lunes, 21 de julio de 2014

China, 7,5, EEUU, 3: gana USA..., en PIB, por supuesto

El Gobierno chino se había propuesto que, este año, la economía creciera el 7,5%. Así lo ha hecho en el segundo trimestre, versus el 7,4% del trimestre anterior. Estados Unidos, que venía de un fuerte retroceso en el primer trimestre (-2,9%, PIB), crecerá muy posiblemente el 3%. El estudio de los datos muestra una realidad que no es evidente: Estados Unidos fortalece su recuperación y China tiene que mantenerse a flote con gran esfuerzo para cumplir sus objetivos.

Si pudieran establecerse comparaciones homogéneas, nos daríamos cuenta que estamos hablando de realidades distintas, al analizar el crecimiento del PIB americano y el de China. Un crecimiento del 3% en Estados Unidos, con fuerte creación de empleo como la actual, llevaría a un período prolongado de prosperidad, con equilibrio fuerte en sectores de actividad y en regiones. En cambio, para China, crecer por debajo del 7% sería lo equivalente a una recesión en Estados Unidos.

Hay que tener en cuenta que el poder de compra en Estados Unidos, la renta per cápita y el nivel de vida sigue siendo muy superior en Norteamérica por comparación con el chino. De 1.500 millones de chinos (200 millones más que los que reconoce el censo oficial del Gobierno) solo 400 millones podrían tener niveles de renta relativamente equivalentes a los de los norteamericanos, con unos ingresos medios anuales de 36.000 dólares, por comparación con la media estadounidense, de 51.000 dólares: y, aún así, hay una fuerte divergencia. Y, verdaderamente, el problema no es ése, sino los restantes 1,1 billones de chinos (casi tantos como población tiene la India, con 1,2 billones), que todavía viven en relativa pobreza. Además, los chinos más ricos viven en la costa, donde se agolpan en ciudades como Shanghai, versus el interior del país, que es rural y francamente pobre. Hay fuertes desequilibrios regionales, en China.

Xi Jinping -presidente chino- prometió corregir los desequilibrios económicos y sociales de China, pero está descubriendo que no solo no es fácil, sino que -todavía peor-, para mantener el ritmo de crecimiento, China ha de estimular esos mismos desequilibrios con los que tiene que acabar. Por ejemplo, "la burbuja del crédito". Se supone que China debe empujar el consumo interno -ahora, los chinos que ganan dinero, dedican la mitad de sus ingresos al ahorro, tanto por cuestiones culturales como por miedo al futuro- para compensar un crecimiento muy basado en las exportaciones. Dado que el resto del mundo compra poco, animar el consumo interno se convierte en inminente necesidad. Pues bien, cada vez que el PIB baja ligeramente -y lleva haciendo desde 2010-, el gobierno chino estimula el crédito, creando una gran burbuja que ya preocupa el Occidente, dado que los bancos chinos se encuentran entre los más grandes del mundo por activos. No es menos preocupante que el gobierno china tenga invertidos 1,3 trillones de dólares en activos del Tesoro norteamericano.

El crecimiento económico norteamericano en el segundo trimestre se ha basado en los siguientes componentes: producción acelerada, aumento del consumo de las familias y la inversión y la recuperación del turismo nacional y extranjero. La creación de empleo en el trimestre ha sido de 272.000 nuevos puestos de trabajo al mes, de media. En cambio, China, a pesar de aumentar en una décima su crecimiento, sigue estancada. Más aún, la evolución del crecimiento en cada país en los últimos cuatro años no podía ser más divergente: el PIB chino creció el 12% en 2010, cuando Estados Unidos aún luchaba por salir de la recesión y su crecimiento no llegaba al 2%. Del 12% del 2010, China ha pasado al 7,5% del 2014, mientras Estados Unidos ha aumentado del 2% de media al 3% con el que acabará el año: las diferencias esenciales hay que encontrarlas en las ventas del comercio minorista y en la producción industrial: las ventas al por menor, en China aumentaron el 22% en 2010, mientras este año se han acelerado el 12%. El crecimiento de la producción industrial en China fue del 18% en 2010 versus el 8% de 2014.

En cambio, ambos componentes son fuertes y equilibrados en el caso americano: la producción industrial estadounidense, según la Reserva Federal aumenta este año el 5,5%, contribuyendo un 12% al PIB. El Libro Beige de la Reserva Federal de 16 de julio, constata el aumento del consumo y de las ventas al por menor en todo  el país, así como el fuerte incremento de la actividad industrial. Solo el mercado inmobiliario muestra desequilibrios según la zona del país de que se trate e, incluso, dentro de cada estado y ciudad. Cosa que no deja de ser una obviedad, porque en una ciudad de 14,5 millones de habitantes como Los Ángeles, los precios de la vivienda en Beverly Hills han aumentado un 45% (una de las zonas más ricas del país), mientras que en los extrarradios los precios apenas han aumentado.

El "S&P/Case-Shiller 20-City Composite Home Price Index" -que mide el valor del mercado inmobiliario en las 20 mayores áreas metropolitanas de Estados Unidos: Atlanta, Boston, Charlotte, Chicago, Cleveland, Dallas, Denver, Detroit, Las Vegas, Los Angeles, Miami, Minneapolis, New York, Phoenix, Portland, San Diego, San Francisco, Seattle, Tampa y Washington, D.C.- muestra un crecimiento del valor de la vivienda medio del 10,8% en los seis primeros meses del año, pero con fuertes variaciones según ciudades.

El crecimiento económico en Estados Unidos, que va acompañado de fuerte creación de empleo muestra una evolución positiva en los últimos años, porque se está acelerando: esto llevará a la FED a no sólo seguir reduciendo la compra de deuda pública y terminar con el Quantitative Easing en octubre de este año, sino también, aumentar los tipos de interés, que ahora están cerca del 0%. En cambio el crecimiento chino, que se ha reducido a la mitad en los últimos seis años, habrá de seguir fundamentándose en el crédito (ha aumentado el 16,2% en lo que va de año, según el Banco Central Chino), con la consiguiente formación de una burbuja.

Lo dijimos en estas mismas páginas en 2010, lo reiteramos en 2012 y volvemos a insistir en 2014: "ésta" es una carrera a largo plazo, en la que China empieza a dar síntomas de cansancio; por el contrario, Estados Unidos empieza a coger carrerilla y acelerar el paso de su crecimiento.


Publicado previamente el 18 de julio en mi blog en Cinco Días EE.UU y Mercados Emergentes

No hay comentarios: