Los aumentos de productividad y competitividad en el sector turístico
español son factores esenciales para entender el éxito de este sector.
No todo se explica por la incertidumbre en los países de Oriente Medio:
al fin y al cabo, son pocos los españoles y europeos que han viajado por
el mundo árabe y, mucho menos a países de alto riesgo como Siria o
Irak. Incluso Egipto, Jordania o Turquía, países turísticos por
excelencia, no son hoy el mejor sitio para visitar como turista, debido a
la inestabilidad política de la zona.
Pero España ofrece, más
allá de “sol y playa”, cada vez más, una excelente atención al cliente y
calidad de los productos y servicios. Y las empresas turísticas
españolas han jugado un papel esencial en la transformación de este
sector haciéndolo atractivo: son los Meliá, NH, Barceló, Paradores
Nacionales, y tantas otras empresas de referencia que, además, utilizan
cada vez más Internet y el comercio electrónico para atraer visitantes
y, de paso, sirven de inspiración vanguardista a los muchos millares de
pymes españolas que viven del turismo.
Citar la pyme significa
tener en mente al 99,88% de las compañías de nuestro tejido empresarial.
Los datos de marzo del Instituto Nacional de Estadística (INE), que
elabora el Directorio Central de Empresas o DIRCE, dicen que hay en
España 3.142.928 empresas, de las que 3.139.106 (99,88%) son pymes y,
por tanto, tienen entre 0 y 249 trabajadores. Ocupan al 63% del total de
empleados que hay en España, destacando las microempresas (con el 30,2%
del empleo) y las pequeñas empresas (17,4% del empleo total). Por
sectores, nos dice el INE, el 55,6% ejerce su actividad en el sector
Servicios; el 24,3% en el Comercio, el 13,6% en la Construcción y el
6,5% en la Industria. Por último, las pymes españolas son altamente
productivas: con datos del INE, el valor añadido bruto (VAB) por ocupado
de la economía española es de 54.251 euros, lo que supone una tasa de
crecimiento del 3,15% respecto al año anterior, muy por encima de la
media de la Unión europea, estimada por la Comisión Europea en 45.109
euros.
La productividad tan alta de las pymes españolas tampoco
sucede por arte de magia. Hay grandes empresas que les ayudan en aquello
que es verdaderamente importante. La Radiografía de la Pyme de la
compañía tecnológica SAGE en 2013 ya decía que las pymes consideraban
imprescindibles a las TIC para mejorar la gestión de su negocio.
Evidentemente la financiación es esencial para las pymes, especialmente
la bancaria, puesto que dependen en un 70% de ella y, en un 27% (World
Economic Forum, OCDE, Comisión Europea, Eurostat, Radiografía de la Pyme
SAGE 2013) la (falta de) financiación bancaria es su problema más
importante.
Y ahí están bancos como CaixaBank, primero y Banco
Popular, después, ayudando a la pyme en ese sentido. Pero cuando se
trata de mejorar procesos internos y externos, las tecnologías de la
información son esenciales, pudiendo ayudar a las pymes –como les ha
sucedido a las pymes estadounidenses en los últimos veinte años y el
presidente Bill Clinton destacó en su obra “Back to Work”, de 2013- a
mejorar su productividad en un 20%. Para conseguirlo, las pymes
necesitan socios tecnológicos fiables y cercanos. Por contraste con el
enfoque hacia lo que llaman “la gran cuenta”, de empresas proveedoras de
servicios tecnológicos como SAP, Microsoft u Oracle, las pymes
identifican en SAGE un partner tecnológico en el que se puede confiar,
porque les acompaña en todo el proceso desde la A a la Z: desde la
implantación del IVA de caja al nuevo sistema de pagos SEPA. Las pymes
–como muestran los datos del Estudio Advice de Éxito Empresarial de
junio de 2014- reconocen mayoritariamente a SAGE como “la empresa
tecnológica en la que más se puede confiar para mejorar su negocio”.
Y,
como no sólo de tecnología viven las pymes, sino de los contratos con
las grandes empresas, vale sacar a colación el papel que juegan las
empresas mejor percibidas por la población general –muy especialmente,
por las mujeres-, que son las empresas de la gran distribución; en
primer lugar El Corte Inglés, seguida por Inditex, Mango y por
Mercadona, a quien le aqueja –según los estudios recientes de la OCU-
“la falta de más categorías de productos”, versus El Corte Inglés, que
es “la única compañía que tiene de todo”.
Y, como se afirmaba al
principio, no solo cara a la población general, sino también en lo que a
las pymes se refiere: muchos miles de pymes dependen en España de El
Corte Inglés, que les ayuda de manera esencial al sostenimiento y
florecimiento de su negocio, así como al mantenimiento del empleo, tanto
del directo como del indirecto. Gracias a grandes empresas como El
Corte Inglés, el comercio aumentó en mayo por tercer mes consecutivo
(+0,8%), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Es una
forma concreta de hacer realidad la política de Responsabilidad Social
Empresarial de El Corte Inglés, que encapsula el siguiente mensaje: “Si
no quedas satisfecho con lo que pasa en el mundo, intenta cambiarlo”. Y,
ciertamente, en una España que ha vivido seis años de larga crisis
económica, son muchas las cosas que hay que cambiar. En palabras de un
alto directivo de El Corte Inglés, “en El Corte Inglés, somos
conscientes de que en nuestra sociedad hay muchas cosas que mejorar.
Nuestra forma de demostrarlo es siendo respetuosos con el medioambiente,
colaborando con todo tipo de organizaciones sociales (ONG,
asociaciones, instituciones públicas y privadas) y participando en
numerosas actividades. En El Corte Inglés promovemos cada año más de
4.000 acciones relacionadas con la cultura, la acción social, la
educación, el medio ambiente, el deporte y la ayuda al desarrollo”.
Publicado previamente el 11 de julio por el Confidencial Digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario