jueves, 19 de septiembre de 2013

Crónicas desde USA (II)

En el ámbito macroeconómico hay varias cuestiones fundamentales. Los hogares norteamericanos han reducido enormemente sus niveles de endeudamiento, volviendo a la situación que vivían en 2006. El índice de confianza del consumidor ha vuelto a mejorar en julio, junto con los datos de empleo y de venta de viviendas, de tal manera que la demanda interna (ventas minoristas, consumidores, inversión empresarial, etc) se ha incrementado por cuarto mes consecutivo, subiendo en julio un 0,5%. 

Las reformas financiera y sanitaria -en cambio- siguen sin arrancar en la práctica, a pesar de haber sido aprobadas legislativamente. Obama acaba de llamar la atención a los reguladores financieros para que impulsen la puesta en marcha de la Ley Dodd-Frank, aprobada en julio de 2010: el 60% de los plazos
previstos en la ley no se han cumplido, y solo un 38,9% de las provisiones establecidas en la normativa han sido puestas en marcha. Ni siquiera la famosa “ley Volcker”, que lleva el nombre de su autor, expresidente de la Reserva Federal, y que impide que los bancos lleven a cabo inversiones arriesgadas con su propio dinero –es decir, el de los clientes-, ha entrado en vigor. “Obama ha vuelto a dejar claro que la reforma financiera debe entrar en vigor para evitar que una crisis como la Gran Recesion, vuelva a producirse”.
Esto sucede cuando JP Morgan vuelve a estar en el ojo del huracán, fruto de supuestas prácticas ilegales que dos de sus ejecutivos habrían denunciado a las autoridades a cambio de cierta impunidad. 

La reforma de la sanidad (“Affordable Care Act” u Obamacare), tardará en aplicarse, porque como ya dijimos, Obama ha retrasado a enero de 2015 su puesta en marcha para las empresas, porque éstas le hicieron llegar el mensaje de que no estaban preparadas para proveer de seguro médico a sus empleados. Sin embargo, una encuesta encargada por el diario estadounidense USA Today, de finales de agosto de 2013, dice que ocho millones y medio de personas estarían dispuestas a acudir a los seguros médicos que, según Obamacare, han de proveer los estados mediante un sistema de mercado abierto y
competitivo presente en Internet en páginas web especificas creadas a tal efecto. A esos 8,5 millones de personas se sumarian los 30 millones de nuevos asegurados que deberían estar cubiertos por las empresas. Por tanto, en torno a 48 millones de personas –de los 50 millones- que no tienen hoy cobertura médica, deberían tener un seguro médico a partir de 2015, como establece la ley.

La política internacional preocupa mucho a Obama (posible intervención en Siria, la inestabilidad en Egipto), y los frentes abiertos son muchos. El más importante, aunque es aquel del cual menos se ha hablado, es el económico. Hay noticias positivas y negativas. Es muy bueno para América que la Eurozona haya salido de la recesión económica en que vivía desde hace 18 meses. En el segundo trimestre de 2013, la Eurozona “creció” en términos de PIB, el +0,3%, impulsada por el dato de producción industrial de junio, del +0,7% y por los crecimientos de Alemania (+0,7%), Reino Unido (+0,6%) y Francia (+0,5%). El principal motor sigue siendo Alemania, cuya economía sigue impulsada por la manufactura (supone el 24% de su PIB, frente al 13% de España), el consumo interno, la inversión y las exportaciones. Francia, en cambio, arroja dudas, debido a su agresiva política fiscal, que castiga a las rentas más altas, con hasta un 75% de impuestos, pudiendo provocar una fuga de capitales. En cualquier caso, Europa sigue siendo el principal socio comercial de Estados Unidos y lo que es bueno para uno, es bueno para otro. 

Las cosas son distintas en China, donde la ralentización del crecimiento económico en los últimos doce meses, pone presión al gobierno chino para que cumpla con el objetivo de crecimiento anual del 7,5%, conseguido en el segundo trimestre del año, tras el 7,7% del primer trimestre. El capitalismo de estado chino tiene obvias y grandes limitaciones. A los graves desequilibrios internos a los que ya hemos aludido en ocasiones previas (campo atrasado, versus desarrollo en la ciudad; bajo consumo interno y elevadas tasas de ahorro familiar, junto al muy relevante de peso las exportaciones), se suma el advenimiento del previsible estallido de su propia burbuja inmobiliaria, el excesivo endeudamiento del sector público, muy deficientes sistemas educativos y sanitarios, y de seguridad social, y la rampante corrupción de altos cargos del Partido Comunista Chino (PCH), como bien pone de manifiesto el juicio del ex dirigente-estrella Bo Xilai: no se producía un proceso legal contra un dirigente político chino, de tanto nivel como el actual, desde que, en 1980, se juzgó a la mujer de Mao Zedong y la llamada “Banda de los Cuatro”. 

China va a necesitar profundas reformas económicas, si quiere cumplir sus objetivos de crecimiento, ya de hecho revisados a la baja: mayor competencia, reforma financiera, desregulación y privatizaciones. En realidad, este programa reformista podría resumirse en una palabra: libertad, aunque el vocablo no esté en el vocabulario de los comunistas chinos. China se está volviendo muy agresiva, al menos con la Unión Europea, adoptando políticas proteccionistas, que afectan a sectores tan dispares, como al vino y el acero. China,necesitada de Estados Unidos, no se atreve a llegar tan lejos: mientras continúe la relación de mutua dependencia por la que China (que tiene 1,296 trillones de dólares americanos en bonos y otros activos del Tesoro americano) financia el consumo americano, el “Dialogo Económico y Estratégico” entre ambos países que Obama y Hu Jintao inauguraron en Londres en abril de 2009, continuará. Es lo que, con gran acierto, el gran historiador de Harvard (Niall Fergusson) denominó como “Chimerica”. 


Publicado previamaente el 27 de agosto de 2013 en mi blob en Cinco Días EE.UU y mercados emergentes

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