martes, 12 de mayo de 2009

El último Barómetro del CIS y el Debate sobre el Estado de la Nación

Hoy, 12 de mayo de 2009 se celebra el Debate sobre el Estado de la Nación. Posiblemente, la cita política más importante del año, máxime cuando España atraviesa su peor crisis económica en décadas y, según casi todos los análistas, aún estamos en los inicios de la crisis.

Siendo así las cosas, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), organismo que depende directamente de Presidencia del Gobierno, hizo público hace unos días su último Barómetro sobre la situación política y económica de España. Me corrijo: sus datos expresaban, como toda encuesta, no realidades, sino percepciones, en este caso, de los ciudadanos españoles.

Según el Barómetro de Abril del CIS, los socialistas aventajarían en ocho décimas de punto a los populares en estimación de voto. Es decir, una situación de casi empate pero que, "por los pelos" le otorgaría una mayoría simple al Partido Socialista, en caso de celebrarse ahora las elecciones generales. Los porcentajes son los siguientes, en estimación de voto: 40,8% para el PSOE y 40% para el PP. A priori, no parece que la distancia sea mucha entre ambos partidos. Más aún, la lógica dice que, el Partido en el gobierno debería experimentar un mayor desgaste, no ya como fruto de la labor de Gobierno, sino como consecuencia de la crisis económica y la forma en que la crisis (brutalmente) afecta a la ciudadanía.

Como todas las encuestas que hace el CIS, ésta es metodológicamente impecable y el diseño de la muestra, de lujo. Con un total de 2.481 entrevistados, el margen de error es de más/menos 2% (mínimo) y el índice de probabilidad, del 95,5% (muy alto).

A pesar de ello (de la fiabilidad técnica de la encuesta), llaman profundamente la atención algunos de los resultados del sondeo. El primer dato que destaca es el de la "autoubicación ideológica". Según responden los entrevistados, son muchos más los que se autodefinen como de izquierdas, mientras que una exigua minoría se definía como de derechas. Esto es llamativo, porque, según sucedió en las últimas elecciones generales (marzo de 2008), grosso modo, en torno a 11 millones de personas votaron en clave socialista y, algo más de 10,3 millones votaron a los populares. La diferencia no es tan grande.

Una de dos: o, de repente, una inmensa mayoría de españoles se ha convertido "en gente de izquierdas" o los encuestadores han ido a preguntar casi exclusivamente a potenciales votantes de izquierdas. Confieso que no me creo ninguna de esas dos hipótesis. Me resulta imposible de creer. Prefiero pensar en un posible y potencial ocultamiento de intención de voto por parte de los votantes del PP, quienes mayoritariamente (esos más de 10 millones de votantes de centro o centro derecha) han decidido en esa encuesta ocultar a propósito que se autodefinen como "de derechas".

Esta tercera hipótesis, aún curiosa, no deja de ser plausible: al fin y al cabo, en intención directa de voto, los porcentajes varían enormemente: el PP se lleva un 20% y el PSOE un 30%. El CIS tiene que hacer otras muchas preguntas para, bien trabajadas y analizadas, acabar dando con un dato de estimación de voto que otorga el cuasi empate técnico de que hablábamos antes.

El CIS también mide, lógicamente, la evolución histórica de los datos. Aquí hay uno que resalta: mensualmente y con altibajos, se observa que, desde enero de 2004 hasta enero de 2009, el PP se acerca electoralmente al PSOE. Cierto, el PSOE ganó las elecciones de marzo de 2008, pero fue a costa de "robarle" votantes a las formaciones de izquierdas nacionalistas, puesto que su techo electoral propio, entre su propia familia socialista, se mantuvo estable, mientras que el PP alcanzó, porcentualmente y en términos absolutos, los mejores resultados de su historia. Dicho sea de paso, el electorado del PP ha demostrado ser históricamente muy fiel, desde 1996 hasta el día de hoy, mientras que el electorado del PSOE (que nunca votará el PP) tiende a manifestar electoralmente sus enfados con los socialistas mediante la abstención. Y esta abstención permitió las dos victorias populares de 1996 y 2000.

El último Barómetro del CIS muestra que la ciudadanía, en general, está descontenta con la situación política actual, aunque este hartazgo no es nuevo: ya se inició en enero de 2008, casi año y medio atrás. Me pregunto si este dato tiene algo que ver con otro de los parámetros medidos por el CIS: el de la confianza económica de los españoles, que no ha parado de caer desde su máximo en el año 2004. En el último año, por si alguien tenía dudas sobre la verdadera situación económica de España, el indicador de la situación económica de España (enero 2008 a enero 2009) se ha desplomado en picado.

El resto de datos son bien conocidos: hay un enorme pesimismo sobre la situación económica de España, coincidente con una extraordinaria apatía hacia la política. Lógico, las preocupaciones de los españoles no están en el Congreso de los Diputados, sino en su propio bolsillo. Para un 75,7% de españoles, el paro es el principal problema de España y, cuando preguntados por "cuál es el principal problema que a usted le afecta", un 43,6% responden, primero, que los problemas económicos y un 38% que les preocupa el paro, después.

Tras estos datos, la ironía está servida: si la mayoría de la ciudadanía se autodefine como de izquierdas, y manifiesta que votaría al PSOE mayoritariamente de celebrarse hoy las elecciones, podría inferirse que una mayoría de españoles apoya al Gobierno socialista en sus políticas y gestión de la crisis. Nada más lejos de la realidad: son pocos, según el Estudio, los que entienden que el Gobierno se está aplicando convenientemente a solucionar los problemas que más les aquejan y preocupan (paro y economía doméstica o familiar). Eso sí, seguirían votando socialista. Cuando menos, curioso.

Hay otros datos que también son conocidos y llamativos. La ciudadanía es crítica con la labor del Gobierno, pero lo es aún más con la labor de la oposición que es, curiosamente, quien no gobierna. Suele decirse que la mayor parte del desgaste se la suele llevar quien gobierna. Pero parece que, en esto, también podría aplicarse el lema del "Spain is different". Aunque claro, todo podría explicarse convenientemente si fuera cierta la hipótesis del principio, según la cual, de repente, España se ha vuelto de izquierdas. Si esto es así, lógico es que la mayoría esté más enfadada con la labor de oposición del Partido Popular que con la labor del Gobierno..., que es quien gobierna.

Yo sigo preguntándome dónde se han metido los más de diez millones de votantes del Partido Popular. Otro dato, a este respecto. El CIS pregunta por el recuerdo de voto de las últimas elecciones generales. Ya hemos recordado antes nosotros que la diferencia entre PSOE y PP no fue tan grande en marzo de 2008. Sin embargo, y para mi gusto extrañamente, sólo un 26,6% recuerdan haber votado al PP, mientras que un 46,9% recuerdan haber votado al PSOE. Los españoles no sólo se han vuelto de izquierdas: también se han vuelto todos amnésicos (=que sufren de amnesia o pérdida de memoria, temporal o perpetua).

Sólo me atrevo a aventurar una opinión personal, a propósito de todo lo que hemos tratado hoy: qué oportuna ha sido la comunicación de este Barómetro del CIS para el Gobierno y para el PSOE, en vísperas de la cita política más importante del año: el Debate sobre el Estado de la Nación que, ya dije, se celebra hoy.

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