El Índice de Confianza Económica que publica cada semana Gallup
muestra una recuperación en la tercera semana de julio, en línea con la
evolución de los siete primeros meses del año, indicando una tendencia
que se está consolidando en 2014. La confianza económica de los
estadounidenses se ha recuperado tres puntos y, aunque permanece en
terreno negativo (-15), vuelve a los niveles de abril y mayo, tras una
reciente caída.
La confianza de los americanos en la economía ha sido estable este
año. Goldman Sachs y otras fuentes de información anticipan un
crecimiento del 3,3% en PIB de aquí a finales de 2014. En el primer
semestre, el país ha experimentado la más fuerte creación de empleo en
15 años, reduciéndose la tasa de paro al 6,1% de la población activa. La
riqueza financiera neta de los hogares y el empleo en el sector privado
ya han superado los niveles de 2008. El crédito a las pymes ha
alcanzado su nivel más algo en siete años.
El panorama económico norteamericano es mucho mejor que el de Japón y
la Unión Europea. La Gran Recesión de 2007-2009 hizo que los negocios
estadounidenses se reconvirtieran, haciéndose más productivos y más
competitivos: los costes de producción son menores y el sistema
financiero se ha recapitalizado, especialmente tras la entrada en vigor
de la Reforma Financiera Dodd-Frank de julio de 2010. Por ahora, no hay
burbuja inmobiliaria, aunque los precios de la vivienda se han
recuperado, especialmente en las mejores zonas metropolitanas.
Las empresas -especialmente las pymes- compran e implementan más
tecnologías de la información que nunca, incrementando su productividad
media un 20%. El sector tecnológico tira de la economía hacia arriba y
se ve recompensado por ello: grandes compañías como Intel y Apple
alcanzan resultados récord en el segundo trimestre. Otras, como
Hewlett-Packard y Microsoft, siguen su proceso de reestructuración, para
adaptarse al nuevo entorno digital, que dominan "los cuatro grandes"
(Apple, Amazon, Google y Facebook).
Especialmente duro es el ajuste de
Microsoft, que despedirá a 18.000 empleados en el ejercicio fiscal 2015
-que ha comenzado en julio de 2014-, en su mayor parte provenientes de
su división de móviles, tras la compra de Nokia. Una vez más, el
fenómeno de "creative destruction" enunciado por Schumpeter. En los años
90' HP y Microsoft lo fueron todo en el mundo del hardware y del
software, respectivamente. Pero los modelos de negocio digitales del
siglo XXI no tienen nada que ver con los de aquellos años.
Los consumidores lo han asumido, lo han hecho propio fuertemente. Los
hogares norteamericanos son los que tienen más productos tecnológicos
del mundo, seguidos por los de Japón y Corea del Sur. Ni siquiera
durante los últimos años de leve recuperación económica los hogares han
dejado de comprar teléfonos inteligentes y tabletas, que siguen al alza.
Aunque ha llevado siete años, el consumo, que supone el 70% del PIB
nacional, se está recuperando en todos los sectores, no solo en el
tecnológico. La recuperación de la bolsa y del valor de las casas ha
hecho que la riqueza financiera neta de las familias vuelva a los
niveles de 2007, en su punto más alto antes del estallido de la crisis.
La creación de empleo ha sido muy fuerte en la primera mitad de 2014.
Como consecuencia, se recupera la confianza económica del consumidor,
que llega casi a niveles previos a los de la crisis. El consumo de las
familias podría aumentar de manera pareja al del PIB (3%) este año,
conforme aumenta su renta disponible y se modera el ritmo de ahorro. En
un año, la tasa de paro podría situarse en el 5%, si continúa el ritmo
de creación de empleo de los últimos seis meses, con una media de
248.000 nuevos puestos de trabajo netos cada mes.
Una sana recuperación del mercado inmobiliario era inevitable. Como
ya indicamos, el Índice Case-Schiller ha aumentado el 25%, en las 20
principales áreas metropolitanas del país. La construcción de nueva
vivienda, además, vuelve a ser fuerte, con algo más de un millón de
viviendas construídas este año -por debajo de las 1,5 millones anuales
construídas en los años previos a la crisis, pero más del doble de la
media de 2007-2012-. Las previsiones apuntan a 1,2 millones de nuevas
viviendas en 2015 y 1,6 millones en los años siguientes.
El mercado de la construcción y la vivienda son esenciales para que
aumente el consumo y la confianza económica, porque -al igual que las
tecnologías de la información- tienen un "efecto tractor" sobre otros
sectores de la economía, como los auxiliares de la construcción,
servicios, electrónica de consumo, transporte y logística, etc.
La crisis obligó a muchos jóvenes a permanecer con sus padres en vez
de independizarse, como era costumbre en Norteamérica, a partir de los
18 años: según Harvard's Joint Center for Housing Studies, el ratio de
formación de hogares aumentará hasta los 1,2 millones al año, conforme
los jóvenes se independizan y, en consecuencia, aumenta el porcentaje de
población adulta y en edad de trabajar.
Publicado previamente el 23 de julio en mi blog de Cinco Días EE.UU y mercados emergentes
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