El 2 de julio (ayer) pude consultar diez encuestas pre
electorales sobre las elecciones presidenciales norteamericanas que
tendrán lugar en 2016. Por parte del partido demócrata se proponía como
candidata a Hillary Clinton quien, por parte republicana, tenía como
oponentes a todos aquellos que, hoy, se cree podrían tener posibilidades
electorales en 2016: Bush (Jeff), Ted Cruz, Rand Paul, Mike Huckabee,
Marco Rubio, Paul Ryan, Christie, etc. En todas ellas resultaba ganadora
por amplio margen Hillary Clinton. Quizá por eso, Clinton está
recibiendo tantas críticas desde el partido republicano: la ven como una
fuerte amenaza y utilizan cualquier excusa para atacarla.
Que Hillary Clinton ha sido una figura polarizante en
Norteamérica..., ya lo sabíamos. Llevo estudiando su figura -y la su
marido, el presidente Bill Clinton- desde la campaña electoral
presidencial de 1992. Los momentos de mayor popularidad, entre
norteamericanos y ciudadanos de todo el mundo, fueron cuando se la
consideró la víctima en el caso de Monica Lewinsky, a finales de la
presidencia de su marido, y entre 2009 y 2013, en que fue Secretaria de
Estado con Barack Obama y, por tanto, la diplomática de mayor rango de
Estados Unidos y su representante ante el mundo.
Por lo demás, durante más de una década, las encuestas de Gallup nos
dicen que Hillary Clinton es la mujer más admirada del mundo; en 2013,
incluso, por encima de Michelle Obama. Encuestas de finales de junio de
2014 publicadas por The New York Times, The Wall Street Journal y la
cadena de televisión FOX nos muestran la polarización que la figura de
Hillary Clinton vuelve a despertar, tras el lanzamiento de su segundo
libro de memorias ("Hard Choices", 10 junio 2014, Simon & Schuster) y
la campaña de promoción que le acompaña. Sin embargo, en todos los
casos, las encuestas muestras que son más aquellos que le apoyan, que
los que la rechazan y, entre estos últimos, son mayoritarios los
republicanos. En cambio, demócratas blancos, hispanos, asiáticos, afro
americanos, judíos, católicos y un porcentaje significativo de
republicanos moderados están a favor de Hillary Clinton.
Uno de los ataques más fuertes que se le ha hecho a Clinton
recientemente tiene que ver con la fortuna que ella y su marido poseen.
Ambos se han defendido. En palabras de Hillary, "cuando abandonamos la
Casa Blanca -enero de 2001-, estábamos en bancarrota. Hemos hecho dinero
trabajando duro porque creemos en el Sueño Americano de que si trabajas
duro y sigues las normas, la mobilidad social te permitirá llegar
lejos". El año pasado el matrimonio Clinton ingreso 16,7 millones de
dólares y su patrimonio conjunto alcanza los 200 millones de dólares.
"So, what"?, se diría en inglés: ¿Cuál es el problema? Bill y Hillary
Clinton han ganado ese dinero dando conferencias y gracias a los
derechos de autor de sus libros. Si alguien no quiere pagar 200.000
dólares por escuchar a Hillary Clinton, lo más sencillo que puede hacer
es no asistir a su conferencia: supongo que nadie le obliga. Tampoco es
menester comprar sus libros, "necesariamente".
¿Ha ganado dinero Bill Clinton con su famosa Clinton Global
Initiative? Sí, y también ha hecho mucho bien al mundo. De la misma
manera que la labor de Hillary como Secretaria de Estado ayudó
sobremanera a recuperar el prestigio de Norteamérica en el mundo. Su
último libro de memorias contrasta enormemente con el de su predecesora
en el cargo, otra mujer muy inteligente, Condolezza Rice. En "No higher
honor" (Simon & Schuster, 2011), Rice habla de una América que le
dice al resto del mundo lo que tiene que hacer. En "Hard Choices",
Clinton trata de recuperar la primacía de América en el mundo a través
de la diplomacia y la fortaleza económica. Son dos enfoques muy
distintos de ver la política exterior de Estados Unidos. Con George
Bush, Estados Unidos multiplicó por dos el déficit público y se embarcó
en dos guerras largas y de difícil arreglo. Con Barack Obama,
Norteamérica ha dedicado seis años a la recuperación económica y del
empleo perdido durante la Gran Recesión (2007-2009).
En términos sencillos, diré que no veo nada de malo en que los
Clinton hayan ganado 200 millones de dólares. Llevan más de 30 años
dedicados al servicio público. Hillary ha sido abogado corporativo,
esposa de Gobernador (de Arkansas), Primera Dama, senadora por Nueva
York y Secretario de Estado. Ha publicado varios libros muy exitosos,
dentro y fuera de Estados Unidos, cosa que no le perdonan muchos
republicanos, cuyos libros no salen de las fronteras americanas, porque
sus líderes no son figuras importantes en la escena internacional,
mientras que la "marca Clinton" es una de las de mayor notoridad en todo
el mundo.
Por lo demás, en Estados Unidos no hay problema en hablar de dinero.
En algunos países de Europa, especialmente en los de Sur, hay más pudor.
No en Norteamérica. En cualquier caso, ¿que suponen los 200 millones de
euros de los Clinton comparados con las grandes fortunas de miles de
millones de Bill Gates y Warren Buffett? ¿O los miles de millones de
Mitt Romney, el que fuera contrincante electoral de Barack Obama en
2012?
No va nada con el espíritu estadounidense criticar a alguien
por su fortuna porque, afortunadamente, en Estados Unidos se admira a
las personas que tienen éxito. El problema de los republicanos es que su
base electoral es cada más más pequeña -sus perspectivas electorales
rondan el 30%, cuando deberían estar en el 45%, que es donde están los
demócratas-. Blancos, del sur, rentas bajas y sin estudios, granjeros,
evangélicos..., sienten que "los liberales demócratas", "los
intelectuales snob de la Costa Este y de la Costa Este" no representan
la América que ellos defienden.
Su problema consiste en que América ha cambiado mucho en las últimas décadas y ellos parecen no haberse enterado.
Publicado previamente el 3 de julio en el Blog de Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes
No hay comentarios:
Publicar un comentario