo, principalmente en bienes duraderos.

El empleo también continuó registrando una tendencia alcista en el transporte y almacenamiento (13.000) y la construcción (12.000).

El empleo en otras industrias importantes, como la minería y la explotación forestal, el comercio al por mayor; las tecnologías de la información, las actividades financieras y el gobierno, mostraron pocos cambios durante el mes.

En octubre, la semana de trabajo promedio para todos los empleados sobre las nóminas no agrícolas privadas subió un 0,1 por hora para 34,6 horas. La semana de trabajo de fabricación se mantuvo sin cambios en 40,8 horas, y las horas extraordinarias en fábrica bajaron a 3,4 horas. El promedio de la semana de trabajo para los empleados de producción y no supervisores sobre las nóminas no agrícolas privadas subió un 0,1 por hora para 33,8 horas.

Las ganancias promedio por hora para todos los empleados en las nóminas no agrícolas privadas aumentaron 3 centavos de dólar, hasta los 24,57 dólares en octubre. A lo largo del año, los ingresos por hora promedio han aumentado en 2,0 por ciento. En octubre, las ganancias medias por hora de producción del sector privado y los empleados no supervisores aumentaron 4 centavos a 20,70 dólares.

El cambio en el empleo total del trabajo no agrícola para agosto fue revisada de 180.000 hasta 203.000, y el cambio para septiembre fue revisado desde 248.000 a 256.000. Con estas revisiones, el aumento del empleo en agosto y septiembre combinado fue de 31.000 más que lo reportado previamente.

Los demócratas perdieron las elecciones, pero la economía y el empleo siguen ganando.

Publicado en Cinco Días el 7 de Noviembre de 2014