El Índice S&P Case Shiller –mide el valor del mercado
inmobiliario residencial norteamericano– muestra que el precio de la
vivienda continúa aumentando (+12,07%). La buena salud del mercado
inmobiliario –aumenta un 13% la venta de viviendas– es un síntoma
económico positivo. El 17 de septiembre, Gallup publicó su último Índice
sobre Confianza de los Consumidores: mejora en seis puntos (el mejor
dato desde la quiebra de Lehman Brothers, hace cinco años). Según el
Censo, el nivel de renta medio de los hogares estadounidenses se ha
estabilizado en 51.017 dólares anuales (2012, inflación ajustada), tras
varios años de caídas: es un dato esperanzador, que podría animar –aún
más– el consumo de los hogares, si estos tienen mayor poder adquisitivo
y, por tanto, más confianza.
Los indicadores de actividad son positivos, como muestra el dato de
producción industrial, y manifiestan las ventas record en el sector del
automóvil. El mercado de trabajo experimenta un buen momento: en los
peores meses de la crisis –principios de 2009– la tasa de paro alcanzó
el 10% y, en agosto de este año, descendió al 7,3%. Desde junio de 2009
se han creado 7,2 millones de puestos de trabajo, aunque once millones
de norteamericanos siguen buscando empleo y la tasa de población activa
es la más baja desde agosto de 1978 (63,2%).
La inflación está controlada, situada en el 1,5%, y los tipos de
interés se encuentran en niveles aceptables: los tipos a corto plazo
–que controla la FED– están bajos. El crecimiento del PIB en el segundo
trimestre fue del 2,5% y, la media en los últimos cuatro años, ha sido
del 2%. Si la FED tiene dos mandatos (control de la inflación, y
estimular el crecimiento económico y el empleo), pudiera pensarse que su
política monetaria ha dado resultados positivos. Desde el otoño de
2012, para apuntalar la recuperación económica, la FED inició la compra
de deuda pública e hipotecaria (tercera “relajación cuantitativa”, ésta,
de 85.000 millones de dólares mensuales). Antes del verano, su
presidente, Ben Bernanke, anunció (en tres ocasiones y escalonadamente)
que si los signos de recuperación económica se asentaban, la tasa de
paro se acercaba al 6,5% y la inflación seguía bajo control (inferior al
2%), en otoño de este año el programa de compra de activos se reduciría
paulatinamente, hasta finalizar en el verano de 2014.
En este anuncio de la FED ya había cautela. La FED, cuyo Comité de
Mercado Abierto finalizó ayer su reunión, ha tenido en cuenta los datos
positivos de la economía. Pero también analizó el entorno económico
circundante y los efectos de la reducción del déficit público,
consecuencia del Sequester: las empresas norteamericanas contratan
–media mensual de 190.000 empleos, pero lo deseable sería alcanzar los
200.000; agosto fue un mal mes, con solo 169.000–, pero no lo
suficiente, a pesar de tener liquidez record para invertir. El sector
financiero está estabilizado, los cinco grandes bancos tienen, hoy, 30%
más tamaño que en 2008, cuando fueron rescatados, gracias al programa
TARP, y el Estado ha recuperado con creces el dinero que empleó en
salvarlos. Pero, que esos bancos tengan en activos un equivalente al 56%
del PIB, deja diminuto el eslogan de “demasiado grandes para dejarlos
caer”. Hay desánimo entre los desempleados y muchos dejan de buscar
trabajo; esto explica la baja tasa de población activa. Los mercados de
valores están al alza –todos los índices– habiendo recuperado niveles
previos a los de la Gran Recesión (2007-2009), pero a los mercados les
gusta que la FED siga comprando activos, especialmente los 40.000
millones de deuda hipotecaria que mantiene vivo el mercado de la
vivienda. En ciudades clave como Nueva York o Las Vegas, están en marcha
los proyectos de construcción más imponentes del siglo.
Hay incertidumbre en cuanto al próximo presupuesto: los republicanos
quieren matar la Reforma de la Sanidad de Obama (a la que hoy se oponen,
en encuesta de USA Today, el 53% de los ciudadanos), que debería
empezar a aplicarse en 2014. Quieren impedir la aprobación del nuevo
presupuesto y –como en los tres años previos– oponerse a elevar el techo
de endeudamiento del gobierno, provocando un default (el gobierno no
podría hacer frente a sus deudas) y, al igual que a Clinton en 1995,
obligando al cierre del gobierno federal. Esta lucha presupuestaria
(Woodward, 2012, The Price of politics) ya le costó a Norteamérica la
rebaja de su calificación crediticia, por parte de S&P, en agosto de
2011. Que sucediera de nuevo sería aberrante, pero los republicanos
tienen la cabeza puesta en las elecciones de mitad de mandato de 2014, y
las encuestas electorales son elocuentes: el 44% aprueba la gestión de
Obama. Pero solo el 39,3% califica como positiva la gestión de los
republicanos (40,3% para los demócratas). Las perspectivas electorales
empujan a los republicanos al obstruccionismo.
La FED mira al exterior: el crecimiento de los Emergentes se
desacelera, especialmente China –poseedora del 22,8% de la deuda pública
estadounidense–; la recuperación de la Eurozona es aún “muy, muy
verde”, según Mario Draghi, presidente del BCE. Todo anima a la
mencionada prudencia. La FED querrá conocer el PIB del tercer trimestre,
y las proyecciones económicas para 2016. Los tiempos actuales de la FED
no son los de Paul Volcker, cuya prioridad fue luchar contra la
inflación (El triunfo de la persistencia, 2012); tampoco los de la
“exuberancia irracional” de Alan Greenspan (The age of turbulence,
2008), ambos predecesores de Bernanke.
Cuatro años después de iniciada la recuperación, la prioridad de la
FED sigue siendo estimular el crecimiento y el empleo (La FED y la
respuesta a la crisis financiera, Bernanke, 2013). Esto sugiere
políticas monetarias de continuidad. Janet Yellen, como expusimos en
este diario el 17 de agosto, sería una candidata ideal para continuar
con las políticas de Bernanke. Yellen tiene excelentes credenciales
profesionales, y el apoyo político necesario en el Senado. También el de
los mercados, que se entusiasmaron cuando Summers retiró su candidatura
para suceder a Bernanke.
Publicado previamente en Cinco Días el 19 de septiembre de 2013
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