El 14 de septiembre de 2014 falleció un hombre bueno, de
extraordinaria calidad humana. Desde Carme Chacón (PSOE) a Alberto Ruiz
Gallardón (PP), todos han alabado las virtudes humanas de quien fue un
hombre bueno: fortaleza, disciplina, capacidad de trabajo, entrega,
lealtad y, sobre todo, humanidad, palabra que lo expresa y resume todo.
En épocas en que si un líder de opinión no aparece mucho en los
medios de comunicación encumbrándose como gran gestor -lo sea, o no-,
Isidoro Álvarez optó por la discreción: todo el protagonismo, para la
empresa que dirigió, el Corte Inglés. Sin embargo, los que le conocían
y, por supuesto, todo el ámbito empresarial español y europeo, reconocen
que era un formidable gestor que, basándose en esa gran virtud
empresarial que es la anticipación, tenía todo preparado, incluso la
sucesión. Lo que quería decir que no se consideraba imprescindible
-aunque lo fuera-, como debe pensar todo excelente gestor.
El nivel de conocimiento, de notoriedad de Isidoro Álvarez, entre
población general, no era tan elevado como el de otros. César Alierta
(presidente de Telefónica) e Isidre Faine (presidente de La Caixa) son
más conocidos, pero Isidoro Álvarez comparte con ellos otros conceptos
como "la favorabilidad", "la simpatía", la "buena imagen", "la
reputación" y, muy esencialmente, "el ser gestor que contribuye al
negocio". Hay otros líderes empresariales que son muy conocidos
-conocidísimos-, pero caen mal, tanto a líderes de opinión como a
población general. No Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés.
Su empresa es una de las más conocidas de España, según el Estudio
ADVICE de éxito empresarial. Es muy conocida y cercana para 9 de cada 10
españoles mayores de edad. Su presencia física llega a todos los
rincones de España y Portugal, gracias a sus centros comerciales. La
excelencia de El Corte Inglés se manifiesta en que siempre ha destacado
por sus altísimos índices de calidad de sus productos y servicios, y por
la muy buena atención al cliente. Su presencia en la comunidad, le hizo
referente en Responsabilidad Social Corporativa, tras la Obra Social de
La Caixa.
El Corte Inglés es una columna esencial que sostiene la economía y la
sociedad españolas. Es imposible entender España sin El Corte Inglés.
Durante décadas, todas las ciudades de España han querido tener un
centro de El Corte Inglés, como las ciudades medievales querían tener
una muralla con puerta y llaves. Es signo de modernidad. El Corte Inglés
es mucho más que centros comerciales: la diversificación de sus
negocios le ha convertido en referente en todas las categorías de
servicios y productos imaginables; es la única compañía "que tiene de
todo". Su facturación supone un 1,4% del PIB de España y, si
directamente emplea a 94.000 empleados, indirectamente sostiene a más de
un millón, gracias a las miles y miles de pymes que tratan con El Corte
Inglés.
Es una empresa que conoce los hábitos de los consumidores. Consciente
de la evolución hacia el comercio electrónico, El Corte Inglés hace ya
años que se expandió a Internet, donde desde 2009 no tiene nada que
envidiar a Amazon en España, liderando muchos meses las cifras de
ventas.
Recientemente, El Corte Inglés, ya referente en Europa gracias a
los centros comerciales, donde ya ostentaba el liderazgo, decidió dar
el paso a encabezar el comercio electrónico en Europa y sus primeros
pasos están siendo exitosos. A ello se une una potencial expansión a
Estados Unidos, que se hubiera visto beneficiada por la culminación del
Acuerdo de Libre Comercio entre Europa y Estados Unidos.
Se nos va un gran empresario, sí, pero sobre todo, una gran persona.
Pocas veces hay tanta unanimidad en calificar a alguien de "bueno". Pero
así es. Descanse en paz.
Publicado previamente el 15 de septiembre en Cinco Dias
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