Los conservadores en Estados Unidos no paran de citar el último
estudio de Quinnipiac, según el cual Barack Obama, con un 33% sería el
peor presidente de América desde 1945, superado -incluso- por George W.
Bush, con un 28% (a mayor porcentaje, en este estudio, peor se considera
al Presidente). Ronald Reagan, Bill Clinton y John F. Kennedy, en
cambio, aparecen como los mejores presidentes del siglo. En los tres
últimos casos, la economía norteamericana vivió momentos gloriosos, de
gran crecimiento y creación de empleo, aunque a Reagan le tocó lidiar
con la recesión de principios de los 80' y el Crash bursátil de 1987, al
igual que a Clinton con la recesión de 1992 y el estallido de la
burbuja de Internet de 2000. Pero, en ambos casos, el crecimiento
económico superó el 3% de media y la generación de empleo fue de 200.000
empleos mensuales. Esto, lo recuerdan bien los norteamericanos.
Teóricamente, hoy, se iban a hacer públicos los datos de empleo del
mes de junio, pero al ser fiesta del 4 de Julio, la comunicación se
realizó ayer. Los datos han sido tan positivos, que han superado las
previsiones más optimistas. Hace unos días, Bloomberg llevó a cabo una
encuesta entre economistas de Wall Street. The Wall Street Journal hizo
otra: en ambos casos, el famoso "consenso de analistas" decía que se
crearían 215.000 puestos de trabajo en junio y que, por tanto, la tasa
de paro quedaría en el 6,3%. Wrong. No way. El dato ha sido de 288.000
parados menos y la tasa de desempleo se ha reducido en un 0,2%, bajando
hasta el 6,1%: hasta la FED (Reserva Federal) se ha quedado -gratamente-
"sorprendida", porque ese porcentaje se acerca a su objetivo de paro
del 6% para aumentar los tipos de interés y dejar de comprar deuda
pública e hipotecaria. Las buenas noticias han llegado antes de lo
esperado, para bien de todos.
Aquellos que quieren poco al presidente dicen que el desempeño de la
economía -con un decrecimiento del PIB de -2,9%- en el primer trimestre,
fue un desastre. Aún así, tendrían que explicar cómo es posible que,
con esos datos tan malos, se crearan de media mensual 190.000 empleos en
el primer trimestre del año. El año 2013 comenzó con una tasa de paro
del 7,9% y la media mensual de creación de empleo fue de 210.000, el año
pasado. En el segundo trimestre de 2014 ha sido de 272.000 cada mes.
Intuyo que habría muchos países que estarían deseosos de experimentar un
crecimiento económico poco brillante desde el punto de vista
estadístico, a cambio de una tan fuerte creación de empleo como la
norteamericana. Sin lugar a dudas, el 4 de Julio va a ser un gran día de
celebración, gracias a la generación de esos 288.000 nuevos empleos en
junio.
Aunque, ¿no es cierto que, en todos sitios, hay aguafiestas,
especialmente en las celebraciones? Los que no quieren al presidente
ponen todo tipo de pegas a la creación de empleo con Obama. Sin embargo,
algunos datos son elocuentes, como respuesta a sus críticas. Si dicen
que ha descendido el paro debido al efecto desánimo (hay menos tasa de
actividad porque personas que buscaban empleo han dejado de hacerlo,
fruto del desánimo), la respuesta adecuada es que, ese efecto desánimo
se ha reducido en dos tercios y que, por tanto, incluso tenido en
cuenta, la tasa de paro subiría solamente del 6,1% al 6,5%. Y esto, aun
incluyendo a los parados de larga duración, que en Estados Unidos son
aquellos que buscan trabajo durante seis meses (no dos años, como sucede
en algunos países de Europa).
¿Y qué ocurre con todos aquellos que buscan trabajo? En
Europa, una persona con un trabajo a tiempo parcial no estaría
considerada desempleada. Si se quiere, podemos tener en cuenta a los que
trabajan a tiempo parcial en Estados Unidos y desearían hacerlo a
tiempo completo, y los consideramos como desempleados: la tasa de paro
estaría en el 12%, versus el 11,9% de la Unión Europea o el 25,8% de
algunos países de Europa.
Buscarle tres pies al gato a los datos del paro de Estados Unidos,
con una tan fuerte creación de empleo es una labor inútil. A Reagan,
Clinton y Kennedy se les considera excelentes presidentes porque con
ellos se vivió prosperidad económica. Con Obama, se ha recuperado mucho
terreno perdido desde la Gran Recesión de 2007-2009. Hoy la tasa de paro
está mejor que en septiembre de 2008, cuando se hundió Lehman Brothers.
Hay casi 9 millones de nuevos puestos de trabajo. Y, si se cumplen las
previsiones de analistas y economistas, el crecimiento económico del
segundo trimestre será del 3%, como en las mejoras épocas de Bill
Clinton. Es muy posible que sea su desempeño económico aquello que los
norteamericanos recuerden de Obama, cuando este deje el poder y, muy
posiblemente, le pase el testigo -tras pasar por las urnas en 2016- a
otro presidente (o presidenta) demócrata.
Publicado previamente el 4 de julio en el blog de Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes
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