En el mundo anglosajón, de manera muy intensa en Estados
Unidos, al llegar el fin de año las publicaciones económicas y políticas
ensalzan logros económicos y empresariales. Por contraste con lo que
sucede en otros lugares, en que se habla mal del capitalismo y la libre
empresa, en Estados Unidos lo habitual es destacarlos en positivo. Lejos
de considerarse al empresario como a un ogro, en Norteamérica los
grandes empresarios son ídolos, mitos. Así ha sido con Lee Iacocca
(Ford, Chrysler), Hewlett y Packard (HP), Bill Gates (Microsoft), Steve
Jobs y Tim Cook (Apple), Ben Page (Google) o Mark Zuckerberg (Facebook),
entre otros muchos.
España también tiene grandes empresas y grandes empresarios, que han
hecho mucho por la economía y por la sociedad. Es justo reconocerlo y
otorgarles el mérito que les es debido. Las reformas económicas y las
políticas públicas, por supuesto, son importantes, pero la microeconomía
se aplica a las empresas, a su productividad y competitividad, a la
financiación –sangre de la economía- que reciben de los bancos, a la
innovación empresarial, a las tecnologías de la información, a su
contribución social y preocupación medioambiental.
Las previsiones económicas del Gobierno, de Funcas, La Caixa o BBVA,
entre otras fuentes de información, apuntan a una aceleración del
crecimiento del Producto Interior Bruto a finales de este año y para
2015. Con crecimientos del PIB del 2% -o más- es de esperar una
aceleración de la creación de empleo el año que viene. Con más puestos
de trabajo, creados por las empresas, el poder adquisitivo de la
población se incrementará y es razonable que se consolide la fuerza del
consumo interno y de la inversión. Que continúe la pujanza de las
exportaciones y que aumenten las importaciones. En 2013, anticipamos que
2014 sería el año bisagra de la recuperación, como así ha sido, tras
cinco trimestres de crecimiento económico. 2015 bien podría ser el año
del despegue de la economía, como todos queremos.
Este año ha sido el de los fundamentos para 2015. Y ha tenido y
tendrá sus protagonistas. El despegue de la economía española no se
entendería sin el protagonismo de César Alierta, presidente de
Telefónica, de Isidre Fainé, presidente de La Caixa o del fallecido
presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, sustituido por Dimas
Gimeno. Son nuestros equivalentes españoles a esos líderes empresariales
norteamericanos de que hablaba al principio. Cuando el Rey Felipe VI,
se dirigió a las compañías que componen el Consejo Empresarial de la
Competitividad en la sede de Telefónica, quien le contestó fue César
Alierta, y allí estaban presentes esos empresarios que he mencionado. El
Rey les habló del “efecto de arrastre” que las grandes empresas tienen
respecto a las pymes, en innovación, financiación y ayuda a las
exportaciones. Cientos de miles de pymes dependen positivamente de esas
grandes empresas: por eso es tan importante que a éstas les vaya bien.
Las grandes empresas son solo el 0,12% del tejido empresarial español,
pero sostienen el 33% del empleo. César Alierta, en su respuesta al Rey
esbozó un plan para crear más de dos millones de puestos de trabajo en
los próximos años. Si los políticos prestan atención de lo que dicen los
grandes empresarios, toman nota y actúan en consecuencia, el
afianzamiento de la recuperación será mayor y más rápido.
En el podio de las grandes empresas en nuestro país, en 2014 han
destacado varias compañías, por diversos motivos. Telefónica, La Caixa,
El Corte Inglés, Gas Natural Fenosa, Abertis.
Telefónica ha consolidado su liderazgo en Europa. En España, donde ya
era líder indiscutible, su oferta integrada Fusión ha revolucionado el
mercado: no sólo ha tenido una gran aceptación entre consumidores,
consiguiendo la más alta cuota de mercado en fibra (94%), sino que,
además, ha convulsionado el sector de las telecomunicaciones en España,
obligando a reaccionar a sus competidores, que han tenido que llevar a
cabo operaciones corporativas de calado para sobrevivir. Vodafone, con
la compra de ONO, y Orange con la compra de Jazztel.
