lunes, 27 de febrero de 2012

La religión, foco de las elecciones americanas

Durante las elecciones presidenciales de 1960, que enfrentaron a Kennedy y a Nixon, la condición de católico del candidato demócrata fue el principal foco de atención. Hasta tal punto que, Kennedy, exasperado, se desahogó con su amigo Ted Sorensen: “¡Pero qué tendrá que ver el catolicismo con ser presidente”! Durante un siglo, los protestantes miraron con recelo a los católicos americanos. Kennedy, tras prometer mantener la separación entre Iglesia y Estado, asegurar que no se sometería al Papa, en cuestiones políticas, y que el principio constitucional de la Libertad Religiosa se mantendría incólume, gano las elecciones.

En América, según Gallup, el 78% de los norteamericanos son cristianos y aquellos que viven su religión con más fervor, son más felices, tienen más calidad de vida, y un propósito para “luchar”. Debido a la crisis, el paro, la economía, el tamaño del Estado, el déficit, los impuestos y los beneficios sociales, han sido los ejes de atención de los candidatos. De repente, la religión también surge, para demócratas y republicanos. 

Obama pronunció hace poco estas palabras: “al que mucho se le ha dado, mucho se le pedirá”. Obama utilizó la frase evangélica para justificar el mantener las exenciones fiscales al 99% de los contribuyentes, y excluir al 1% que más ganan: “a más ingresos, más impuestos”.

Obama consiguió lo imposible: con la contracepción, Católicos, Ortodoxos, Protestantes, Evangélicos y Judíos han seguido a la Conferencia Episcopal Católica en su oposición a la medida. Para los cristianos, la política de Obama atentaba contra el principio de la Libertad Religiosa. Obama enfadó a dos grupos afines a los demócratas: católicos (29,7% del electorado) e Hispanos (14% del electorado), mayoritariamente católicos. Los asesores católicos del presidente, incluido el vicepresidente Joe Biden, le advirtieron de que no siguiera adelante con su política. Testarudo, Obama dio un paso al frente, pero al ver las negativas repercusiones electorales, tuvo que dar, parcialmente, marcha atrás.

En el bando republicano Santorum, católico de principios sólidos y muy conservador; Romney, moderado, mormón, y exitoso empresario; Gingrich, oportunista, casado en terceras nupcias, convertido al catolicismo y ansioso por restaurar la gloria de América, y el libertario Ron Paul, se enfrentan por obtener la candidatura presidencial: todos seguirán en la carrera, hasta la celebración de la Convención Republicana en Tampa (Florida), en septiembre. 

La campaña será larga, para los conservadores. Hoy, el duelo lo protagonizan Santorum y Romney. Las encuestas sitúan a Santorum (33,6%) por delante de Romney (28,4%). Santorum ha conseguido el apoyo del Tea Party, conservadores sociales y fiscales y, sobre todo, muchos cristianos, por su oposición al aborto, divorcio, matrimonio entre homosexuales y contracepción. ¿Qué piensan los cristianos de Romney? Un influyente líder religioso protestante dijo: “es mormón…, pero cree en Jesús, y esto me basta”.

Publicado previamente en La Gaceta el 26 de febrero del 2012

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