domingo, 8 de noviembre de 2009

Berlín y Moscú, dos ciudades unidas por la Caída del Muro


Hoy, cuando se cumple el veinte aniversario de la Caída del Muro de Berlín, vienen a mi memoria los maravillosos y recientes recuerdos de mis dos visitas turísticas a ambas ciudades, que hicimos mi mujer y yo este verano pasado. Durante un mes, agosto, recorrimos varias ciudades de los Países del Este, entre ellas Berlín y Moscú.

Para mí era inevitable que esas visitas turísticas fueran sobre todo “históricas”. Tantas horas empleadas en las lecturas sobre el Comunismo, la Guerra Fría, el Muro…; y encontrarse de repente en los mismos lugares en que sucedieron algunos de los acontecimientos más importantes del siglo XX. Simple y llanamente, impresionante.

Karl Marx, en “El Capital”, expone muy bien su propia teoría filosófica del determinismo histórico y cómo, inevitablemente y como fruto de la Lucha de Clases, el Socialismo acabará triunfando sobre el Capitalismo. Sin embargo, no acertó en el diagnóstico final, al menos en lo que, muchos años después de publicadas sus obras, sucedió en la Unión Soviética y en sus países satélites. Lenin hizo una brillante y cruel Revolución en la Rusia de los Zares y el Estado Bolchevique fundado por él, sobrevivió durante siete décadas. Sin embargo, hoy, en Moscú, el único vestigio que queda del Comunismo es su Mausoleo, en la Plaza Roja, junto al Kremlin y frente a los Almacenes GUM.

Recuerdo mi emoción, al entrar en el Mausoleo de Lenin. Embalsamado, durante unos segundos, guardias uniformados al estilo soviético te permiten contemplar el cadáver de Lenin, sin pararte, apresuradamente, y, por supuesto, sin poder hacer fotos. A pocos metros del Mausoleo, en el Kremlin, gracias a su último inquilino de la época comunista, Gorbachev, se tomaron decisiones de cierta apertura y relativa libertad (glasnost, perestroika), que hicieron posible la Caída del Muro. Decisiones que posibilitaron que la libertad, en sentido democrático pleno, llegara a muchas repúblicas ex soviéticas, y a los países del Este de Europa. Gorbachev lo narra con todo detalle en una de sus autobiografías: “Memorias de los años decisivos, 1985-1992”. Nadie mejor que él para explicar lo que hizo y por qué lo hizo. Recomiendo vivamente la lectura de dicho libro: Gorbachev es diáfano, honesto, directo, aunque su prosa sea…, francamente aburrida.

El otro gran protagonista de la Caída del Muro, en mi opinión, es Ronald Reagan. Este Presidente norteamericano hizo de la derrota del Comunismo -“empire of evil”, lo denominó- un leit motiv de su Presidencia, al tiempo que impulsó con multitud de acuerdos la reducción de los arsenales nucleares de las dos super potencias. Amigo de frases rompedoras y conceptos sencillos pero poderosísimos, puso en marcha la llamada “Guerra de las Galaxias” o escudo antimisiles (Strategic Defense Initiative o SDI, en su denominación en inglés), que acabó por arruinar a los soviéticos en su lucha por alcanzar la paridad en materia de “nuclear deterrence”.

Pero sobre todo, Ronald Reagan (“An American life” y “The presidencial Diaries”, dos lecturas obligadas sobre el tema), el actor, fue capaz de impresionar para siempre al mundo cuando, teniendo como telón de fondo el Muro de Berlín, le espetó a Gorbachev: “Mr Secretary General, Mr Gorbachev, tear down that Wall!”, Señor Gorvachev, ¡derribe ese muro! ¿Quién no recuerda esta escena en televisión? Yo la tuve muy presente, en mi visita a Berlín de este verano pasado. Como tuve en la cabeza la imagen de Kennedy (JFK), dirigiéndose a miles de berlineses, nada más construido el Muro, por orden de Nikita Krushchev, y dijo aquello de: ¡“Yo también soy berlinés”!

Junto a la Puerta de Branderburgo y, muy cerca de donde estaba el Muro, se encuentran la Embajada de los Estados Unidos y el Museo Kennedy. Este Museo es reconocible a un kilómetro de distancia no porque se vea nada que recuerde al Presidente Kennedy, sino por una inmensa foto del Presidente Obama, que recuerda la visita que hizo a Berlín en el verano de 2008, en plena campaña electoral entre candidatos republicanos y candidatos demócratas, antes de las elecciones presidenciales, de noviembre de ese mismo año.

Obama, como Kennedy y Reagan antes que él, habló ante cientos de miles de berlineses sobre Libertad, que es lo que representa la Caída del Muro de Berlín.

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