Además, lo que más ha caracterizado a Telefónica ha sido su fuerte
generación de beneficios, su evolución positiva en Bolsa y su fuerte
contribución al PIB gracias a la inversión en I+D y en fibra óptica en
hogares. Telefónica se ha convertido en una Telco Digital muy distinta
de las tradicionales compañías de Telecomunicaciones, que avanza
fuertemente la transformación digital de España y la Sociedad del
Conocimiento.
Esto es esencial, porque, así, Telefónica contribuye de manera
esencial a la creación de un nuevo modelo productivo en España, alejado
del que creó en el pasado burbujas de nefasta memoria, para dar paso a
un modelo sostenible, basado en la Economía del Conocimiento, que genera
empleos de calidad. Es un modelo, además, que ofrece buena formación a
los trabajadores, haciéndoles más empleables, al tiempo que pone a
disposición efectiva de empresas y particulares, experiencias esenciales
en movilidad, educación, ocio y entretenimiento, entre otros. La
expansión de la fibra óptica de Telefónica contribuye, a 10 años vista
en un 1% al PIB español, con todo lo que supone, adicionalmente, de
creación de empleo (Advice, World Economic Forum, OCDE, ICTNET).
Sin lugar a dudas, Telefónica es el máximo exponente de la marca
España en el mundo. Su internacionalización, impulsada y ejecutada con
éxito por César Alierta, ha colocado a Telefónica “en el mapamundi” y
Telefónica es conocida y reconocida en Europa continental, en Reino
Unido, en China, en Iberoamérica. Es lógico que César Alierta sea el
presidente del Consejo Español de la Competitividad y es loable que haga
el esfuerzo de promocionar la marca España más allá de nuestras
fronteras en tantos países del mundo: allá donde está Telefónica,
empresas y población, ven a una empresa española exitosa que intenta
hacer su vida más amable y mejor.
Otra gran empresa que está en el podio de los mejores en el año que
acaba es La Caixa. Ha culminado con éxito su transformación en Fundación
Bancaria, de la que dependen CaixaBank banco de referencia líder en
España, las diversas participaciones empresariales de distinta
naturaleza, que suponen una fuerte apuesta por la industrialización del
país, así como la Obra Social. El impacto en la sociedad española
–empresas y familias- de estos tres fundamentos de La Caixa, es
esencial.
Empezando por CaixaBank, que según el Estudio Advice de Éxito
Empresarial, es el banco en que más confían los españoles (la tendencia
evolutiva es positiva y aumenta con los años, 2011, 2012, 2013 y 2014),
lo que repercute en el negocio, porque en banca de particulares, con más
de 14 millones de clientes, CaixaBank es el primer banco de España,
tanto en activo como en pasivo. Es además el banco que, en lo esencial,
-la necesidad de financiación- más eficazmente apoya a las pymes
españolas: según la Radiografía de la Pyme Sage 2013 y 2014 y los
estudios del World Economic Forum, en una escala de 1 a 30, las pymes
españolas dan un peso de 27 a la necesidad de financiación como su
principal problema. Por eso, que el Estudio Advice de éxito empresarial
otorgue posición de liderazgo de CaixaBank en ese ámbito, ayudando a
pymes y autónomos, es tan importante.
CaixaBank, además, apuesta fuertemente por las tecnologías de la
información para mejorar sus procesos internos, ser más productiva y
competitiva y servir mejor a sus clientes. Ha recibido premios de
publicaciones exitosas (The Banker, Euromoney) en los últimos años, como
el mejor banco del mundo tecnológicamente hablando.
Por último, la Obra Social de La Caixa, que invierte desde hace
muchos años 500 millones de euros cada año, contribuye a hacer más fácil
la vida de la población: es empleo, innovación, calidad, medioambiente,
proyectos sociales. Sin la Obra Social de La Caixa, la vida de muchas
personas hubiera sido más dura durante la crisis.
El Corte Inglés, han publicado cientos de medios de comunicación, va a
construir en el Paseo de la Castellana de Madrid, el centro comercial
más grande del mundo. Si así fuese, sería un motivo de orgullo que sea
una empresa española quien lo hiciere. El Corte Inglés es líder en gran
distribución en España. Es la única gran compañía que ofrece todo tipo
de productos y servicios en toda España, puesto que tiene una
capilaridad que llega a todas las comunidades autónomas y a las
provincias. Es un comercio de proximidad, gracias a sus centros
comerciales. Los españoles verbalizan en el Estudio Advice de éxito
empresarial que “una ciudad no está completa hasta que no tiene un
centro de El Corte Inglés”. Al igual que Telefónica y La Caixa, El Corte
Inglés es una empresa “familiar” para el 90% de los españoles mayores
de edad, es decir, 9 de cada diez. Caracterizan a El Corte Inglés su
calidad y la excelencia en la atención al cliente, dos parámetros
esenciales del éxito empresarial. Es empresa netamente española, pero
–en no teniendo nada que envidiar a Amazon.es, con quien compite en
igualdad de condiciones en el comercio electrónico, incluso superando en
ventas mensuales y anuales al gigante americano en España- se está
expandiendo exitosamente en Europa gracias al e-commerce. Una anécdota: a
las mujeres españolas (51% de la población según el INE), “El Corte
Inglés les cae muy bien”.
La energía es esencial para la vida de las familias y el correcto
funcionamiento de las empresas. Pero no basta con el abastecimiento: la
economía y la sociedad piden más a las compañías energéticas. Gas
Natural Fenosa, multinacional española presente en medio mundo y con
origen catalán, ha conseguido dar a la sociedad lo que ésta necesita. No
sólo es reconocida –según el Estudio Advice de Éxito Empresarial- como
“una empresa orientada a resultados”, con “gestores netamente
profesionales”, de quien se aprecia su estrategia corporativa.
Empresarios, directivos, analistas financieros y población general
destacan la apuesta que ha hecho por el gas natural, como energía limpia
y más barata, que contribuye a la sostenibilidad y cuidado del
medioambiente. Gas Natural promueve el ahorro y la eficiencia energético
y ofrece un mix de gas y electricidad que le hace líder en el mercado
español y facilita su exitosa internacionalización en Hispanoamérica y
en Estados Unidos. El Estudio Advice de éxito empresarial destaca que
los españoles aprecian, hoy, su calidad de servicio y la atención al
cliente; los analistas financieros y expertos sectoriales subrayan su
apuesta por energías en un mercado –el del gas-, que “contribuye a
satisfacer las necesidades de la población en el futuro”.
Por último, Abertis. Su lema, su leit motif es bien significativo: es
una compañía empeñada en cumplir con lo prometido. El Estudio Advice de
Éxito Empresarial identifica a Abertis como la empresa que más cumple
lo que promete. Esto es especialmente alabado y apreciado por los
analistas financieros y los medios de comunicación. Es un empeño de su
consejero delegado, Francisco Reinés, que ha hecho de su empresa una
compañía predecible. En los tiempos que corren, y en los mercados
financieros y cuando se trata de poner en marcha planes de negocio a
varios años, esa “predictibilidad” (Alan Greenspan, "The map and the
territory") es de enorme importancia.
Efectivamente, los resultados
económicos y la evolución en Bolsa acompañan exitosamente a Abertis.
Como su proceso de internacionalización, que hace que la mayor parte de
su ebitda esté fuera de España, equitativa y equilibradamente repartido
entre España y varias regiones del mundo. El reconocimiento de la marca
de Abertis entre población general es cada vez mayor, pero no solo en
España: por un motivo que la convierte en una gran empresa exitosa,
según el Estudio Advice de éxito empresarial: es la primera compañía del
mundo en gestión de infraestructuras, con el mayor número de kilómetros
de autopista gestionados. Siendo inicialmente empresa catalana, ha dado
el salto exitoso al mundo gracias a la diversificación de sus negocios a
escala mundial. En ciernes está la OPV de su división de
Telecomunicaciones, Abertis Telecom, para 2015, cuando parece que se
acelerarán las operaciones corporativas en España.
Las grandes empresas españolas mencionadas ocupan el pódium de las
compañías exitosas en nuestro país. Por supuesto que hay más, pero el
espacio, aquí, es reducido. Lo esencial es poner en valor, en España, lo
que ya hace la primera economía del mundo, la norteamericana: la
aportación a la economía, a la empresa, a la sociedad, a la población y a
las pymes, de la gran empresa española, que son nuestra punta de lanza
en el mundo y contribuyen decisivamente a afianzar la recuperación
económica.
Publicado previamente en
Cinco Días el 18 de diciembre de 2014