jueves, 10 de julio de 2014

Hillary Clinton, Hard Choices, elecciones 2016

El 2 de julio (ayer) pude consultar diez encuestas pre electorales sobre las elecciones presidenciales norteamericanas que tendrán lugar en 2016. Por parte del partido demócrata se proponía como candidata a Hillary Clinton quien, por parte republicana, tenía como oponentes a todos aquellos que, hoy, se cree podrían tener posibilidades electorales en 2016: Bush (Jeff), Ted Cruz, Rand Paul, Mike Huckabee, Marco Rubio, Paul Ryan, Christie, etc. En todas ellas resultaba ganadora por amplio margen Hillary Clinton. Quizá por eso, Clinton está recibiendo tantas críticas desde el partido republicano: la ven como una fuerte amenaza y utilizan cualquier excusa para atacarla.

Que Hillary Clinton ha sido una figura polarizante en Norteamérica..., ya lo sabíamos. Llevo estudiando su figura -y la su marido, el presidente Bill Clinton- desde la campaña electoral presidencial de 1992. Los momentos de mayor popularidad, entre norteamericanos y ciudadanos de todo el mundo, fueron cuando se la consideró la víctima en el caso de Monica Lewinsky, a finales de la presidencia de su marido, y entre 2009 y 2013, en que fue Secretaria de Estado con Barack Obama y, por tanto, la diplomática de mayor rango de Estados Unidos y su representante ante el mundo.

Por lo demás, durante más de una década, las encuestas de Gallup nos dicen que Hillary Clinton es la mujer más admirada del mundo; en 2013, incluso, por encima de Michelle Obama. Encuestas de finales de junio de 2014 publicadas por The New York Times, The Wall Street Journal y la cadena de televisión FOX nos muestran la polarización que la figura de Hillary Clinton vuelve a despertar, tras el lanzamiento de su segundo libro de memorias ("Hard Choices", 10 junio 2014, Simon & Schuster) y la campaña de promoción que le acompaña. Sin embargo, en todos los casos, las encuestas muestras que son más aquellos que le apoyan, que los que la rechazan y, entre estos últimos, son mayoritarios los republicanos. En cambio, demócratas blancos, hispanos, asiáticos, afro americanos, judíos, católicos y un porcentaje significativo de republicanos moderados están a favor de Hillary Clinton.

Uno de los ataques más fuertes que se le ha hecho a Clinton recientemente tiene que ver con la fortuna que ella y su marido poseen. Ambos se han defendido. En palabras de Hillary, "cuando abandonamos la Casa Blanca -enero de 2001-, estábamos en bancarrota. Hemos hecho dinero trabajando duro porque creemos en el Sueño Americano de que si trabajas duro y sigues las normas, la mobilidad social te permitirá llegar lejos". El año pasado el matrimonio Clinton ingreso 16,7 millones de dólares y su patrimonio conjunto alcanza los 200 millones de dólares. "So, what"?, se diría en inglés: ¿Cuál es el problema? Bill y Hillary Clinton han ganado ese dinero dando conferencias y gracias a los derechos de autor de sus libros. Si alguien no quiere pagar 200.000 dólares por escuchar a Hillary Clinton, lo más sencillo que puede hacer es no asistir a su conferencia: supongo que nadie le obliga. Tampoco es menester comprar sus libros, "necesariamente".

¿Ha ganado dinero Bill Clinton con su famosa Clinton Global Initiative? Sí, y también ha hecho mucho bien al mundo. De la misma manera que la labor de Hillary como Secretaria de Estado ayudó sobremanera a recuperar el prestigio de Norteamérica en el mundo. Su último libro de memorias contrasta enormemente con el de su predecesora en el cargo, otra mujer muy inteligente, Condolezza Rice. En "No higher honor" (Simon & Schuster, 2011), Rice habla de una América que le dice al resto del mundo lo que tiene que hacer. En "Hard Choices", Clinton trata de recuperar la primacía de América en el mundo a través de la diplomacia y la fortaleza económica. Son dos enfoques muy distintos de ver la política exterior de Estados Unidos. Con George Bush, Estados Unidos multiplicó por dos el déficit público y se embarcó en dos guerras largas y de difícil arreglo. Con Barack Obama, Norteamérica ha dedicado seis años a la recuperación económica y del empleo perdido durante la Gran Recesión (2007-2009).

En términos sencillos, diré que no veo nada de malo en que los Clinton hayan ganado 200 millones de dólares. Llevan más de 30 años dedicados al servicio público. Hillary ha sido abogado corporativo, esposa de Gobernador (de Arkansas), Primera Dama, senadora por Nueva York y Secretario de Estado. Ha publicado varios libros muy exitosos, dentro y fuera de Estados Unidos, cosa que no le perdonan muchos republicanos, cuyos libros no salen de las fronteras americanas, porque sus líderes no son figuras importantes en la escena internacional, mientras que la "marca Clinton" es una de las de mayor notoridad en todo el mundo.

Por lo demás, en Estados Unidos no hay problema en hablar de dinero. En algunos países de Europa, especialmente en los de Sur, hay más pudor. No en Norteamérica. En cualquier caso, ¿que suponen los 200 millones de euros de los Clinton comparados con las grandes fortunas de miles de millones de Bill Gates y Warren Buffett? ¿O los miles de millones de Mitt Romney, el que fuera contrincante electoral de Barack Obama en 2012?

No va nada con el espíritu estadounidense criticar a alguien por su fortuna porque, afortunadamente, en Estados Unidos se admira a las personas que tienen éxito. El problema de los republicanos es que su base electoral es cada más más pequeña -sus perspectivas electorales rondan el 30%, cuando deberían estar en el 45%, que es donde están los demócratas-. Blancos, del sur, rentas bajas y sin estudios, granjeros, evangélicos..., sienten que "los liberales demócratas", "los intelectuales snob de la Costa Este y de la Costa Este" no representan la América que ellos defienden.

Su problema consiste en que América ha cambiado mucho en las últimas décadas y ellos parecen no haberse enterado.

Publicado previamente el 3 de julio en el Blog de Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes

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