sábado, 14 de noviembre de 2009

"2012": la obligación moral de ayudar a los demás y un amor que mueve montañas


En el caso de que unos pocos (científicos, políticos) supieran que la Tierra va a ser destruida en un tiempo determinado..., ¿deberían compartir ese conocimiento con el resto de la Humanidad, aún a sabiendas de que la posibilidad de salvarse TODOS seguiría siendo la misma, es decir, mínima o ninguna, a pesar de saberlo? Y, en el supuesto de que hubiera que seleccionar a unos cuantos "elegidos", para que se salvaran de la hecatombe, ¿a quién le corresponde el inmenso poder, honor, obligación, responsabilidad de tomar la decisión de a quién salvar? ¿Y con qué criterio? ¿Deberían salvarse los "mejores": científicos, ingenieros, políticos, economistas, etc: colectivos capaces de reiniciar con éxito el curso de la Humanidad en una nueva etapa tras el desastre? ¿O habría que elegir a unos cuantos genéticamente "perfectos", para asegurar la continuidad de la especie?

Finalmente, Ronald Emmerich, en su película "2012" elige un criterio claro: los poderosos deciden que se salvan solamente quienes más dinero tienen y se lo pueden permitir: "Did you think that life is fair?" Le pregunta "el malo" de la película al científico "bueno" que pretende salvar a todo el mundo. Al final, como la vida misma, en el mundo real, Emmerich pone de manifiesto los aspectos cínicos de la existencia, donde los poderosos sobreviven y los que nada tienen, perecen o "hacen lo que buenamente pueden", para sobrevivir.

Pero hay otro aspecto interesante en la película de Emmerich: una vez más, este director pone al espectador frente al dilema moral (¿obligación moral?) de si ayudar o no a los demás "in the direst possible circumstances", en los momentos de mayor crisis posible. Tal y como muestra toda la cinematografía de Ronald Emmerich, la respuesta es diáfana: sí que hay que ayudar a los demás, aún a costa de uno mismo. Y, como en anteriores películas suyas, Emmerich nos propone un anti héroe que se acaba conviertiendo en héroe -muy a su pesar- impulsado por aquello que sólo por sí mismo puede mover montañas: el amor.

John Cusack interpreta a un escritor fracasado que trabaja como chófer de limusinas para un magnate ruso afincado en LA (Los Angeles). Separado de su mujer y sus hijos, hace lo que puede para tirar adelante, en lo personal y en lo profesional. En un fin de semana en que le toca pasar tiempo con sus hijos, estalla la peor crisis de la humanidad: debido a la influencia del sol, la corteza de la Tierra se desplaza miles de kilómetros, provocando simas, terremótos, tsunamis, etc, que cambian para siempre la faz del Planeta y matan a millones de personas. Emmerich, que sabe lo que en los Estados Unidos todos entienden qué significa ser un "loser", convierte a su particular perdedor, John Cusack, en un hombre que arriesga todo por salvar a su familia de manera extraordinaria, recuperando a cambio, el amor de su mujer y sus hijos.

Mientras tanto, ¿qué está sucediendo en la escena internacional? Los científicos han alertado a los Gobiernos de la que se nos viene encima, con tres años de antelación. ¿Cómo reaccionan los políticos? Acallan -matándolos- a quienes quieren descubrir la verdad y se dedican a vender tickets para que sólo los muy multibillonarios se salven, gracias a la construcción de unas inmensas naves a prueba de todo, como si de Arcas de Noé se tratara.

En "Independence Day, (1996), Emmerich nos pone en manos de la valentía de Will Smith y el conocimiento intelectual y científico de Jeff Goldblum. Ninguno de los dos quieren salvar a la Humanidad, pero como consecuencia del amor que sienten por los suyos, acaban salvando al planeta de la amenaza alienígena. En Godzilla (1998), nuestro salvador frente al inmenso monstruo es Mathew Broderick. Dos años más tarde, un Mel Gibson que no quiere volver a empuñar las armas ("esta será una guerra que no será librada en los campos de batalla, sino en nuestras propias casas"), es el "Patriota" que encabeza la guerrilla del Ejército Colonial que se enfrenta a los británicos en la Guerra de la Independencia americana. Mel Gibson sólo se decide a empuñar de nuevo el Tomahawk cuando un cruel británico mata a sangre fría a uno de sus hijos: "your actions have inspired more people than you can ever imagine, Benjamin", le dice un general americano a Mel Gibson, convertido ya en héroe de la independencia americana.

2004 es el año de "The day after tomorrow", cuando a efectos del cambio climático causado -según la película- por la acción de los hombres, lleva al planeta a experimentar una segunda glaciación que se lleva por delante a la mitad de la población mundial, que habita en el Hemisferio Norte. Dennis Quaid, una vez más un científico, atraviesa medio país congelado para salvar a su hijo, atrapado por un gigantesco tsunami en Nueva York. A "10.000 B.C." (2008) no le encontré mucho sentido, valga la redundancia, en ningún sentido. Mucho menos aún a la convivencia en el tiempo de los mammuts, los hombres de Neardental, los dinosaurios y las pirámides de Egipto. Insulto a la inteligencia de todos y, muy especialmente, de los historiadores. Al menos, la historia de amor, acaba bien.

"2012", que ha supuesto una inversión de 200 millones de dólares, muestra unos muy espectaculares efectos especiales. Que se quedan cortos, como si las escenas hubieran sido cercenadas a la mitad. Eso me lleva a pensar en una segunda versión extendida en DVD, tan común en estos tiempos de crisis para la industria del cine.

Pero los dilemas morales siguen en pie: still stand. John Cusack hace lo que tiene que hacer y salva, contra todo pronóstico, a su familia. Es recompensado por ello: no con honores ni dinero, sino con amor. El resto de personajes interpretan papeles formidables: Thandie Newton (Mission Imposible II); Woody Harrelson (¡qué formidable interpretación!); Chiwetel Ejiofor (Plan Oculto, Love Actually), etc.

Un John Cusack que, en la vida real es un actor comprometido con las causas sociales, cumple el papel que todo padre de familia, lleno de coraje en el momento más duro, querría desempeñar, salvando a los suyos de una muerte segura.

1 comentario:

Patricia dijo...

Estoy de acuerdo con lo que dices que no es sólamente una película de efectos especiales sino que la película tiene un trasfondo moral. Personalmente me pareció bastante entretenida.