miércoles, 6 de mayo de 2009

Michael J. Fox y optimismo en tiempos de crisis


Tras recibir, en los últimos meses, miles de impactos negativos acerca de la crisis económica, mi mujer y yo decidimos hacer un viaje de diez días a los Estados Unidos. No porque pensáramos que allí no hubiera crisis económica y los medios de comunicación no hablaran de ello (la crisis financiera comienza en USA en el verano de 2007, y de ahí se extiende al resto del mundo), sino porque, cambiando de país, queríamos también cambiar de aires, en busca del optimismo que exuda el famoso "American Dream" o sueño americano.

Y, ciertamente, visitas a impresionantes parques naturales como Lake Tahoe o el Cañón del Colorado, te hacen..., te obligan, a respirar aire fresco que te hace olvidar los problemas, al menos por un momento. Visitar el aspecto más glamouroso de Las Vegas -el que aparece reflejado en las películas de George Clooney, Ocean's Eleven y sus dos secuelas- y el aún más sofisticado del Los Angeles-Meca del Cine-Hollywood, también te hace olvidar durante un rato las penurias de la crisis económica. Sin embargo, ninguna de esas experiencias de nuestro viaje a los Estados Unidos suponía un cambio radical, a mejor, del estado de ánimo tristón que tenemos los españoles, tras haber alcanzado el número de parados más alto de la historia y..., subiendo.

Sin embargo, algo verdaderamente sorprendente y, por tanto inesperado, vino a ponerme en bandeja el revulsivo que yo estaba buscando para conseguir un duradero, permanente y sólido cambio de estado de ánimo a mejor y más, mucho más positivo. La oportunidad me la prestó el famoso actor que protagonizó la saga de películas Regreso al Futuro, Michael J. Fox. Como creo, casi todo el mundo sabe, Michael J. Fox padece una terrible enfermedad incurable, al menos a día de hoy: el Parkinson. Es posible que alguien se pregunte qué tiene de inspiración optimista un actor que sufre -y mucho- de Parkinson. Pues mucho más de lo que se imaginan.

Lo primero que me llamó la atención es ver su fotografía, extraída de la portada de su último libro, prácticamente en todos los sitios en los que estuvimos en los Estados Unidos: Chicago, Vegas, Los Angeles, Santa Mónica, Cañón del Colorado y Lake Tahoe! En los aeropuertos, o en los "billboards" de las calles y autopistas. En los periódicos. ¡En las televisiones! Encender la televisión y hacer zapping suponía un ejercicio en el que, estadísticamente hablando, era altamente probable encontrarse con noticias relativas a Michael J Fox o, incluso, encontrarse al propio actor concediendo entrevistas: CNN, Fox, etc. Puesto que una de mis grandes aficiones es la lectura, fui a varias librerías: en todas ellas, el libro más expuesto al público era precisamente el de Michael J Fox, titulado, por cierto, "Always looking up". Una traducción literal del título podría ser "Siempre mirando hacia arriba" y una traducción más liberal podría ser algo así como "Siempre con optimismo". (Todo menos "quedarse mirando al techo").

Decidí comprar el libro. Y lo leí de un tirón, en dos días, aprovechando ratos libres. Durante esos ratos libres, sorprendentemente, se me acercaba gente que no conocía a preguntarme "¿Qué tal va el libro? Ayer vi a Michael J Fox en una entrevista en Televisión y me emocionó". Esto me pasó con una azafata en un avión, que se emocionó al ver el libro; y también con un tipo que, al sentarme yo en un banco en Santa Monica, mientras mi mujer estaba visitando tiendas, se acercó y me espetó: "Yo también lo he leído: ¿impresionante, verdad?".

Al principio tuve dudas sobre si tanta expectación sobre Michael J Fox era fruto de la comunicación mediática de su libro, y la publicidad y marketing que lo acompañan. Cuando leí el libro, me di cuenta de que no era así, sino al revés: los medios de comunicación norteamericanos, deseosos -como el Presidente Obama- de transmitir mensaje positivos y optimistas a la sociedad americana, han cogido el formidable y maravilloso ejemplo de Michael J Fox y lo están contando a los cuatro vientos...; los medios de comunicación americanos, ignoro si coordinados entre sí o no, supongo que no, han decidido proponer a Michael J Fox como ejemplo o role model, de lo que supone salir adelante con alegría y con optimismo a pesar de las dificultades: a veces, incluso, cuando se atraviesan extremas dificultades.

No voy a hacer publicidad del libro: en cualquier caso se acaba de publicar en USA y aún tardará en llegar en España la edición en Español, si es que llega. Lo que sí sé (me dedico al negocio de tomarle el pulso a la opinión pública mediante encuestas) es que la sociedad americana se ha sentido enormemente conmovida, emocionada e inspirada por el enorme despliegue de coraje de Michael J Fox. Siendo rico, pudo optar por dedicar su fortuna a, "simplemente", cuidarse y vivir mejor. Sin embargo, se embarca en la extenuante aventura de crear una Fundación que "levanta dinero a los ricos" para dedicarla a la investigación que, quizá algún día sea capaz de curar la enfermedad. Su trabajo en la fundación le supone un enorme esfuerzo físico y pasar muy malos momentos, especialmente cuando los temblores y convulsiones se disparan sin control...; sin embargo, el actor no ceja en su empeño, y sigue trabajando.

Siendo hombre de mentalidad demócrata (cercano al Partido Demócrata norteamericano, quiero decir), se ha dedicado, contra corriente, durante los ocho años de reinado republicado de la era Bush, a hacer lobby con el gobierno, los congresistas y los senadores, al objeto de que apoyaran con fondos gubernamentales, la investigación científica necesaria para, si es posible, curar algún día la enfermedad. Su descripción de sus intervenciones ante senadores y congresistas para pedirles leyes y dinero, "cuando le da el telele", como él mismo dice, resulta francamente divertida y, por un momento, te hace olvidar que, en realidad, ese tipo de situaciones deben de resultar enormemente dramáticas, en vez de cómicas.

Michael J Fox tiene familia: mujer e hijos. Yo supuse que él siempre podía haber optado por tener lástima de sí mismo, replegarse sobre sí mismo, dedicarse a sí mismo, cuidarse a sí mismo..., dedicarse en definitiva a cualquier cosa que acabe con la expresión egoísta del "sí mismo". Y, sin embargo, Michael J Fox muestra a un hombre que sale de sí mismo para entregarse a su familia, a su mujer y sus hijos, olvidándose de sí mismo para preocuparse y ocuparse de ellos, en la medida en que sus limitaciones físicas se lo permiten. Todo lo que él cuenta en este ámbito íntimo y familiar resulta francamente emocionante.

Con razón, Michael J Fox se ha convertido en un ejemplo a seguir, en estos tiempos tan duros que nos ha tocado vivir. Porque nos descubre que, el secreto de la felicidad en épocas de vacas flacas consiste en olvidarse de uno mismo y entregarse a los demás. Cuando Michael J Fox me descubrió este secreto a través de su libro, entendí el porqué los medios de comunicación americanos habían hecho de él un ejemplo de comunicación positiva (a seguir e imitar) en tiempos de crisis.

1 comentario:

Viajar con estilo dijo...

Totalmente de acuerdo. Voy a leer el libro.