La economía norteamericana ha creado 321.000 empleos en el mes
de noviembre de 2014. En el trimestre anterior, el Producto Interior
Bruto aumentó el +3,9%. Dado que la economía lleva creciendo
ininterrumpidamente desde junio de 2009 -con la excepción del primer
trimestre de este año, debido al mal tiempo- y que, al mismo tiempo, la
creación de empleo ha sido constante, cabe hablar de una relación
causa-efecto entre crecimiento económico y creación de empleo, a menos
en el caso norteamericano.
Esto no es una obviedad: muchas escuelas económicas han debatido, y
se han enfrentado, a propósito de si puede haber crecimiento del PIB sin
generación de empleo; y viceversa. Y, ésto, muchas veces ha sucedido.
Es lo que pasa, por ejemplo, cuando una recuperación económica se basa,
esencialmente, en exportaciones, pero no en la demanda interna. Hayek y
Keynes hablaron de ello hasta la saciedad. Más bien, discreparon. El
primero rehuía de la inversión pública -en caso de recesión-, para
activar la demanda interna. El segundo era un firme defensor de la
inversión pública para estimular el consumo y la inversión.
El economista Alan S. Blinder, en su obra "After the music stopped:
the financial crisis, the response and the work ahead" (The Penguin
Press, 2013) sostiene que, sin el famoso paquete de estímulo económico
de 787 billones de dólares que puso sobre la mesa Obama en febrero de
2009, la economía norteamericana habría caído en una Depresión como la
de 1929. Podría decirse que Blinder, que trabajó con Bill Clinton en la
Casa Blanca, es un tanto keynesiano, lo cual no resta un ápice de
objetividad a su análisis. George Bush intentó sacar adelante un paquete
de estímulo económico similar unos meses antes que Obama pero se
encontró con la oposición de su propio partido, el republicano.
Los frutos de la apuesta de Obama pueden verse seis años más tarde,
con casi once millones de nuevos empleos creados. 55 meses
ininterrumpidos de creación de empleo, en la racha de crecimiento y
generación de empleo más larga desde la "era Clinton". Son varios meses
seguidos creándose más de 267.000 empleos al mes. Un año entero con una
media mensual de 200.000. Las cifras de empleo de septiembre y octubre
se han revisado al alza (44.000 empleos más).
El empleo se ha generado casi en todos los sectores. Para nosotros,
el más relevante es el de los servicios profesionales y las tecnologías
de la información, con 87.000 nuevos puestos de trabajo: es el segmento
donde más empleo se ha creado, síntoma de que la Sociedad del
Conocimiento sigue avanzando en Estados Unidos. Pero también se ha
creado empleo en la industria y manufactura, en la construcción, en el
turismo, en los bares y restaurantes.
Un dato relevante, a la vez que esperanzador, es que la mitad del
empleo público generado proviene de veteranos de guerra, especialmente
de Irak y Afganistán. Muchos de ellos y ellas, tienen carencias físicas
-les falta algún miembro, tienen heridas de guerra- y, la mayor parte,
han sufrido el síntoma de estrés post-traumático. Todo ello les hace
menos empleables en el sector privado y, por eso mismo, se ha estimulado
su contratación en el sector público. Lo cual, ha tenido un efecto no
buscado de una nueva admiración hacia el sector público norteamericano,
habitualmente denostado. Pero ahora, cuando contrata a héroes de guerra,
que son admirados por la población, la reputación y la imagen del
sector público, mejoran.
Uno de los datos más relevantes que hay que destacar del empleo
generado en noviembre en Estados Unidos es que los salarios han
aumentado. Poco, un mero 0,4%, pero han aumentado. En lo que va de año,
la mejora es del 2,1%, ligeramente por encima de la inflación, lo que
mejora la capacidad adquisitiva y de ahorro de los hogares
estadounidenses.
El camino hacia el pleno empleo -hoy, la tasa de paro está en el
5,8%, con un porcentaje de participación de la fuerza laboral del 62%-
se ha iniciado y, como parece creer Jannet Yelen, presidenta de la
Reserva Federal, podría conseguirse en 2016, cuando habrá elecciones
presidenciales en Estados Unidos. Lo más probable es que, en 2015, la
FED empiece a subir los tipos de interés, de la misma manera en que ha
estado reduciendo paulatinamente la compra de deuda pública e
hipotecaria.
Estados Unidos sigue siendo un buen ejemplo que muchos otros países pueden imitar.
Publicado previamente en Cinco Días el 9 de diciembre de 2014
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